El Buen Vivir, máximo paradigma del bienestar para los pueblos indígenas, está estrechamente ligado a la gobernanza del territorio y conservación de la biodiversidad. Conozcamos la experiencia de los guna para enfrentar estos desafíos de orden global.
MGT, 11 de octubre, 2024.- La comarca Guna Yala, territorio del pueblo indígena Guna –uno de los más influyentes de Panamá–, posee algunos de los bosques mejor conservados de dicho país.
Estos cubren el 85 por ciento del territorio guna, conformado por 365 islas a lo largo de una franja de tierra en la costa este del caribe panameño, lugar muy apreciado por su belleza.
Dada esta ubicación, el turismo siempre fue uno de sus principales pilares económicos, sin embargo, la irrupción de la pandemia de 2020 casi los paralizó, debiendo probar nuevas alternativas para su subsistencia.
Gran parte de los territorios de Guna Yala son insulares. Imagen: MGT.
En este escenario surge el proyecto «Gestión biocultural: fortalecimiento de la gobernanza forestal, ecoturismo y ambiente», impulsado por el Mecanismo de Gobernanza Territorial (MGT)
Gracias a esta iniciativa los guna diseñaron y priorizaron acciones para el fortalecimiento de su soberanía alimentaria, ecoturismo, gestión de bosques y la defensa territorial.
En resumen, apostaron por robustecer aspectos clave para su gobernanza, cultura y conservación de la biodiversidad.
Gobernanza, una necesidad
Si bien el transitar de los pueblos indígenas está marcado por luchas, los guna no son la excepción y han destacado por su férrea defensa para conservar su cultura y ejercer su autodeterminación.
Como resultado, han consolidado un modelo ejemplar de autogobierno, el Congreso General Guna (CGG), máximo organismo político-administrativo de este pueblo, reconocido además por el gobierno de Panamá.
Junto a esta instancia cuentan también con el Congreso General de la Cultura Guna, máximo organismo de su cultura y espiritualidad, establecido para proteger, consolidar y desarrollar las expresiones culturales y conocimientos.
Es así que la importancia de estos aspectos para la vida de los guna se refleja en las acciones priorizadas que explicamos a continuación.
Turismo y producción
Para el pueblo Guna, cuya economía está basada fuertemente en el turismo, contar con alternativas que muevan la economía local fue muy importante tras los graves impactos de la pandemia del COVID-19.
“Fue por eso que impulsamos actividades con el objetivo de promover el turismo, tales como la mejora de senderos”, cuenta Jorge Andreve, facilitador local del MGT que acompañó la intervención.
Un sendero es una trocha, un camino de dos metros de ancho por donde los visitantes pueden pasear y observar la naturaleza que hay alrededor de la comunidad, incluyendo la variedad de especies de árboles.
Así, se realizó una rehabilitación de estos senderos interpretativos que nos cuentan sobre los guna y sus plantas más importantes culturalmente.
Mejoraron el sendero Ina Igar, de 840 metros de largo, que tenía más de 20 años en pésimas condiciones, generando placas de identificación de 62 árboles de importancia cultural y de plantas medicinales.
“El otro objetivo fue fortalecer la producción de coco, que es nuestro rubro principal luego del turismo, para no solo fortalecer la economía sino también la producción de un cultivo perenne”, prosigue Andreve.
Con ese propósito, se capacitó a productores de las comunidades de Gardi Sugdub y Mandiubigandub en la importancia de generar plantaciones de semillas sanas, resistentes y sin la presencia de plagas.
Asimismo, se apoyó de manera técnica en la producción del coco, comprando y sembrando junto a productores locales 1600 semillas de coco que fueron distribuidas a las dos comunidades mencionadas (800 a cada una).
Esto no solo apuntó a mejorar la seguridad alimentaria, sino también a robustecer la economía, ya que los cultivos de coco sirven también como un producto de intercambio para adquirir otros.
Sin embargo, el coco aporta también a la captura de carbono, cumpliendo un rol ante la mitigación de la crisis climática, otra de las amenazas para los guna.
Recordemos que este pueblo también está denominado como los primeros migrantes del cambio climático en América Latina.
Dotación de equipamientos como parte del proyecto. Imagen: MGT.
Defensa territorial y bonos de carbono
Dado que la mayor parte del territorio guna está cubierto por bosques, su protección y defensa, es algo indispensable para sus habitantes.
En ese sentido, como parte del proyecto también se realizaron actividades de apoyo a la conservación y manejo de las zonas protegidas y límites territoriales.
“Se compraron equipos de gestión ambiental y se brindó capacitación a guardaparques y otros miembros en campo sobre rescate de fauna, uso de GPS [Sistema de Posicionamiento Global] y el manejo de recursos sostenibles”, señala Andreve.
Y, por último, “nos dimos la tarea de brindarle a la autoridad [el CGG] un borrador del primer protocolo forestal de mercado de carbono para Panamá”, agrega.
Para llevar los alcances de este protocolo al CGG, Andreve participó en nueve reuniones de trabajo entre marzo y octubre de 2023 promovidas por Climate Action Reserve (CAR), organización que registra los créditos de carbono más confiables a nivel mundial.
“La acción de traer esa información fue importante porque, si bien la gente habla sobre mercados de carbono, en las comunidades poco o nada se entiende sobre eso”, explica el facilitador local.
Andreve añade que la intervención apoyada por el MGT ha servido como base para seguir fortaleciendo la gobernanza guna que, como se puede apreciar, es integral y pone en el centro el bienestar conjunto, entre los habitantes y su entorno.
Así, cabe destacar que, en consonancia y continuidad con las acciones del MGT, gracias a actores aliados se desarrolló recientemente (de agosto a octubre) dos talleres sobre financiamiento climático.
Estas actividades forman parte del Programa de formación en gobernanza territorial indígena y financiamiento climático, y se realizaron en Rondonia (Brasil) y en Guna Yala, con el apoyo de Forest Trends y CLUA, congregando gran convocatoria.
Y es que solo a través del ejercicio de la gobernanza y autodeterminación los pueblos indígenas encuentran el espacio para resolver los desafíos crecientes de orden global que los afectan.
Estos desafíos van desde la crisis climática, la pospandemia hasta amenazas antiguas como emergentes motivadas por el extractivismo.
Ante ello, los guna han salido al frente respaldados por sus sólidas estructura organizativas, encarnando un ejemplo modelo de autogobierno y gobernanza.
Programa de formación en gobernanza territorial indígena y financiamiento climático, de Forest Trends y CLUA. Imagen: Forest Trends.
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Fuente: Publicado el 11 de octubre por el Mecanismo de Gobernanza Territorial (MGT): https://mecanismodegobernanzaterritorial.org/guna-yala-cultura-autogobierno-y-biodiversidad/
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