Servindi, 2 de julio, 2009.- La ciudad sagrada de Caral, ubicada a 184 kilómetros al norte de Lima, capital del Perú, fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la sesión del Comité de Patrimonio Mundial de la UNESCO que culminó el 30 de junio de 2009 en España.
- Caral, la civilización mas antigua de América (6 minutos, 36 segundos, descargar archivo mp3, con un clic derecho sobre el enlace y luego guardar como)
La cultura Caral-Supe representa a la civilización más antigua de América, desarrollada casi simultáneamente con otras como las de Mesopotamia, Egipto, India y China.
Los habitantes de esta región del Perú se adelantaron en, por lo menos, 1500 años a los de Mesoamérica, el otro foco civilizatorio de los seis reconocidos mundialmente, y en más de 3000 años a la sociedad que edificó las reconocidas ciudades mayas.
Ruth Shady, descubridora y directora del Proyecto Caral Supe |
El precoz desarrollo de la sociedad Caral-Supe se distingue de otros focos civilizatorios, como Mesopotamia, Egipto e India, que intercambiaron conocimientos y experiencias, debido a que logró un avance sin precedentes en completo aislamiento de otras culturas de América, Europa o Asia.
El sitio arqueológico de Caral se encuentra en el departamento de Lima, provincia de Barranca, distrito de Supe, en el valle medio del río Supe, en la costa norcentral del Perú.
Está ubicado en una terraza aluvial, en la margen izquierda del río Supe a 350 metros sobre el nivel del mar. El clima es templado. El río lleva agua sólo en los meses de verano, aunque en la zona hay afloramientos de agua por la poca profundidad de la napa freática.
Caral ocupa 66 hectáreas, en las que se distingue una zona nuclear y una zona marginal.
En el núcleo, las edificaciones están distribuidas en dos grandes mitades: una alta donde se pueden apreciar las construcciones piramidales más destacadas, una plaza circular hundida, dos espacios de congregación pública masiva, además de las unidades domésticas y de almacenamiento de los funcionarios, así como un conjunto residencial extenso.
La mitad baja tiene edificios de menores dimensiones, aunque destaca el complejo arquitectónico del Anfiteatro, y un conjunto residencial de menor extensión. La zona en la periferia tiene numerosas viviendas agrupadas, distribuidas a modo de archipiélago en «islotes», a lo largo de la terraza que linda con el valle.
Millones de piedras fueron cortadas y trasladadas a la ciudad para construir los edificios públicos, remodelar los diseños arquitectónicos o para enterrarlos cíclicamente y construir uno nuevo.
Los estudios señalan que en Caral el poder lo detentaba un grupo de individuos sobre la base de sus conocimientos vinculados con la reproducción de las condiciones de vida de la población. Este grupo dirigente hacía las observaciones astronómicas y elaboraba el calendario indicando los períodos más convenientes para realizar las diversas actividades económicas.
Ellos fijaban las fechas de la siembra y de la cosecha, dirigían la construcción de las terrazas de cultivo y la apertura de los canales de riego, conducían el comercio entre pescadores y agricultores y hacían llegar los productos hasta largas distancias, en la costa, sierra y selva.
Las construcciones estuvieron relacionadas con orientaciones obtenidas de observaciones astronómicas, y es probable fueran erigidas para ciertos astros, que representaban a los dioses, reguladores de la vida social.
Al Sol, a la Luna, el lucero, entre otros -que ellos representaban como seres divinos- les construyeron templos en los que celebraban rituales de reconocimiento por los beneficios recibidos.
La civilización Caral-Supe desarrolló conocimientos de matemática, geometría, medicina, que quedaron plasmados en las obras y evidencias que ahora excavan los arqueólogos.
Se han descubierto templos de 18 metros de altura que se han mantenido estables por miles de años, construidos con piedras y barro, conformados por terrazas y plazas.
También se ha comprobado tratamientos médicos que administraban, por ejemplo, hojas de sauce, que ahora sabemos contienen ácido salicílico, principio activo de la aspirina y se usa actualmente para aliviar el dolor.
Los arqueólogos del Proyecto Caral hallaron recientemente un quipu con una antigüedad aproximada de dos mil años antes de Cristo, una cangrejera, antaras, sonajeras y pelotas, entre otros objetos de gran significación cultural.
Según el arqueólogo Carlos Leiva, miembro del proyecto Caral, los Quipus, son una forma de registro igual de válida que la cuneiforme o jeroglífica usada por los mesopotamios o los egipcios.
El descubrimiento de Caral, por sus características, es uno de los más importantes de los últimos años para la arqueología mundial.
La directora del proyecto Caral-Supe, la arqueóloga sanmarquina Ruth Shady, afirmó que los más importante de la designación por la Unesco es que se ponga atención al paisaje y se ejecute un trabajo de acondicionamiento territorial, en tanto que lo primero que va a venir es un desarrollo turístico a la zona, que está bien si es regulado y sostenible, y que está mal cuando no se tiene en cuenta estas regulaciones.
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