29 de marzo, 2011.- Organizaciones nativas instalaron un puesto de control en la Reserva Territorial Isconahua para proteger a los indígenas en aislamiento de la invasión de madereros ilegales. La iniciativa responde a la inacción de las autoridades locales y busca evitar la desaparición de este pueblo.
El puesto de vigilancia, implementado por la Federación de Comunidades Nativas del Ucayali y Afluentes (Feconau) y la Organización Regional Aidesep Ucayali (ORAU), se ubica en el río Alto Callería.
El nuevo puesto permitirá a los agentes de protección efectuar acciones de vigilancia para impedir el ingreso de foráneos que atenten contra sus formas de vida, informó la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep).
Con la iniciativa ORAU no busca usurpar funciones a los organismos del Estado, más bien, instó al gobierno a trabajar de manera conjunta, incluido el Instituto Nacional de Desarrollo de Pueblos Andinos, Amazónicos y Afroperuano (Indepa), hoy adscrito al Ministerio de Cultura.
“El que organizaciones indígenas tengan que proteger las reservas de los indígenas aislados supone una devastadora crítica a la falta de acción gubernamental. Parece que quedarse de brazos cruzados ignorando el problema es la táctica preferida del gobierno”, indicó hoy Survival mediante un comunicado.
En el Perú, la tala ilegal representa una grave amenaza para la supervivencia de alrededor de quince pueblos indígenas no contactados.
Vuelos sobre la amazonía documentaron la existencia de campamentos madereros ilegales en territorios de no contactados que los obliga a huir hacia zonas desconocidas por ellos.
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