Servindi, 26 de diciembre, 2013.- La situación de un sector de la población del distrito de Morococha, en la región Junín, afectados por el proyecto minero Toromocho a cargo de la minera china Chinalco no ha sido resuelta aún. Ellos se encuentran expuestos a los peligros de la actividad minera.
Es por ello que el Arzobispo Metropolitano de Huancayo, Monseñor Pedro Ricardo Barreto, exhortó al Gobierno del presidente Ollanta Humala y a los congresistas de la República a prestar atención a este tema.
El religioso sostuvo que se vive una situación de angustía en esta parte de la provincia de Yauli, Junín, además de conflictiva e incierta.
A raíz del proyecto minero cientos de familias tuvieron que dejar sus casas para trasladarse a otra zona, cuya construcción estuvo a cargo de la empresa, y que ahora se conoce como Nuevo Morococha.
Sin embargo, son numerosas las familias que aún no han sido reasentadas en una zona lejos de donde se va desarrollar minería. La situación de estas familias es lo que viene despertando gran preocupación en diversos sectores.
Compartimos el contenido del docuemnto dirigido a las citadas autoridades del Estado peruano.
Pronunciamiento
Morococha en emergencia social
Como Arzobispo Metropolitano de Huancayo, me dirijo al Señor Presidente de la Republica, a los Congresistas representantes de la Región Junín, a la Presidencia del Consejo de Ministros, a los Ministros de Energía y Minas, del Ambiente, de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, al Presidente del Gobierno Regional y a la opinión publica para manifestar lo siguiente:
1. Desde el inicio de la Mesa de Dialogo para el reasentamiento Poblacional de Morococha (agosto de 2009), la Iglesia ha acompañado este proceso, como facilitadora, en la persona del Arzobispo de Huancayo. Durante este largo dialogo se han dado luces y sombras, avances y retrocesos por buscar juntos la verdad, la justicia, el bienestar y el bien común de las personas.
2. Sin embargo, ante el inicio de las operaciones mineras, compartimos la angustia por la situación social de vulnerabilidad, conflictiva e incierta, que aún viven numerosas familias de la población de Morococha. Nos preocupa, de manera especial, la situación de la poblacion aún no reasentada.
3. Por este motivo, exhortamos al Estado y a la Empresa Minera Chinalco, a un diálogo urgente con la población para que dicho reasentamiento se realice con una autentica inclusión social y con el respeto irrestricto de los derechos humanos y la dignidad de todas las personas. Aquí cabe recordar el Art. 10 de la Constitución Política del Perú, que establece que el fin supremo de la sociedad y del Estado es el respeto de la Persona y su dignidad.
4. Consideramos que la propuesta del Convenio Marco Unificado (CMU) es una oportunidad para construir una nueva ciudad con una sociedad que priorice el desarrollo humano integral y sostenible, social, económico, laboral, productivo y ambiental. Por ello, igualmente, exhortamos a que se suscriba, lo más pronto posible, dicho convenio entre la población morocochana y la Empresa Chinalco, para asegurar la ansiada paz social.
5. El papa Francisco ha afirmado que: "[El dinero debe servir y no gobernar]. El Papa ama a todos, ricos y pobres; pero tiene la obligación, en nombre de Cristo, de recordar que los ricos deben ayudar a los pobres, respetarlos y promoverlos" (Discurso del 16 de mayo de 2013 a los nuevos Embajadores en la Santa Sede).
Ante la proximidad de la fiesta del nacimiento de Jesús, queremos expresar nuestra esperanza para que el Perú sea testigo de una armónica relación entre el Estado, la Población y la Empresa, que garantice la paz y el desarrollo humano integral de la persona y de la población local, regional y nacional.
Huancayo, 11 de diciembre de 2013
Mons. Pedro Ricardo Barreto
Arzobispo Metropolitano de Huancayo
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