Servindi, 30 de abril, 2010.- Como no podía ser de otra manera, las indígenas de la etnia Otomí Alberta Alcántara y Teresa González fueron recibidas entre aplausos en el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro, a donde se dirigieron luego de haber estado injustamente presas durante 4 años.
Como lo mencionamos en la nota anterior, las mujeres indígenas mexicanas fueron apresadas por la justicia en el penal de San José el Alto, al ser acusadas como responsables de haber secuestrado a 6 agentes de la AFI, el 26 de marzo de 2006.
Al salir del penal, ambas dijeron que no tienen rencor contra las autoridades que las separaron de sus familias por más de mil 400 días. Sin embargo, exigieron una disculpa pública.
El caso de Teresa González fue particularmente diferente ya que tuvo a su pequeña Jazmín (1año) mientras cumplía su condena injusta.
“Por fin voy a poder formar bien una familia que yo tanto deseaba y qué bueno que me dejaron en libertad. Le doy gracias a Dios que soy libre”, manifestó Teresa.
El representante del Centro Prodh, Luis Arriaga Valenzuela, lamentó el hecho de que estas mujeres hayan pasado 4 años de sus vidas privadas de su libertad, y recordó que en las cárceles existen alrededor de 8 mil indígenas, de los cuales al 89% se les violan sus derechos fundamentales como lo es tener un traductor.
“Con la resolución de la Suprema Corte se dio fin a un episodio trágico y lamentable, aunque persisten situaciones similares en el país. Esperamos que este caso abra el camino para poner límites a la actuación arbitraria de las autoridades ante los ciudadanos sobre todo a los más vulnerables”, enfatizó Arriaga Valenzuela.
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