Por Emilio Godoy
Chaskinayrampi, 3 de julio.- Una docena de comunidades indígenas de Guatemala redujo la incidencia de malaria y eliminaron la presencia del insecticida DDT (dicloro-difenil-tricloroetano) gracias a un proyecto regional de combate a esta enfermedad.
Poblaciones en Alta Verapaz, Quiché y Petén participaron en el Programa regional de acción y demostración de alternativas de control de la malaria sin el uso de DDT en México y Centroamérica.
El programa fue patrocinado por varias instituciones internacionales y los gobiernos de los países involucrados y cuyo informe final fue presentado ayer en la sede de Naciones Unidas en la capital mexicana.
Emilio Ramírez Pinto, coordinador regional del proyecto, dijo a Prensa Libre que "lo que se consiguió es que las comunidades se apropiaran del conocimiento" respecto a este padecimiento y la forma de prevenirlo.
Entre los logros comunitarios alcanzados se menciona "una reducción considerable de los criaderos y de casos por malaria en cada una de las comunidades en los municipios".
Además, se destaca la participación "de forma organizada y activa" de los líderes comunitarios a través del Grupo de Acción en Salud de las poblaciones.
Beneficio para más de 159 mil personas
La zona tomada en cuenta en esta iniciativa, que abarcó de junio de 2004 a diciembre pasado, se extendió por 202 localidades de México y Centroamérica y benefició a una población expuesta al vector de 159 mil 18 personas.
El proyecto logró la reducción de enfermos de dos mil 439 en 2004 a 914 en 2007. Con esto se superó la meta de bajar a 50 por ciento la morbilidad del paludismo para el año 2015, de acuerdo con los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
En Mesoamérica, 89 millones de personas son afectadas por la enfermedad, transmitida por tres especies de mosquitos. Unas 200 comunidades indígenas se encuentran en situación de riesgo frente al paludismo.
En el país, la malaria figura entre las primeras 10 causas de morbilidad infantil entre la población indígena, con una incidencia de 84.7 por 10 mil habitantes, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
El combate a esta enfermedad incluyó limpieza de hogares, eliminación de algas en ríos, limpieza de maleza y actividades educativas en torno al paludismo.
Adicionalmente, Guatemala logró embodegar 15 mil 58 toneladas de dicloro-difenil-tricloroetano (DDT), que es tóxico y utilizado para matar mosquitos, y que permanece durante décadas en el suelo y es transportado por el agua.
En total, el Istmo almacenó 136 mil 749 toneladas, que serán transportadas próximamente a Francia para su destrucción.
La región tiene en reserva otras 137 toneladas, pendientes de embodegar. Ningún país centroamericano emplea DDT, en cumplimiento de la Convención de Estocolmo en contra del uso de contaminantes orgánicos persistentes.
En los últimos 40 años se rociaron 85 mil toneladas de DDT en Mesoamérica.
Promoverán actividades de control
Dentro de este proyecto, cuyo modelo fue el hacer retroceder el paludismo, el gobierno municipal de Ixcán se comprometió a promover actividades de control de la enfermedad.
Sin embargo, Luís Galvao, gerente de Desarrollo Sustentable y Salud Ambiental de la OPS, alertó de que la actual temporada de lluvias y el eventual impacto del cambio climático en la región pueden llevar a un mayor número de casos de malaria.
El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente quiere aplicar este programa en otras zonas del planeta, como el norte de África, el sudeste de Asia y Oriente Medio.
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Fuente: Prensa Indígena
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