Servindi, 6 de mayo, 2015.- "No es cierto que exista una conspiración antiminera en el Perú, muy por el contrario, la desconfianza hacia la minería viene de años de malas prácticas, de un Estado ausente y de un empresariado que no es élite nacional, sino simple intermediario del gran capital que no piensa como país, sino en ganarse alguito".
Así lo sostuvo César Gamboa Balbín, especialista en temas ambientales de la asociación Derecho, Ambiente y Recursos Naturales (DAR) en un artículo publicado en el diario UNO.
"Nuestro país es una caja registradora que deja de lado todos los derechos y privilegios conquistados en el tema socio-ambiental (...) por la ambición de unos cuantos que no invirtieron en país cuando debían y viven en un modelo de desarrollo, opulencia y pura fantasía con fecha de expiración, dada nuestra dependencia de la minería" prosiguió.
A continuación el artículo de César Gamboa:
Los verdaderos enemigos del Perú
Por César Gamboa Balbín
06 de mayo, 2015.- Creo que estamos viviendo, como todo gobierno que acaba mal y después de 15 años de democracia, el desgaste del modelo político y de la gestión de los recursos naturales. Si algo se pudre en el Perú es este modelo que traerá mayores conflictos si no estamos dispuestos a cambiar.
Al parecer la Derecha Bruta y Achorada (DBA) se ha entercado, pese a que se viene un año electoral, en forzar cambios institucionales y legales que aseguren la gran inversión. Entiéndanlo, esta visión autoritaria y dictatorial está cosechando más Baguas, Congas y Tías de María: más conflictos ahí donde las cosas se hacen mal.
No es cierto que exista una conspiración antiminera en el Perú, muy por el contrario, la desconfianza hacia la minería viene de años de malas prácticas, de un Estado ausente y de un empresariado que no es élite nacional, sino simple intermediario del gran capital que no piensa como país, sino en ganarse alguito.
Nuestro país es una caja registradora que deja de lado todos los derechos y privilegios conquistados en el tema socio-ambiental. Desde expropiaciones hasta exceptuar la consulta previa, porque la economía se va en pique, por la ambición de unos cuantos que no invirtieron en país cuando debían y viven en un modelo de desarrollo, opulencia y pura fantasía con fecha de expiración, dada nuestra dependencia de la minería, sino miremos las cifras del precio del oro o el craso error de exportar el gas natural de Camisea, ahora en renegociación, cuando siempre nos convenía consumirlo en el país.
La prepotencia de la DBA se acabará cuando pasemos a mayores, a un movimiento que limite nuestra democracia y tengamos de nuevo que defenderla. No lleguemos a eso, sigamos el camino reformista de mejoras institucionales y sembrar confianza no solo en el empresariado sino en todo: Yo sí creo en la necesidad de un Estado que priorice la inversión, presente en el Acuerdo Previo, en el monitoreo ambiental; no en uno que le dice a la inversión “ven” y después la deja sola. Pero también creo que si la inversión quiere venir, no debe caer en el sistema clientelista y lo use para debilitar al OEFA; ni en el lobby para desaparecer reformas socio-ambientales que son producto de los conflictos vividos.
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Fuente: Columna publicada en diario UNO.
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