Acceso al agua y al saneamiento: un desafío del milenio incumplido

- "No podremos lograr un mundo de dignidad, salud y prosperidad para todos hasta que no eliminemos esta necesidad urgente".

Servindi, 22 de marzo, 2015.- "A pesar de los progresos registrados en el marco de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, aprobados en 2000, alrededor de 750 millones de personas —más de 1 de cada 10 habitantes del mundo— siguen sin tener acceso a mejores fuentes de abastecimiento de agua" afirmó el Secretario de las Naciones Unidas Ban Ki-moon.

"Las estadísticas sobre saneamiento son aún menos alentadoras. Aproximadamente 2.500 millones de personas siguen careciendo de mejores servicios de saneamiento, y 1.000 millones de personas practican la defecación al aire libre, lo que significa que el saneamiento ha sido la esfera de los Objetivos de Desarrollo del Milenio en que se ha tenido menos éxito" prosiguió el funcionario.

"La falta de agua afecta, en particular, a las mujeres y los niños, ya que, no solo pone en peligro su salud, sino que, además, obliga a perder una cantidad considerable de horas en la improductiva, y a veces peligrosa, tarea de recoger agua." acotó Ban.

"Para eliminar los múltiples problemas relacionados con el agua, debemos trabajar con un espíritu de cooperación urgente, con mente abierta a las nuevas ideas y la innovación, y dispuestos a compartir las soluciones que todos necesitamos para un futuro sostenible" concluyó Ban en su mensaje por el Día Mundial del Agua.

Agua y desarrollo sostenible

El tema del Día Mundial del Agua de 2015 es: "Agua y Desarrollo Sostenible" y pone el acento en destacar el agua es un elemento esencial del desarrollo sostenible. Los recursos hídricos, y la gama de servicios que prestan, juegan un papel clave en la reducción de la pobreza, el crecimiento económico y la sostenibilidad ambiental.

El agua propicia el bienestar de la población y el crecimiento inclusivo, y tiene un impacto positivo en la vida de miles de millones de personas, al incidir en cuestiones que afectan a la seguridad alimentaria y energética, la salud humana y al medio ambiente.

El Día Mundial del Agua se celebra el 22 de marzo de cada año. Es un día para destacar la función esencial del agua y propiciar mejoras para la población mundial que sufre de problemas relacionados con el agua. Es un día para debatir cómo debemos gestionar los recursos hídricos en el futuro.

En 1993, la Asamblea General de las Naciones Unidas designó el 22 de marzo como el primer Día Mundial del Agua. Han pasado 22 años y el Día Mundial del Agua se sigue celebrando en todo el mundo y cada año destaca una cuestión diferente.

Mensaje del Secretario General con ocasión del Día Mundial del Agua

Este año, en momentos en que las Naciones Unidas se preparan para aprobar en septiembre una nueva agenda para el desarrollo sostenible después de 2015, el Día Mundial del Agua pone de relieve la función esencial e interrelacionada del agua. Dependemos del agua para la salud pública y el progreso equitativo, y el agua es esencial para la seguridad alimentaria y energética, y sustenta el funcionamiento de las industrias.

El comienzo del cambio climático, la creciente necesidad que tienen la agricultura, la industria y las ciudades de los recursos hídricos finitos, y la contaminación cada vez mayor que afecta a muchas zonas están acelerando la crisis del agua, algo que solo puede resolverse elaborando planes y políticas intersectoriales integrales a los niveles internacional, regional y mundial.

Uno de los problemas más apremiantes es el acceso al agua potable y a servicios de saneamiento. A pesar de los progresos registrados en el marco de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, aprobados en 2000, alrededor de 750 millones de personas —más de 1 de cada 10 habitantes del mundo— siguen sin tener acceso a mejores fuentes de abastecimiento de agua. La falta de agua afecta, en particular, a las mujeres y los niños, ya que, no solo pone en peligro su salud, sino que, además, obliga a perder una cantidad considerable de horas en la improductiva, y a veces peligrosa, tarea de recoger agua.

Las estadísticas sobre saneamiento son aún menos alentadoras. Aproximadamente 2.500 millones de personas siguen careciendo de mejores servicios de saneamiento, y 1.000 millones de personas practican la defecación al aire libre, lo que significa que el saneamiento ha sido la esfera de los Objetivos de Desarrollo del Milenio en que se ha tenido menos éxito. No podremos lograr un mundo de dignidad, salud y prosperidad para todos hasta que no eliminemos esta necesidad urgente.

Nuestro futuro sostenible también encara la amenaza del cambio climático, razón por la cual los Estados Miembros de las Naciones Unidas están trabajando arduamente para llegar a un acuerdo universal significativo sobre el clima en diciembre de este año en París. En los próximos años, las emisiones de gases de efecto invernadero tendrán que reducirse considerablemente para poder evitar los peores efectos del cambio climático, entre los que se cuentan los cambios en las pautas meteorológicas y la amenaza de escasez de agua en muchas partes del mundo.

Para eliminar los múltiples problemas relacionados con el agua, debemos trabajar con un espíritu de cooperación urgente, con mente abierta a las nuevas ideas y la innovación, y dispuestos a compartir las soluciones que todos necesitamos para un futuro sostenible. Si lo hacemos, podremos poner fin a la pobreza, promover la prosperidad y el bienestar en el mundo, proteger el medio ambiente y hacer frente a la amenaza que plantea el cambio climático.

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