Colombia: “No hablamos de resguardo, sino de territorio ancestral”

Semana, 24 de octubre, 2011.- La multinacional Six Senses quiere construir un megahotel en el Parque Tayrona y el gobierno apoya el proyecto. Kasokaku Busintana, indígena arhuaco abogado, le explicó a SEMANA por qué se oponen las comunidades indígenas a este proyecto.

SEMANA: Cuando se posesionó, el presidente Santos prometió ante los kogui cuidar la naturaleza. Ahora apoya el megaproyecto. ¿Cómo interpreta el comportamiento del jefe de Estado?

KASOKAKU BUSINTANA: Una cosa es que el presidente esté de acuerdo con el hotel, pero no se puede confundir que porque es amigo de los indígenas nos puede meter en la Sierra cosas que van en contra del orden natural.

SEMANA: Cuatro personas investigadas por el escándalo de AIS están en Promotora Arrecifes, la firma que en Colombia es parte del proyecto. ¿Qué opina?

K.B.: El gobierno debe decir si son los inversionistas extranjeros los que van a venir a hacer el proyecto o los señores de la familia Dávila. Tenemos que decir la verdad.

SEMANA: El Grupo de Consulta Previa afirma que “no se registran comunidades indígenas en el área denominada sector Arrecifes-El Cabo en el Parque Nacional Tayrona”. ¿Hay o no hay comunidades indígenas en esa zona?

K.B.: No lo comparto, los indígenas tenemos una visión diferente de lo que es el territorio. La Sierra va desde el mar Caribe hasta la cúspide. Es lo que la ley de los mamos dice. La Sierra no puede ser vista como dice el ministro Pearl cuando asegura que no hay resguardo; esa es una figura jurídica. Nosotros hablamos de territorio ancestral.

SEMANA: Ustedes sostienen que son dueños legítimos de la tierra del Tayrona. ¿Por qué?

K.B.: Porque desde el principio del origen se nos entregó el Yuavika Umunukunu, que significa el corazón del mundo. Hay un derecho milenario que es abuelo del occidental, que es muy reciente. Allí desarrollamos actividades espirituales importantes para el equilibrio del universo.

SEMANA: Es, entonces, un territorio intocable...

K.B.: Sí, es intocable y no es para hacer negocios. Lo digo así porque soy nieto de mamo, mi placenta está enterrada allí como la de todos nosotros. El bautizo es el reconocimiento espiritual ante la tierra sagrada. La placenta se siembra para que uno sea semilla y empiece a amar la Sierra.

SEMANA: ¿Por qué cree que es tan difícil para algunos entender la lógica espiritual de ustedes?

K.B.: Hay un analfabetismo espiritual y cultural. Acá todavía persiste un espíritu colonial. En el país se quedó la ‘maldición de malinche’, que significa creer que es más importante lo occidental, y no damos importancia a la visión de los indígenas de armonía y equilibrio.

SEMANA: ¿Por qué decidió tomar la vocería de las comunidades indígenas del Tayrona?

K.B.: Kasokaku significa ‘hombre claro’ y soy hijo de la Sierra. Más que tomar la vocería, sigo el legado de mi abuelo mamo Bunchanawin y defiendo la paz que tenemos. Hablo como un hijo al que le duele que maltraten a su mamá. Soy como el traductor simbólico de los mamos.

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