Servindi, 29 de septiembre, 2010.- El presidente de Bolivia Evo Morales, convocó a las organizaciones indígenas del mundo a movilizarse para evitar que los países desarrollados mercantilicen los bosques a través de los mecanismos de Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación (REDD).
Mediante una carta, el mandatario explica que en las negociaciones sobre el cambio climático, se resalta la necesidad de evitar la deforestación y degradación de los bosques, sin embargo, advierte que no se puede utilizar este argumento para comercializar con la tierra.
“La propuesta de los países desarrollados solamente toma en cuenta una de las funciones de los bosques, que es su capacidad de absorción del dióxido de carbono, y por ello proponen emitir certificados y bonos en un denominado mercado del carbono” señaló.
Al mismo tiempo manifestó que hay naciones industrializadas que pretenden utilizar a los dirigentes indígenas para promover la mercantilización de los bosques.
“Nosotros no podemos aceptar que con nuestro consentimiento se cree un mecanismo en el que voluntariamente unos vendan a la Madre Tierra, mientras otros miren cruzados de mano”, concluyó.
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Carta de Evo Morales:
La naturaleza, los bosques y los pueblos indígenas no estamos en venta
Hermanos indígenas del mundo:
Estoy profundamente preocupado porque se pretende utilizar a algunos dirigentes y grupos indígenas para promover la mercantilización de la naturaleza y en particular de los bosques a través de la creación del mecanismo REDD (Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación) y sus versiones REDD+ y REED++.
Cada día desaparece en el mundo una extensión de bosques y selva equivalente a 36.000 canchas de futbol. Cada año se pierden 13 millones de hectáreas de bosques y selva. A este ritmo, los bosques desaparecerán antes de fines de siglo.
Los bosques y la selva son la mayor fuente de biodiversidad. Si continua la deforestación, miles de especies animales y vegetales se perderán para siempre. Más de tres cuartas partes del agua dulce accesible vienen de zonas de captación en bosques, de ahí que la calidad del agua empeora cuando la condición del bosque se deteriora. Los bosques constituyen una protección ante inundaciones, erosiones y desastres naturales. Proveen bienes no maderables y maderables. Los bosques son una fuente de medicinas naturales y elementos de curación aun no descubiertos. Los bosques y la selva son los pulmones de la atmosfera. El 18 % de todas las emisiones de gases de efecto invernadero que se producen en el mundo son provocados por la deforestación.
Es fundamental detener esta destrucción de nuestra Madre Tierra.
Actualmente en las negociaciones de cambio climático todos reconocen que es esencial evitar la deforestación y degradación de los bosques. Sin embargo, para lograrlo, algunos proponen mercantilizar los bosques con el falso argumento de que sólo se cuida y conserva aquello que tiene precio y propietario.
Su propuesta es tomar en cuenta sólo una de las funciones de los bosques, que es su capacidad de absorción de dióxido de carbono, y emitir “certificados”, “bonos” o “derechos de carbono” que se comercialicen en un mercado de carbono. De esta forma, las empresas del Norte podrán optar entre hacer reducciones de emisiones en sus países o comprar “certificados REDD” en países de Sur según su conveniencia económica. Por ejemplo, si una empresa tiene que invertir 40 ó 50 $US para reducir la emisión de una tonelada de CO2 en un “país desarrollado”, preferirá comprar un “certificado REDD” por 10 ó 20 $US en un “país en vías de desarrollo” para decir que ha cumplido con la reducción de emisiones de dicha tonelada de CO2.
A través de este mecanismo los países desarrollados traspasarán su obligación de reducir sus emisiones a los países en vías de desarrollo, y el Sur una vez más volverá a financiar al Norte ya que esa empresa del Norte se ahorrará mucho dinero comprando “certificados” de carbono de bosques del Sur.
Pero no sólo harán trampa con sus compromisos de reducción de emisiones, sino que además darán inicio a la mercantilización de la naturaleza empezando por los bosques. Los bosques pasarán a tener precio por la cantidad de toneladas de CO2 que son capaces de absorber. Los “bonos” o “derechos de carbono” que certifican esa capacidad de absorción serán vendidos y comprados como cualquier mercancía a nivel mundial. Para asegurar que nadie afecte la propiedad de los compradores de “certificados REDD” se instaurarán una serie de restricciones que acabarán afectando el derecho soberano de los países y los pueblos indígenas sobres sus bosques y la selvas. Así comenzará una nueva etapa de privatización de la naturaleza nunca antes vista que se irá extendido al agua, la biodiversidad y lo que ellos denominan “servicios ambientales”.
Mientras nosotros afirmamos que el capitalismo es la causa del calentamiento global y de la destrucción de los bosques, la selva y la Madre Tierra, ellos buscan ahora expandir el capitalismo a la mercantilización de la naturaleza con el denominativo de “economía verde”.
Para conseguir el apoyo a esta propuesta de mercantilización de la naturaleza algunas entidades financieras, gobiernos, ONG, fundaciones, “expertos” y empresas intermediarias están ofreciendo un porcentaje de los “beneficios” de esta mercantilización de la naturaleza a los pueblos indígenas y a las comunidades que viven en los bosques nativos y la selva.
La naturaleza, los bosques y los pueblos indígenas no estamos en venta.
Por siglos los pueblos indígenas hemos vivido conservando y preservando los bosques nativos y la selva. Para nosotros los bosques y la selva no son objetos, no son cosas que uno puede poner precio y privatizar. No aceptamos que se reduzca a los bosques nativos y selvas a una simple cantidad mensurable de carbono. Tampoco aceptamos que se confunda los bosques nativos con simples plantaciones de una o dos especies de árboles. Los bosques son nuestro hogar, son la casa grande donde coexisten plantas, animales, agua, suelo, aire puro y seres humanos.
Es fundamental que todos los piases del mundo trabajemos juntos para evitar la deforestación y degradación de los bosques y selva. Es una obligación de los países desarrollados, y es parte de su deuda climática y ambiental, contribuir económicamente a la preservación de los bosques, pero No a través de su mercantilización. Hay muchas formas de apoyar y financiar a los países en vías de desarrollo, a los pueblos indígenas y a las comunidades locales que contribuyen a la preservación de los bosques.
Los países desarrollados gastan decenas de veces más recursos públicos en la defensa, la seguridad y las guerras que en el cambio climático. Incluso durante la crisis financiera muchos han mantenido e incrementado sus gastos militares. No es admisible que aprovechando de las necesidades de las comunidades y las ambiciones de algunos dirigentes y “expertos” indígenas se pretenda involucrar a los pueblos indígenas en la mercantilización de la naturaleza.
Todo mecanismo de e protección de los bosques y la selva debe garantizar los derechos y la participación indígena, pero no porque llegue a haber participación indígenas en REDD podemos aceptar que se ponga precio y se negocie en un mercado mundial el carbono de los bosques y las selva.
Hermanos indígenas, no nos dejemos confundir. Hay quienes nos dicen que el mecanismo de mercado de carbono de REDD será voluntario. Es decir que el que quiere podrá vender y comprar, y el que no lo desee se podrá marginar. Nosotros no podemos aceptar que con nuestro consentimiento se cree un mecanismo en el que voluntariamente unos vendan a la Madre Tierra mientras otros miran cruzados de manos.
Frente a estas visiones reduccionistas y mercantilistas de los bosques y la selva, los pueblos indígenas junto a los campesinos y movimientos sociales del mundo debemos luchar por las propuestas de la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra:
1) Manejo integral de los bosques nativos y la selva tomando en cuenta no sólo su función mitigadora de emisiones de CO2 sino todas sus funciones y potencialidades evitando confundirlos con simples plantaciones.
2) Respecto a la soberanía de los países en vías de desarrollo en la gestión integral de sus bosques.
3) Pleno cumplimiento de los derechos de los pueblos indígenas establecidos en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, el Convenio 169 de la OIT y otros instrumentos internacionales; reconocimiento y respeto a sus territorios; revalorización y aplicación de los conocimientos indígenas para la preservación de los bosques; participación y gestión de los bosques y la selva por los pueblos indígenas.
4) Financiamiento de los países desarrollados a los países en vías de desarrollo y a los pueblos indígenas para el manejo integral de los bosques como parte de su deuda climática y ambiental. No establecimiento de ningún mecanismo de mercado de carbono o de “incentivos” bosque conlleve a la mercantilización de los bosques y selva.
5) Reconocimiento de los derechos de la Madre Tierra que comprende los bosques, la selva y todos sus componentes. Para restablecer la armonía con la madre Tierra, el camino no es ponerle precio a la naturaleza sino reconocer que no sólo los seres humanos tenemos derechos a la vida y a reproducirnos, sino que también la naturaleza tiene derecho a la vida y a regenerarse, y que sin la madre Tierra los seres humanos no podemos vivir.
Hermanos indígenas, junto a los hermanos campesinos y a los movimientos sociales del mundo, movilizarnos paraqué las conclusiones de Cochabamba sean asumidas en Cancún y para impulsar un mecanismo de ACCIONES RELATIVAS A LOS BOSQUES basado en estos cinco principios, manteniendo siempre en alto la unidad de los pueblos indígenas y los principios de respeto a la Madre Tierra que por siglos hemos preservado y heredado de nuestros antepasados.
Evo Morales Ayma
Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia
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