Por Juan Carlos Ruiz Molleda
3 de ocrtubre, 2014.- Acabamos de regresar de la Comunidad Nativa Cuninico, distrito de Urarinas, provincia y región de Loreto, lugar del derrame de aproximadamente 3,000 barriles de petróleo en junio pasado.
Petroperu ha sacado comunicados donde indica que todo esta siendo remediado.
Sin embargo, si bien se están haciendo esfuerzos por limpiar la quebrada de Cuninico, la realidad es otra.
La población indígena de las comunidades ya no puede tomar agua del río. Y si lo hace tienen dolores de cabeza, mareos, diarreas, caídas de pelo, dolores de hueso, irritación de los ojos, etc.
La pesca, principal fuente de alimentación de esta comunidad y de las comunidades nativas vecinas, ha sido afectada irremediablemente por mucho tiempo, pues el río y los peces están contaminados, y ya no quieren comerlo. Según los propios pobladores huelen a petróleo.
Pero no sólo eso. La pesca también era la principal actividad económica de la comunidad que daba trabajo a estas comunidades. De lo que obtenían con ello compraban otros útiles necesarios para la vida diaria como gasolina para el transporte de los escolares, medicinas, alimentos...
Ahora ya nadie quiere comprarle pescado a las comunidades nativas de la zona. Ya no vienen de otros sitios a comprarles. Y cuando los llevan a Maypuco y a otros sitios a venderlo, ya nadie les quiere comprar.
En resumen. Se han quedado sin trabajo, sin agua, y sin alimentación.
Petroperú da agua y alimentación únicamente a la CN Cuninico haciéndoles dependientes de esa ayuda insuficiente para mantener a la población. No se sabe hasta cuando se va a mantener la ayuda y lo que es peor, la comunidad pierde el control sobre su territorio, recursos, desarrollo.
Las otras comunidades afectadas, CCNN Cuninico, CCNN Urarinas, CCNN Nueva Santa Rosa, CCNN Nueva Esperanza, y CCNN San Francisco, no reciben nada de Petroperú. Incluso la empresa les ha dicho que pueden comer el pescado a pesar de que la gente siente que sabe a petróleo y que ingerirlo trae una serie de consecuencias graves para su salud.
El daño que le han hecho a la comunidad es terrible, pues no sólo se afecta su derecho a la salud y a la alimentación, sino su derecho al trabajo, y su derecho a su propio modelo de desarrollo económico por mucho tiempo.
Pero no sólo eso. Algunas de las personas que han trabajado limpiando la quebrada y que han estado expuestas al petróleo, incluso los menores de edad, que sin implementos recogían petróleo sólo en calzoncillos, tienen serios problemas de salud: dolores de espaldas, dolores musculares, irritación en los ojos, cansancio, dolor al orinar, fatiga en el trabajo.
No hay posta médica en Cuninico. Sólo hay un tópico y pertenece a Petroperu, la cual es evidente que jamás irá contra sí misma.
La gente al no tener trabajo se ve en la necesidad de trabajar en la descontaminación con Petroperu, y no protesta pues sino la sacan.
La Comisión de DDHH del Vicariato de Iquitos y el IDL han intervenido a pedido de la Comunidad Cuninico y estamos evaluando juntos con las autoridades de las comunidades afectadas, sobre las acciones legales a realizar, para proteger y restituir los derechos de estas comunidades.
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Fuente: Cuenta de facebook de Juan Carlos Ruiz Molleda.
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