Servindi, 9 de julio, 2009.- El segundo Congreso Mundial de Páramos recomendó a los países de la región excluir cualquier tipo de actividad minera en las zonas andinas que afecte el la conservación y el uso sostenible de estos ecosistemas habitados, sobretodo, por pueblos indígenas. (Imagen: paramosecuador.org)
"Más de 700 participantes, entre ONG, autoridades nacionales y organizaciones internacionales, líderes comunitarios, niños y niñas parameros, y empresarios, reconocieron en este documento el carácter estratégico y sagrado de los páramos para la región andina", manifestó PARAMUNDI, organizador del evento.
Asimismo, en el congreso se acordó eliminar o prevenir actividades como la forestación, agricultura y turismo a gran escala, la caza no tradicional, el deporte motorizado, quema frecuente, y la construcción de infraestructura de gran magnitud.
"Esto también incluye por razones de interés superior y bien común, excluir la minería de los páramos en todas sus modalidades, teniendo en cuenta el contexto y ordenamiento jurídico y las soberanías nacionales", indicó el presidente de la Comisión Técnica de PARAMUNDI y coordinador regional del Proyecto Páramo Andino, Bert De Bièvre.
"Sin duda la exclusión de la minería en los páramos colombianos y el reconocimiento de los derechos de la naturaleza y el mandato de protección presentes en la Constitución Política ecuatoriana, así como la inclusión de páramos en áreas protegidas de Perú y Venezuela, son hitos en la conservación y uso sostenible de estos ecosistemas", agregó.
"Sin embargo, la declaratoria también reconoce una deficiente participación ciudadana y una falta de coherencia, complementariedad y aplicación efectiva de estas y otras normatividades existentes", finalizó el especialista.
La declaratoria del congreso resaltó además las iniciativas en marcha que implementan el diálogo de saberes entre el conocimiento tradicional y científico, así como las decisiones políticas que propenden por un mejor manejo de estos ecosistemas.
Y destacó los numerosos acuerdos multilaterales ambientales y sociales, como el Convenio de Diversidad Biológica (CDB), la Convención Ramsar y los Objetivos de Desarrollo del Milenio, entre otros.
Se estima que más de cuarenta millones de personas, sólo en los andes del norte, se benefician de la singular biodiversidad de los páramos, así como sus capacidades de regulación hídrica y acumulación de carbono en sus suelos.
En este sentido, la declaratoria también subraya la vulnerabilidad de estos ecosistemas frente al cambio climático, teniendo en cuenta su carácter de ecosistema tropical de alta montaña.
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