Servindi, 30 de agosto, 2011.- Su incansable lucha por la defensa de los derechos y territorios de las comunidades indígenas del Alto Sinú; las acciones que lideró para denunciar los impactos negativos de la represa Urrá: y su gran respeto por la naturaleza son solo algunos de los legados del líder embera-katío Kimy Pernía, que se pueden conocer en el libro “Kimy, palabra y espíritu de un río”.
Esta publicación compila una serie de textos y fotos, algunos inéditos, sobre este gran líder embera katío, que fue secuestrado y asesinado hace diez años por órdenes del paramilitar Carlos Cataño. Le dieron muerte atado de pies y manos. Luego, Salvatore Mancuso, otro jefe paramilitar, ordenó que su cuerpo se desentierre y eche al río Sinú.
Kimi es recordado como el líder indígena que se enfrentó con la clase poderosa que gobernaba el departamento del Córdoba, y que había decidido inundar las tierras del resguardo Karagabí para construir la hidroeléctrica Urrá.
"La represa trajo la muerte a nuestra gente; muerte de los pescados; muerte de los miembros de nuestra comunidad, que han sentido la pérdida de proteínas, debilitando su salud y la muerte de nuestros líderes que han protestado y desafiado este proyecto. El impacto sobre mi pueblo es muy, pero muy triste", denunció ante el Parlamento canadiense en 1999.
El pensamiento y las acciones de Kimy Pernía adquieren importancia ética y validez analítica en el contexto actual de crisis ambiental que vive Colombia, que es parte de la crisis general del modelo económico mercantil que convierte ríos, bosques y montañas en meros objetos de las transacciones comerciales.
"Un modelo que ha sido implantado por la violencia y bajo una concepción de desarrollo y civilización excluyente, pensado por pocos para beneficio de pocos". Es ahí, cuando cobra sentido el legado del líder indígena de establecer relaciones de solidaridad y reciprocidad con los congéneres, pero sobre todo con la selva, ríos, montañas, animales y plantas.
El texto se llama “Kimy, palabra y espíritu de un río” porque una característica de Kimy fue su entrañable unión con los ríos de su territorio Karagabí. Nació y se crió en Kuranzadó (Esmeralda). Luchó porque el Iwagadó (Verde) se integrara de nuevo al territorio del pueblo embera y murió defendiendo el Dokeradó (Sinú), donde reposa su cuerpo.
La obra fue compilada por Efraín Jaramillo, y fue posible gracias al Grupo Internacional de Trabajo sobre Asuntos Indígenas (IGWIA) y el Colectivo de Trabajo Jenzerá. Cabe señalar, que fue presentada oficialmente en la ciudad de Bogotá, en junio de este año al conmemorarse los 10 años de desaparición del Kimy.
Descarga el libro en el siguiente enlace:
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