La famosa obra cumbre de la literatura española El Quijote de la Mancha ya puede ser leída en quechua o runa simi luego de haber sido traducida por el peruano Demetrio Túpac Yupanqui. Se trata de una edición extraordinaria, ilustrada con coloridos dibujos elaborados por campesinos de San Juan de Sarhua que reinterpretan la región española de La Mancha, adaptándola al ámbito andino.
"El Quijote está traducido a más de 70 idiomas, mas no al quechua. Esa es una injusticia que no debía continuar", dijo el periodista español Miguel de la Quadra, artífice de la iniciativa.
De la Quadra logró financiamiento de la minera Castrovirreyna para que el teólogo y periodista Demetrio Túpac Yupanqui se encargara de traducir la obra de Miguel de Cervantes Saavedra, trabajo que le tomó cinco meses.
La novela fue presentada el jueves 8 de junio en la Casa de América, en Madrid, España y será nuevamente presentada en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, que se realizará en México a partir del 26 de noviembre próximo.
A la presentación asistieron la secretaria de Estado española de Cooperación Internacional, Leire Pajín, Enrique Iglesias, secretario general Iberoamericano, José Graña Miró Quesada, director del diario peruano "El Comercio" y editor de la traducción, y Miguel de la Quadra-Salcedo, promotor del proyecto.
La edición en quechua incluye ilustraciones realizadas previamente sobre tablas por los campesinos de Sarhua que adaptan el contexto original de La Mancha al ámbito andino, en lo que Graña definió como un "puente entre Iberoamérica y España".
"Huh Kiti Mancha Suqupi Chaypa sutinta mana yuyanyta Munanichu..." (En un lugar de La Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme...), así comenzó a leer en quechua el comienzo del Quijote su traductor, Demetrio Tupác Yupanki, miembro de la Academia Peruana de la Lengua Quechua.
La lengua quechua es hablada actualmente por unas 20 millones de personas de siete países sudamericanos: Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador y Perú. En este último país lo hablan más de cinco millones de personas.
El editor destacó la influencia del Quijote en la cultura peruana al recordar que desde 1607 se homenajeaba a las figuras de Don Quijote y Sancho Panza en las fiestas barrocas de Pausa (Perú), por lo que esa nación andina es considerada "el primer país cervantino de América" y "no México, como está extendido".
El traductor recordó el nacimiento del proyecto, cuando De la Quadra-Salcedo fue a visitarle y le entregó un facsímil de la obra para que lo tradujera al quechua, lo que aceptó "sin ningún contrato, sólo con la palabra, como ocurría en el antiguo Perú".
Tupác Yupanki destaca por su labor de traducción al quechua de la Constitución peruana, trabajo que fue considerado por la secretaria de Estado española como una "admirable tarea que permitió a muchos peruanos conocer sus derechos en su lengua madre", y definió como un esfuerzo por potenciar la "integración social y la dignidad de las personas".
Leire Pajín también señaló que la traducción es una "dignificación de la riqueza lingüística y un acercamiento entre culturas".
El uruguayo Enrique Iglesias calificó la traducción de "gran paso para el desarrollo equitativo de las comunidades indígenas y del acceso a la cultura como elemento generador de vínculos sociales", y añadió que sin las comunidades indígenas y su cultura Iberoamérica perdería su "historia, su esencia y su futuro".
El quechua ya cuenta con "una de las obras cumbre de la literatura universal" en su haber, dijo De la Quadra-Salcedo al presentar la nueva traducción de la obra de Miguel de Cervantes.
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