Hermosillo, Sonora.- Las 25 historias del llamado Proyecto Censurado 2007 del Gobierno de Estados Unidos fueron recuperadas en un solo tomo que promete ser un éxito de librería por lo que ahí se narra, y que en su momento el poder evitó que se conociera. Entre esas historias está el futuro de Internet, gran debate ignorado por la gran prensa estadounidense, en el que se denuncia como las grandes corporaciones se adueñan de la red y amenazan con un servicio para ricos y otro para pobres.
Nuestro colega y amigo chileno, Ernesto Carmona, especialista en estos temas, nos envía el artículo - denuncia del también colega, Elliot D. Cohen, Ph.D, filósofo, residente en Port St. Lucie y dirige el Institute of Critical Thinking (Instituto de Pensamiento Crítico), quien además cultiva la ética aplicada a los medios de comunicación y es autor de numerosos libros y artículos sobre la prensa y otras áreas de ética aplicada. El nos descubre el intríngulis sobre esta amenaza para el mundo libre. El primero de los 25 temas más ocultados por la gran prensa de EEUU, según el informe Proyecto Censurado 2007, reporte anual sobre la censura en los medios estadounidenses que dirige el sociólogo Peter Phillips en la Universidad Sonoma State de California, nos hace saber que entre el 2005 y el falleciente 2006 se desarrolló una gran discusión subterránea respecto al futuro de Internet, recientemente llamada "neutralidad de la red". La contienda se ha convertido en un tira y afloja, en cuyas puntas de la cuerda están las compañías de cable y en la otra, los proveedores de Internet y los consumidores.
Sin tomar en cuenta importantes propuestas legislativas y decisiones de la Corte Suprema, a lo largo de 2005, la polémica en cuestión ha sido completamente ignorada como información de prensa, y fue hasta el 2006, cuando se produjo alguna cobertura ocasional, sin embargo las grandes cadenas de televisión continúan ignorándola.
La poca cobertura sobre este conflicto fue minimizada como una forma de regulación, pero en este caso el término "regulación" resulta un tanto engañoso. Los grupos que abogan por la "neutralidad en la red" no están promoviendo ninguna regulación en los contenidos del Internet. Más bien desean un mandato legal que obligue a las compañías de cable a otorgar acceso libre a sus líneas, en la modalidad llamada acuerdo de vehículo común. Este modelo, ya usado por la Internet de discado manual, es el tipo de servicio que desean mantener los proveedores. También desean asegurarse de que las compañías de cable no puedan suprimir o interrumpir los contenidos de Internet sin una orden judicial.
Los partidarios de la neutralidad neta dicen que ante la inexistencia de una regulación gubernamental sobre las compañías de cable éstas deben regularse por sí mismas. Los usuarios que puedan pagar más fuerte por el servicio tendrán derecho a utilizar las líneas del cable haciendo el servicio Internet mucho más caro. Quienes puedan pagar más, conseguirían un mejor acceso, dejando a un lado a quienes no puedan hacerlo. Las compañías de cable también podrían decidir filtrar a su antojo los contenidos de Internet.
Los abogados de la neutralidad en Internet aseguran que si se permite a las compañías de cable y teléfono elegir a sus clientes de los barrios adinerados, se dará al traste con la aspiración actualmente más exigida por la mayoría de los gobiernos locales que demandan de las compañías de TV por cable un servicio para los sectores de bajos ingresos y también para las áreas minoritarias.
Desde junio de 2006, la ley correspondiente está en el Senado. Sus partidarios alegan que apoya la innovación y la libertad de opción. Los abogados de la neutralidad Internet dicen que su aprobación comprometería a la Internet para siempre. Muy rápido, las corporaciones gigantes del cable lograrían el monopolio absoluto de la gran velocidad en la Internet por cable e impedirían el acceso a la banda ancha a los ciudadanos más pobres, mientras supervisan y controlan el volumen de información al que los ciudadanos puedan acceder. Si esto sucede al interior de la gran potencia, es de preguntarnos: ¿qué pasará con los países llamados eufemísticamente en vías de desarrollo, como México, ante este monstruoso monopolio de la Internet?
* Teodoro Rentería Arróyave es periodista y escritor, vicepresidente de la Federación Latinoamericana de Periodistas, FELAP.
Fuente: http://alainet.org/active/13514
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