Servindi, 18 de marzo, 2009.- Un relato oral refiere que en épocas ancestrales Pakitsa (gavilán) construyó un gran muro de piedra en el río Ene para detener a los ashaninkas y devorarlos. Se trata del mismo lugar donde el proyecto hidroeléctrico Pakitsapango (Casa del Gavilán) pretende construir un gran muro de 170 metros de altura para represar el río Ene. Este proyecto amenaza la vida de los ashaninka y les hace rememorar épocas infaustas presentes en su memoria colectiva.
Ruth Buendía, Pdte. CARE |
Escuche breve reporte sobre el tema (6 minutos):
El proyecto de actualizar los estudios para construir la Central Hidroeléctrica Paquitzapango en la cuenca del río Ene ha tomado por sorpresa a las comunidades ashaninkas que habitan allí desde tiempos inmemoriales. Y es que se pretende construir un muro de casi 170 metros de altura que creará un lago artificial e inundará el hogar ancestral de muchas comunidades ashaninkas.
Pakitsa* Cuentan los ashaninka que en las alturas del pongo de Pakitsa, en la zona más angosta de la cuenca del río Ene, vivía Pakitsa que en la lengua española significa "águila". A esta parte se le llama Pakitsapango que significa "casa del águila". Pakitsa tenía por esposa a una mujer ashaninka y a Pakitsa le gustaba comer carne humana. Pakitsa, con sus grandes garras, colocaba piedras enormes en el río para hacer un gran muro de piedra y cerrar el paso a los ashaninkas que surcaban con sus botes el río Ene. De esta manera los atrapaba y devoraba. Debido a que Pakitza les hacía mucho daño los asháninkas decidieron matarlo. Entonces construyeron un hombre de arcilla y lo pusieron sobre una balsa para que surque el río Ene. Cuando Pakitza fue a atrapar al hombre sus garras quedaron atrapadas en la arcilla y los asháninkas rodearon y mataron con sus flechas a Pakitsa. Quemaron la balsa y las plumas de Pakitsa se derramaron surcando por todo el río Ene. Los asháninkas dicen que de estas plumas se han formado todas las demás culturas que conocemos en la amazonía. Ahora ¿Cuál es la relación de Pakitsa con el proyecto de la central hidroeléctrica Pakitsapango? Que precisamente se trata del mismo lugar donde se piensa construir un gran muro de piedra para detener el río. La misma idea que tenía Pakitsa para comerse a los asháninkas. Es por esto que los asháninkas perciben cualquier obstrucción de su río como una afectación directa a sus comunidades, como si los intentaran matar. Para ellos sería terrible que para hacer la represa se vuelva a construir un gran muro en el mismo lugar donde antes vivía Pakitsa. ---
* Relato recibido por parte del personal técnico de la Central Ashaninka del Río Ene (CARE) |
Servindi estuvo en la selva central y se entrevistó con la señora Ruth Buendía Mestoquiari, Presidente de la Central Ashaninka del Río Ene (CARE), quién anticipó que las comunidades rechazarán el proyecto por la inundacion que va a generar en los territorios de las comunidades.
Iris Olivera Gómez, experta local del Servicio Alemán de Cooperación Social y Técnica, agregó que la construcción de una represa en la cuenca del río Ene traería consigo numerosos conflictos sociales y ambientales.
Los conflictos sociales se producirían por la inundación de las zonas mas fértiles de las comunidades indígenas y centros poblados, cuya población tendría que desplazarse de manera forzosa a otros lugares, generando nuevos problemas debido a la escasez de territorios libres.
En lo que respecta a los impactos ambientales se talarían grandes porciones del bosque tropical y se afectaría directamente la actividad pesquera que es base para la alimentación de la población local.
Además, al cortarse el transporte fluvial se impulsarían carreteras atizando el peligro de nuevas oleadas colonizadoras y especialmente de madereros ilegales sobre la reserva comunal ashaninka y el valle de Pangoa.
Olivera afirma que Paquitzapango es el lugar menos indicado para construir una represa porque se trata de la zona de protección de un área con categoría de reserva por su extraordinaria biodiversidad.
Ruth Buendía e Iris Olivera señalan que serán más de 6000 personas las afectadas directamente con la represa Paquitzapango, quienes no han sido consultadas e ignoran la decisión de implementarla, a pesar que afectaría drásticamente sus modos de vida.
El gobierno regional de Junín realizó en octubre de 2008 una rueda de negocios para atraer inversión de Brasil en la construcción de tres centrales hidroeléctricas en las cuencas del río Ene y Tambo.
En ningún momento se ha informado a los inversionistas que estos proyectos afectan derechos colectivos territoriales de pueblos indígenas que ignoran de estas iniciativas.
Los proyectos no respetan nuestro derecho a elegir nuestro propio modo de vida y afectará la relación entre las comunidades y el río Ene que es esencial para nuestra supervivencia como pueblos, sostiene Ruth Buendía. Ella recalca que la relación de los ashaninka con el río no es solo de tipo productivo sino también espiritual.
La representante de la organización CARE hizo un llamado a la opinión pública nacional e internacional a respaldar su desacuerdo con la construcción de estas represas y exigir el respeto a la vida y la cultura del pueblo ashaninka.
Asamblea de la Central Ashaninka del Río Ene (CARE) |
Asimismo, desmintió que exista un diálogo entre el gobierno y el pueblo ashaninka sobre la inversión privada y la realización de estudios para la construcción de las centrales hidroelectricas en sus territorios, tal como lo informó el 15 de marzo un diario de circulación nacional (ver nota con un clic en este enlace).
Mediante una carta dirigida al diario El Comercio, Ruth Buendía sostuvo que la Asociación de Profesionales y Técnicos Indígenas de la Selva Peruana (APTISP) es una organización no gubernamental (ONG) que no representa legalmente a ninguna de las comunidades nativas que se encuentran en el río Ene (ver carta con un clic en este enlace).
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Información relacionada publicada en Servindi:
- Perú: Proyecto hidroeléctico Paquitzapango amenaza a pueblos indígenas de selva central
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