Por Pedro Cayuqueo
Rosendo Huisca Melinao es contador y profesor universitario, autor de numerosos artículos sobre mapuzugun y traductor de innumerables publicaciones. Un verdadero kimche, a juicio de muchos de sus ex alumnos.
Figura destacada y reconocida en el movimiento mapuche, Huisca a participado activamente en las Comisiones Lingüísticas que están diseñando la futura Academia de la Lengua Mapuche, institución impulsada por el Programa de Lenguas Indígenas de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (CONADI).
No ha sido un proceso fácil, reconoce Huisca. Pero más allá de las críticas -la mayoría para nada constructivas, lamenta- se siente cómodo en su labor y dice confiar en el compromiso de todos quienes han asumido este desafío. Para conocer desde dentro el proceso de conformación de la Academia y su particular visión del movimiento social mapuche, Azkintuwe entrevistó al profesor Huisca en Temuko. A continuación, sus palabras.
- ¿Cuál es la importancia de la Academia Nacional de la Lengua Mapuche (ANLM)?
La importancia, desde mi punto de vista personal, es muy grande. Una Academia no es un fin, es un instrumento, una herramienta, es un buen lugar que permitirá hacer estudios serios y a gran escala sobre nuestra lengua. En concreto será una institución que se dedicará a estudiar y promover nuestra lengua, algo que nunca antes ha existido.
- ¿En qué año se inició el proceso de las Comisiones Linguisticas y quiénes fueron convocados a nivel del pueblo mapuche?
Recuerdo que el 2005 estuve en el Auditorium de la Municipalidad de Temuko en el cual se formó esto de la Academia, se nombró todo un personal, hay un acta por ahi incluso. Una abogada de CONADI actuó como ministra de fe inclusive.
Hubieron hartas personas y yo, que no soy prejuicioso, tampoco pesimista ni demasiado optimista, vi que había una posibilidad real de hacer cosas por nuestra lengua. Siempre uno choca con la falta de medios y aquí había una posibilidad que se podía aprovechar. Desde el punto de vista humano me permitió además encontrar a diversos hermanos pensando en lo mismo y para lo mismo.
- ¿Considera que ha sido "participativo y abierto" y el proceso? Hay sectores que han cuestionado la composición de las Comisiones, señalando que sus miembros fueron elegidos a dedo, por ejemplo.
No se si decir "a dedo", porque de la misma forma en que yo me enteré se podían haber enterado muchas personas más. De hecho, fueron más de 30 personas quienes firmaron por primera vez, luego hubo una convocatoria abierta a nivel de personas conocidas en el trabajo con el mapuzugun para ser parte de la Comisión Lingüística.
El año 2005 fue la primera vez que firmamos un documento en tal sentido. En cuanto a la convocatoria, se que nunca fue cerrada. Como siempre se sabe, cuando no hay dinero de por medio y no es pagada la participación, se interesan y mantienen participando los que tienen real interés por la causa de nuestra lengua. Aquí se ha visto eso, somos pocos tal vez porque no es una opción laboral.
Aquí hemos aguantado los que hemos podido aguantar, porque no somos ni funcionarios públicos, nada de eso. Respecto de la convocatoria, yo solo puedo decir que la gente que quiso participar lo hizo y quienes no quisieron, no lo hicieron.
Muchas personas han pasado por las Comisiones, cerca de 100 personas calculo yo si se hiciera una lista rigurosa, pero solo 28 o 25 se han mantenido constantes. Últimamente llegamos a 20 personas, incluso. Yo no estoy por obligación de nadie, me siento merecedor del nombramiento y me convoca el ánimo de trabajar por nuestra lengua y saber que la Academia es una herramienta y no un fin.
- ¿Cuales han sido los principales obstáculos en el camino?
A nivel personal no diría obstáculos, porque contamos siempre con apoyo de las partes oficiales de CONADI y las entidades consultoras, como la Universidad Católica por dos años, que nos especializó en la parte lingüística, para poder formarnos. Un obstáculo quizás fue la dependencia de las Comisiones de estas entidades. José Calfuqueo, que fue contraparte en la consultora, nos aclaraba una vez que las Comisiones eran temporales, para formar más adelante la Academia.
Entonces, nosotros no fuimos autónomos, no podíamos decidir cosas por nosotros, no teníamos recursos ni para llamarnos por teléfono entre nosotros, dependíamos de la consultora. Eso fue un obstáculo y lo hicimos saber. Tampoco fuimos independientes para hacer actividades paralelas, no es que no hayamos tenido interés para hacer actividades con más gente, pero la respuesta era que nunca habían recursos para ello en CONADI.
- Algunos sectores han cuestionado esta figura jurídica de una "Corporación Privada". ¿Cuál es su opinión al respecto?
La Academia es un medio, un instrumento, que actuará como un centro de investigación y de estudio, de difusión y promoción de la lengua. No es un centro de ventas de algo, por tanto es difícil que se produzca la apropiación de lo que allí se elabore.
Ingresos pueden haber para quienes trabajen y participen de la institución, cualquier individuo es digno de recibir un salario por su trabajo, pero eso es otra cosa. Yo no veo el riesgo de que se privatice la lengua, la otra opción es que fuera del Estado y sabemos lo que sucede cuando el Estado tiene el control total de algo, como pasa con la CONADI, por ejemplo.
Yo soy contador y no es que sea experto en estas cosas, pero la figura de una corporación privada era la más adecuada para que la Academia tuviera cierta autonomía. Que diga derecho privado no significa que alguien comience a comercializar con la lengua. Si genera ingresos, bien por la Academia, para que sea una institución sustentable y autónoma, me parece legítimo en ese ámbito.
- ¿Quiénes debieran integrar esta Academia de la Lengua Mapuche? ¿Académicos, hablantes, líderes tradicionales, dirigentes sociales?
Creo que las personas que la integren deben ser las indicadas, que demuestren su talento, cierto conocimiento de la lingüística en este caso. Yo veo las opiniones que se han dicho y muchas carecen de conocimiento respecto de las lenguas.
Tienen que ser hablantes en primer lugar, ha pasado en las Comisiones que han habido no hablantes y con el tiempo se han retirado, nadie los ha expulsado, pero solos se dan cuenta que no tienen mucho que hacer o que decir.
Nosotros mismos, que ya nos conocemos, hablamos en mapuzugun, bromeamos en mapuzugun y la gente que no se siente a tono se termina alejando. Aquí los especialistas, los lingistas, los hablantes, tienen mucho que decir, pero hay que tener cuidado con aquello de los académicos.
Las universidades, por ejemplo, no han hecho mucho por las lenguas indígenas, muchos doctores en linguística que existen, algunos mapuche y que nos critican, han realizado un trabajo, pero más bien siguiendo sus propias ideas y en un ámbito académico, remunerado. Yo pienso que lo académico, como lo ve el mundo winka, no es lo principal, tiene que ver más bien con el compromiso de la persona con nuestra lengua y también con el saber tradicional. Con los años uno también aprende cosas y esa sabiduria hay que considerarla.
- Se demanda mayor participación social, pero ¿no teme usted que ello pueda desembocar en disputas de poder y de representación?
He ahí un desafío, que desde lo político no se instrumentalice esta instancia. Los elegidos tendrán que velar porque el fin de la Academia, que es técnico, se mantenga en buen rumbo. Creo que no funcionaría bien si se comienza a politizar, eso no tendría que suceder.
Yo si creo que hay que abrir la participación, buscar una modalidad, para que se expresen puntos de vista, pero que sean positivos, que den ánimo, que sean constructivos, muchas veces lo único que se hace es desacreditar, así no sirve la participación. ¿De qué forma participarían las organizaciones? No lo sé la verdad.
- El gobierno ha decretado el Azumchefe como el grafemario "oficial". ¿Qué opinión le merece al respecto?
El grafemario para mi no es discusión. Yo estoy por el mapuzugun hablado, en ese análisis estamos quienes formamos parte de las Comisiones. Hay un antecedente que quiero contar, un antropólogo joven japonés que estuvo en mi mapu y que aprendió el mapuzugun, me decía que el mapuche, su vida y permanencia, está afirmada en su ritualidad y su oralidad.
Yo creo que tiene razón, y creo que la Academia debiera basarse en la ritualidad y la oralidad del mapuzugun. Como yo soy profesor y me encuentro con mucha gente, siempre me preguntan por cuál grafemario estoy, pero yo no hablo hoy de los grafemarios. En los 80 yo trabajé mucho por promover y difundir el mapuzugun en su forma escrita, eso decíamos en aquel tiempo en nuestros boletines, pero hoy decimos promover y difundir el mapuzugun en su forma oral.
- Gran parte de las organizaciones escriben sus declaraciones en winkazugun.
Mucha gente dice que defiende el mapuzugun, pero lo dicen en los dichos y no en los hechos. Algunas organizaciones demuestran una lealtad con su lengua en el inicio o al final de sus declaraciones, pero después todo en lengua winka. El mismo periódico, yo le preguntaría, ¿tienen ustedes alguna edición completa en mapuzugun?...
- Tuvimos secciones que pocos o casi nadie leía. Luego nos pareció más atinado fomentar un debate al respecto.
Eso da cuenta de lo dificultoso que es el mapuzugun escrito. Y me refiero a escribirlo y también leerlo. Se dice que el grafemario que creo la CONADI mató el mapuzugun, pero eso no es así. La gente pueda seguir escribiéndolo como le parezca, lo otro es una excusa.
El año 86, un funcionario de la CEPI, decía que la decisión sobre los grafemarios era un asunto político, no técnico. Yo creo que tiene razón y en ese ámbito la Academia no creo tenga esa atribución. Y si la tuviera, falta muchísimo para llegar a ese punto. Mucha gente piensa que el zugun, el hablar, se ve cuando está escrito y no cuando se habla.
Nuestra lamngen Jaqueline Caniguan, que es asesora técnica, ha visto experiencias interesantes en otros países donde se trabaja mucho con cd, cassettes, etc, para enseñanza de una lengua. Son experiencias interesantes a tener en cuenta, hoy es posible usar la grabadora, el mp3 y enseñar el mapuzugun.
- En este plano discutir sobre un grafemario pasa a segundo plano.
Yo creo que en esta etapa, el tema del grafemario es una discusión estéril, ¡si hoy nadie está siendo alfabetizado! Se requiere eso como mínimo, que nuestra gente sea alfabetizada en su lengua y eso incluso don Anselmo Raguileo lo reconocía.
El decía, hay que primero alfabetizar a la gente en el mapuzugun, en sus sonidos, fonemas, etc., salvando esa dificultad recién se podría ver lo de un grafemario. ¿Qué pasa cuando alguien sin estar alfabetizado lee Treng treng o Xeg Xeg?, pasa que lo lee según el alfabeto winka y no como corresponde en mapuzugun. ¡Por ello es importante primero alfabetizar!. Mientras no exista un ente que alfabetice de manera oficial en uno u otro grafemario, no servirá de nada discutir sobre ello.
- ¿En qué pie está hoy la Academia?
Recién se está redactando un borrador, la Academia no está formada todavía. Eso que sale en los diarios no es real, no hay una Academia lista para ser lanzada, estamos en un proceso aún. Por ello tampoco se han definido mucho sus áreas de trabajo y eso porque no todos son o somos especialistas en todo.
Los profesores básicos hablan de NB1, NB2, otros de la gramática, otros del Atlas, etc., yo creo por mi parte que se debe fortalecer el lenguaje hablado y no el escrito, porque repito, me parece que es un trabajo posterior. Yo personalmente voy a privilegiar la forma hablaba y no la escrita.
- ¿Considera usted que la Academia permitirá avanzar en la revitalización del mapuzugun y en su oficialización?
Si los mapuches todos habláramos y nos comunicáramos en mapuzugun, no necesitaríamos ningún decreto para hacerlo oficial. Pero como se trata de comunicarse en estos otros parámetros, bueno. Del Estado poco se puede esperar. ¿Han pasado cuantos gobiernos y no sucede nada? Yo mismo he estado ayudando a llevar documentos a los ministerios, pero ellos lo reciben gentilmente y no pasa nada más.
- ¿Qué rol le cabe a la ciudadanía mapuche y sus organizaciones sociales en todo este proceso?
Yo en lo personal no reconozco mucho a las organizaciones sociales, porque no las he visto realmente comprometidas con este tema. Que me perdonen mis hermanos, pero esa es mi visión.
Reconocería un kamarikun, un nguillatun, un trawun, como instancias mapuche, pero las otras entidades, organizaciones y comunidades creadas con la ley winka, viven y actúan en winkazugun, hasta sus declaraciones públicas las hacen en winkazugun. Como yo lo veo, hay que privilegiar aquellas instancias donde realmente se practica nuestra lengua, esas entidades me parecen más importantes.
- ¿Observa usted a nivel de gobierno un real interés en avanzar en la revitalización del mapuzugun?
Yo creo que el gobierno no tiene ninguna obligación de que el mapuzugun funcione. Ellos solo cumplen con llevar adelante sus planes y programas. Ellos han dicho que el 2009 y 2010 habrían recursos para que esta Academia haga su trabajo, después queda todo en puntos suspensivos, porque dependerá de quien gane también el gobierno.
Pero desde mi visión, esta no es una responsabilidad tanto del estado o del gobierno, sino de nosotros como pueblo, de cada mapuche. Que nosotros hablemos el mapuzugun no pasa por lo que diga o no el gobierno, no necesitamos decretos ni nada.
Esto depende solamente del sujeto, de los mapuche, que no quede todo en esto de que somos los herederos de Caupolican, Lautaro... En otros países los pueblos han revitalizado sus lenguas, en España, en Nueva Zelanda, pero lo han hecho ellos mismos, han sido decisiones de los propios pueblos, han luchado por ello y lo han conseguido.
- ¿Qué puertas abre el Convenio 169 de la OIT en materia de promoción y fomento de nuestra lengua nacional?
El Convenio 169 ojalá no sea letra muerta, uno ya no es joven como para creerse que aquí esta la solución. Conversaba con los peñi de Puelmapu y me decían que el Convenio muchas veces no sirve de mucho, es letra muerta.
En algunos casos les ha servido de mucho, en otros casos no les ha servido para nada. Acá en Chile también se han publicado muchas leyes para solucionar los problemas de los indígenas y poco han servido.
Eso dependerá de nosotros, de la gente mapuche y no mapuche, de cómo le hacemos empeño por ser más capaces. Mientras no tengamos un Estado propio, con leyes propias, no avanzaremos mucho creo yo. Si su aplicación depende de otros, las leyes solo son buenas intenciones escritas, no más que eso.
- ¿Cómo ve usted el escenario presente y futuro para nuestra lengua?
Falta voluntad de la gente, recursos humanos existen, recursos económicos también hay, pocos pero algo hay. Nadie nos está prohibiendo tampoco hablar o enseñar nuestra lengua, nadie nos está persiguiendo por hacerlo.
Hay que hacer un mea culpa, de los padres que no alcanzamos a enseñar a nuestros hijos el mapuzugun. A nosotros a palos nos enseñaron a hablar el castellano y nos olvidamos de enseñar nuestro idioma. Hay que hacer muchas cosas, una de ellas estimular el uso de nombres en mapuzugun, algo que se está viendo y que es positivo. Creo que el futuro de nuestra lengua depende de cada uno de nosotros.
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