Embalse Sardar Sarovar sobre el río Narmada en la India. Foto: Sardarsarovardam.org
- Se estima que en todo el mundo se han construido unas 45.000 grandes represas. Si bien brindan considerables beneficios, también provocan devastadoras consecuencias.
Por Luis Claps
Servindi, 1 de octubre, 2015.- Mientras se aproximan las reuniones anuales del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), a desarrollarse en Lima del 7 al 11 de octubre, es momento de ir al archivo y repasar algunos de los proyectos hidroeléctricos más polémicos financiados por dichas instituciones.
Según la organización International Rivers, el Banco Mundial ha sido uno de los principales financiadores de grandes represas. Durante las décadas de 1980-90 la entidad invirtió más de US$90 mil millones en megaproyectos que proveen energía barata y agua potable a millones de personas. Sin embargo, también suponen un vasto legado de devastación ambiental y empobrecimiento social.
Costos sociales y ambientales
Hacia finales de la década de 1990, los movimientos de resistencia y las campañas de los pueblos afectados por las centrales hidroeléctricas motivaron la formación de la Comisión Mundial de Represas, cuyo objetivo fue evaluar de forma independiente los impactos de estas mega obras.
Integrada por comunidades afectadas, gobiernos y firmas constructoras, la Comisión propuso cambios en el proceso de aprobación e implementación de los proyectos para reducir sus costos sociales y ambientales. Su emblemático informe final se basó en dos años de estudios de casos en varios países.
Los resultados confirmaron las críticas planteadas durante años por las organizaciones sociales de base y sus denuncias de violaciones a los derechos humanos, daño ambiental, afectaciones a la salud, pérdida de fuentes de alimentación y formas de vida tradicional, desalojo forzado, criminalización de la protesta social, insalubridad del agua y degradación de los ecosistemas acuáticos.
El reconocimiento de los verdaderos costos y el incremento de la resistencia pública hicieron que durante la década de 2000 el Banco Mundial se retire progresivamente del sector.
Pueblos indígenas
En América Latina la construcción de grandes represas suele implicar graves afectaciones para las comunidades indígenas y afrodescendientes. Si bien hay normas y estándares internacionales específicos que protegen sus derechos, incluyendo el derecho a ser consultados ante proyectos que puedan afectarlos, no siempre se cumplen.
En muchos casos las personas y comunidades que defienden sus derechos sufren hostigamientos, incluyendo denuncias judiciales y uso desmedido de la fuerza contra protestas pacíficas.
Cambio climático
El Banco Mundial justifica el financiamiento a las grandes centrales hidroeléctricas por la urgente necesidad de mitigar el cambio climático. Sin embargo, especialmente en los trópicos, los científicos han demostrado que la descomposición de la vegetación sumergida es una fuente significativa de metano, uno de los gases de efecto de invernadero más perjudiciales.
Las represas son altamente vulnerables al cambio climático porque el caudal y flujo de los ríos es cada vez más impredecible debido a los fenómenos extremos. Las inundaciones aumentan el riesgo de fallas catastróficas y las sequías prolongadas hacen que muchos proyectos se vuelvan antieconómicos.
Sardar Sarovar en la India
"Fue un error y el Banco no debería haberla financiado", admitió en 1996 el entonces presidente del Banco Mundial, James Wolfenshon, al referirse al gigantesco proyecto que represó el río Narmada en el centro de la India.
Sardar Sarovar es la más grande de una serie de treinta represas que se planea construir sobre el río Narmada, frontera tradicional entre el norte y el sur de la India que fluye en dirección oeste a lo largo de 1312 km hasta desaguar en el golfo de Cambay, en el mar Arábigo.
El proyecto irriga miles de hectáreas en Kutch y Saurashtra. Es uno de los más controversiales del país y fue objeto de protestas desde los años 1980.
El Banco Mundial se retiró del proyecto en 1994. El documental Drowned Out (2002) narra la historia de una comunidad que decidió quedarse a esperar el agua en lugar de abandonar la tierra.
Yacyretá en la frontera entre Paraguay y Argentina
Se ubica a 320 kilómetros al sudeste de Asunción y 250 al este de la ciudad de Corrientes. En diciembre de 1973 se firmó el tratado que fundó la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) y el compromiso de ambos países con el desarrollo de la obra. La construcción comenzó en diciembre de 1983 y fue inaugurada por los presidentes Menem y Wasmosy en julio de 1998.
Según el informe "Grandes represas en América, ¿Peor el remedio que la enfermedad?" publicado por AIDA en 2000, se trata de un caso emblemático de los impactos negativos que pueden provocar las grandes represas.
Las denuncias interpuestas por los afectados generaron investigaciones del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo que evidenciaron numerosas violaciones a las obligaciones ambientales, de reasentamiento y compensación a las comunidades. El costo final de la obra alcanzó los US$11 mil millones, más del doble de lo presupuestado.
En 2007 cientos de vecinos de Posadas y otras localidades de Misiones afectados por la mega-represa marcharon hasta la Casa de Misiones en Buenos Aires, donde realizarán un acto simbólico para declarar a Yacyretá "monumento nacional a la corrupción".
Activista indígena Berta Cáceres. Foto: BBC
Agua Zarca en Honduras
Un artículo de BBC Mundo de abril de 2015 cuenta cómo Berta Cáceres organizó al pueblo lenca en su lucha contra la represa en el río Gualcarque, sagrado para las comunidades indígenas y vital para su supervivencia.
La campaña logró que la empresa estatal china Sinohydro, la mayor constructora mundial de represas, y la Corporación Financiera Internacional, desistan de la iniciativa.
Más de 150 asambleas indígenas manifestaron su rechazo al proyecto y en 2013 tomaron indefinidamente las carreteras para impedir la entrada de maquinaria. El bloqueo duró más de un año, durante el cual tres líderes fueron asesinados.
Un informe de la organización Global Witness titulado "¿Cuántos más?" señala que Honduras fue el país del mundo que registró más asesinatos de defensores del ambiente en 2014.
Berta Cáceres recibió el Premio Goldman 2015, uno de los más prestigiosos en el campo ambiental.
Chixoy en Guatemala
Según la organización Bretton Woods Project, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) financiaron la represa a pesar de la evidencia de las atrocidades cometidas contra la población local, incluyendo asesinatos, tortura y violaciones.
En sus inicios la capacidad instalada de la hidroeléctrica Chixoy fue el doble de la energía eléctrica consumida en Guatemala en 1982.
En octubre de 2014 el gobierno accedió a pagar unos US$155 millones durante quince años como reparación a las comunidades indígenas que sufrieron abusos a los derechos humanos por el conflicto armado interno y la construcción de la represa durante la década de 1980.
Represa de Chixoy. Foto: Robert Dawson - Aguariosypueblos.org
Alternativas
Las grandes represas no son la única opción para atender la demanda de energía. Hay alternativas económicas y limpias que incluyen la creación de incentivos para el uso eficiente de la energía en los hogares y el sector productivo, así como la promoción de energías renovables como la solar, eólica, geotérmica e incluso hidroeléctricas pequeñas y medianas.
Comentarios (1)