CNR, Lima, 10 de julio de 2007.- La instalación de los ductos del gas de Camisea ha sido un fracaso, debido a la falta de fiscalización que no permitió prevenir las fugas que tanto daño causaron al medioambiente, aseguró el director de ingeniería de la consultora estadounidense E-Tech Internacional, Bill Powers.
El proceso ha sido un fracaso, porque en todo momento se conoció que existían tubos de instalación frágiles, que estaban expuestos a terrenos inestables y problemas externos, sostuvo.
Desde los estudios de la Coordinadora Nacional de Radio (CNR), Powers exhortó al gobierno peruano a que modifique el proceso de fiscalización y que se tomen las medidas correctivas con la empresa Transportadora de Gas del Perú (TGP) por las fallas que han producido los seis derrames en la construcción.
Powers detalló que la información que manejan y que en todo momento enviaron al ministerio de Energía y Minas, coincide con la información de la consultoría hecha por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que establece que las rupturas se pudieron prevenir.
El especialista criticó la ruta que siguen las tuberías de Camisea por las montañas de la selva, que está afectada por una erosión de los suelos generada por la misma estructura del gasoducto.
Indicó que, en algunos puntos, las tuberías han perdido hasta un 50 por ciento de su espesor, a pesar de que las normas internacionales señalan que la tubería no debe perder más de un dos por ciento de su espesor al año.
Desde diciembre del 2004 a la fecha, se han registrado un total de seis fugas en el ducto que conduce el gas de Camisea. Según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), tres de los derrames de líquidos ocurrieron por razones geotécnicas.
Las tuberías de Camisea fueron construidas en el 2003 con un presupuesto de 800 millones de dólares, mientras que el costo del equipo que revisa el interior del tendido, denominado "chancho inteligente", supera los 500 mil dólares.
La última ruptura de la tubería de líquidos de gas se produjo en abril pasado a la altura del kilómetro 125 del tendido. Según una evaluación del Gobierno Regional del Cusco, se perdieron 4.000 barriles de combustible; en cambio, el consorcio TGP afirmó que apenas salieron "unas gotas" de hidrocarburo.
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