Adital.- Una de las principales banderas del ex-diputado federal João Alfredo es la lucha por la defensa del medio ambiente. Maestría por la Universidad Federal de Ceará (UFC) en Derecho Ambiental, participó de las comisiones de medio ambiente en sus mandatos tanto en la Asamblea Legislativa de Ceará como en la Cámara Federal, además de haber integrado el Consejo Estatal de Medio Ambiente.
Actualmente, João Alfredo presta consultoría a Greenpeace, que actúa internacionalmente en cuestiones relacionadas con el medio ambiente y el desarrollo sustentable. En la primera parte de esta entrevista, nos habla sobre los desafíos del combate a los transgénicos y sobre la importancia de los movimientos socioambientales para la construcción de una sociedad comprometida con los diversos aspectos de la sustentabilidad.
ADITAL: ¿Cómo comenzó usted a involucrarse con cuestiones ambientales y, específicamente, con el trabajo de Greenpeace?
João Alfredo: Mi militancia ambientalista viene desde la época en que fui electo por primera vez diputado estatal por el PT, en Ceará, en 1986. En todos mis mandatos (tres de diputado estatal y uno de diputado federal) participé como miembro de las comisiones de medio ambiente, tanto de la Asamblea Legislativa, como de la Cámara Federal.
Integré, por varios mandatos, el Consejo Estatal de Medio Ambiente. Fundé, con otro(a)s compañeraos, el Instituto Ambiental de Estudios y Asesoría. Defendí mi disertación, para alcanzar la maestría en la UFC, en el área de Derecho Ambiental. Por todo eso, fui invitado por Greenpeace para prestar consultoría en el área de políticas públicas, en especial en la cuestión de la Amazonia y en el combate de los transgénicos.
ADITAL: ¿Cuál es el papel de los movimientos sociales en lo que se refiere al desarrollo sustentable?
João Alfredo: Los movimientos sociales, o mejor dicho, los movimientos socioambientales tienen un papel fundamental en la lucha por la sustentabilidad, en sus aspectos social, ambiental, ético, cultural, étnico y político. Es esa visión amplia, sistémica y de sustentabilidad la que puede conceptuar mejor ese nuevo patrón civilizatorio que queremos construir, ya que el concepto de desarrollo sustentable se encuentra bastante desgastado, por su uso, de forma muchas veces oportunista, por quienes no tienen ningún compromiso con un modelo nuevo de sociedad.
Digo que es fundamental, porque son esas comunidades más tradicionales, más sufridas, las que vienen al mismo tiempo, sufriendo más directamente por la degradación y la contaminación, pero también, resistiendo el actual modelo (y su modo de producción capitalista), gestando las simientes de esa nueva sociedad.
Es lo que pasa con los indios, los ribereños y los seringueiros de la Amazonia, que resisten el avance del agronegocio sobre la floresta; con los pescadores en todo nuestro litoral, en la lucha contra la carcinicultura y el turismo predatorio; en la articulación de agroecologistas, campesinos y ambientalistas contra los organismos genéticamente modificados (transgénicos o OGM) y el monocultivo, sea de eucaliptos, sea de caña de azúcar, sea de soja, sea la pecuaria.
En fin, es esa alianza entre los movimientos sociales y ambientales la que está forjando las bases de esa nueva sociedad. Una sociedad socialmente justa y ambientalmente equilibrada. Una sociedad ecosocialista.
ADITAL: Muchas críticas fueron hechas en relación con las decisiones de la Comisión Técnica Nacional de Bioseguridad sobre la liberación comercial de organismos genéticamente modificados. ¿Cómo monitorea Greenpeace esas deliberaciones y cuáles son las críticas a la Ley de Bioseguridad?
João Alfredo: Greenpeace es parte, con otras entidades de los movimientos sociales, ambientalistas, campesinos y de consumidores, de una campaña nacional llamada "Por un Brasil libre de transgénicos". Es la campaña que ha hecho un seguimiento a las reuniones de la CTNBio, demandado en la Justicia, movilizado a parlamentarios, presionado al Gobierno y realizado manifestaciones contra las liberaciones irresponsables e ilegales que están ocurriendo en Brasil, principalmente en lo que concierne al maíz transgénico.
Esas liberaciones han sido realizadas contra la propia Ley de Bioseguridad -que no es un buen instrumento, pues restó atribuciones importantes a los Ministerios de Medio Ambiente y de Salud- al punto que dos órganos del propio Gobierno -el Ibama y la Anvisa- han interpuesto apelación judicial contra esa liberación.
Esto porque no habían sido realizados, por parte de las empresas, estudios que pudiesen garantizar la no existencia de impactos sobre la salud humana (principalmente de los recién nacidos, lactantes y gestantes) y sobre el medio ambiente. Actualmente, esas liberaciones -realizadas por una comisión, la CTNBio, mayoritariamente formada por representantes ligados a las multinacionales de semillas transgénicas- se encuentran suspendidas por la Justicia y esperando una posición del Consejo de Ministros del Gobierno Federal (que debe juzgar los dos recursos ya mencionados).
ADITAL: La cuestión de los transgénicos viene llamando la atención por medio de las protestas de los agricultores que ven sus plantaciones contaminadas. ¿Cómo puede la sociedad civil protegerse de los perjuicios causados por los transgénicos?
João Alfredo: Primero, tomando conocimiento de la situación y conciencia de los riesgos que representan los transgénicos. Como consumidores, rechazar los transgénicos y priorizar productos de la economía campesina y de la agricultura ecológica. Como ciudadanos, protestar contra las acciones y omisiones del Gobierno, inclusive exigiendo el rotulado de los productos que contengan OGM, como manda la ley, para que podamos ejercer nuestro derecho de opción en relación con nuestra alimentación.
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Traducción: Daniel Barrantes - barrantes.daniel@gmail.com
Fuente: Agencia de Información Fray Tito para América Latina, ADITAL.
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