¿Qué se puede aprender de América Latina para proteger y promover los derechos humanos?

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- La perseverancia, la creatividad y las alianzas: tres aprendizajes esenciales para reflexionar en el Día Internacional de los Derechos Humanos.

Por Naomi Roht-Arriaza*

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La perseverancia

Tal vez la característica más importante del movimiento de derechos humanos, ha sido su capacidad de seguir luchando aún en condiciones muy adversas. Un ejemplo: la lucha de las victimas, los grupos de familiares, abogados, periodistas, activistas y otros por poner fin a la impunidad por las graves violaciones a los derechos humanos. Empezando desde una situación caracterizada por amnistías de jure o de hecho, siguieron buscando cómo abrir brechas, cómo aprovechar las limitaciones y excepciones, cómo encontrar y educar jueces independientes, y cómo combinar la lucha nacional con las instancias regionales e internacionales.

La creatividad

Relacionado con lo anterior, América Latina ha dado un ejemplo de la combinación creativa de varias estrategias, legales y no-legales, para lograr la protección de los derechos humanos. Ejemplos incluyen la combinación de la jurisdicción universal con esfuerzos nacionales de enjuiciar a los responsables de graves violaciones, el uso creativo de los mecanismos de jurisdicción universal civil o de sistemas administrativos o de control migratorio en países (como Estados Unidos) donde se dificulta la vía penal, y el buscar ampliar y adecuar las posibilidades del sistema interamericano de derechos humanos para responder a nuevas necesidades, como es el caso con el Grupo de Expertos que investiga el caso de Ayotzinapa en México.

Las alianzas

Cada vez más, está claro que los derechos humanos efectivamente son interdependientes e indivisibles, y el movimiento de derechos humanos tiene que contemplar una gama cada vez más amplia de actividades y luchas para protegerlos. Así, la lucha para la protección del territorio, del agua, de los bosques y de la vida es un tema cada vez más central en el accionar de los movimientos de derechos humanos, lo cual implica una alianza y un trabajo conjunto con ambientalistas, pueblos indígenas, y grupos enfocados en la responsabilidad corporativa, no sólo del estado. Así también, la lucha reciente en Guatemala por quitar a una cúpula de gobierno corrupto y militarizado demostró una vez más que la lucha contra la corrupción, por un gobierno que responda a las necesidades de la población y no sólo al reparto del botín entre sus allegados, es una parte importante de la lucha por un país, un continente y un mundo donde se respetan todos los derechos de todos y de todas.

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*Naomi Roht-Arriaza es presidenta del Consejo Directivo de DPLF. Profesora de Hastings College of Law Universidad de California.

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Fuente: Fundación para el Debido Proceso: http://dplfblog.com/2015/12/10/que-se-puede-aprender-de-america-latina-para-la-proteccion-y-promocion-de-los-derechos-humanos/

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