Wari exhibe actualmente su muestra sobre Mesianismo Andino en centroamérica
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Por Wari Zárate, comunicador visual y educador quechua
" el cuerpo de Inkarri se está reconstruyendo.
Cuando se junten las partes desmembradas de su cuerpo con la cabeza, volverá al mundo e iniciará una nueva era en la que terminará la opresión de los indígenas
José María Arguedas
El mito de Inkarri, que narra el descuartizamiento del último inca, anuncia el retorno de su cuerpo disperso, que dará inicio a una nueva era. Es un mito mesiánico, cargado de contenidos y significados de resistencia y de una cultura dinámica. Esta cultura originaria, andina y amazónica es una cultura viva y emprendedora, con una historia de veinte mil años. Al igual que el cuerpo del Inka, esta cultura se está reconstruyendo. Los que creemos que la cabeza ya está en su sitio, sentimos las brisas de cambio, a pesar de las opresiones políticas de turno, con prejuicios y censuras.
La estética y lo sagrado siempre han estado ligados, especialmente en las culturas antiguas. El arte funciona como una catarsis, un puente entre el hombre y Dios. Estatuillas esculpidas en relieve, en hueso, piedras o arcillas, pinturas rupestres, expresione s primeras que se pierden en la historia, son consideradas como representaciones mágicas y rituales, destinadas a proporcionar una cacería fructífera. La Venus Esteatopigia, entre otras estatuillas de mujeres con vientres y pechos prominentes, propios de la estética paleolítica, como dicen muchos autores, son símbolos divinizados de la fecundidad.
En la cultura andina existe una visión y transformación creadora del mundo, expresada mediante la estética y el rito, así como a través de las ceremonias que fortalecen los ayllus, caseríos, distritos y áreas culturales.
A: Representación de las tres divinidades más importantes del mundo andino: el amaru, el puma y el cóndor. Chavin de Huantar (1500 a.C.)
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B: Representación de las divinidades andinas. Alto relieve en piedra, Cusco, 2007
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El carácter ritual y religioso, entonces, está presente en la vida del hombre y la mujer andinos. La religión es el dominio del universo dice J. Herskovits, en su libro El hombre y sus obras, quien señala también que de cualquier modo que el hombre defina el universo, en todas partes emplea la religión para encontrarse y mantenerse dentro del esquema de las cosas.
Lo sagrado, como todos los demás aspectos de la vida, es un elemento activo de la cultura, por lo tanto, la espiritualidad no es cosa aparte de la vida, es inherente a su razón de ser. El respeto a la Madre Naturaleza o Pachamama (pagos, ofrendas, cuidado de la tierra), a la Mama Sara (maíz), a la Mama Coca, a la Cocha Mama, entre otras expresiones de la cultura andina, está regida a través de ceremonias y rituales.
Se debe reconocer que en la experiencia del hombre, el impulso creador es universal y la concepción de belleza es relativa, por lo tanto la estética, como parte de la vida, es una respuesta concreta a las necesidades de cada grupo humano o a la cultura de las mismas. Juan Ossio señala el carácter de la cultura como código comunicativo cuyo grado de compresión es proporcional a los niveles en que se da la interacción social. Hallamos entonces a la cultura como un sistema de códigos y símbolos generados a partir de la interacción social, que permite el entendimiento, la buena relación de los seres humanos y sobre todo el fortalecimiento de su identidad cultural como pueblo o nación. Esta es, en esencia, el contenido del mito de Inkarri.
Las relaciones sociales en los Andes son de forma horizontal no solo entre el hombre y la mujer, sino también con la naturaleza. Es una cultura que vive en relación al calendario agrícola y a sus manifestaciones y expresiones telúricas: la relación con los astros y la necesidad de ver la luna y las estrellas es casi biológica porque ellas orientan nuestras vidas.
Las imágenes visuales actuales, en el Perú es el resultado de un proceso histórico de asimilación de dos culturas, la andina y la occidental.
Como explica Karen Lizárraga, la estructura visual andina tiene una continuidad en el espacio y en el tiempo con raíces inmemoriales, así lo demuestran los materiales arqueológicos. Por otro lado, el choque, para unos, de la cosmovisión andina y la filosofía occidental, terminan en un sincretismo religioso, artístico, político, económico y social. La estética andina y la occidental conviven, porque la primera siempre estuvo presente como elemento guía para el desarrollo del arte moderno europeo.
El fenómeno religioso andino sobrevive a las agresiones, porque articula el espacio y el tiempo y las relaciones sociales de convivencia. En una de las más altas expresiones de este sincretismo, conocida como Escuela Cusqueña, hallamos una pintura que representa a la última cena que incorpora elementos andinos, por ejemplo, el vino se convierte en una jarra de chicha (bebida de maíz) y el pan en un cuy (cobayo).
Otra expresión similar hallamos en los santos y santas occidentales que se andinizan, recibiendo atuendos y nombres propios del lugar, como la Mamacha de Cocharcas, el señor de Cachuy o el señor de Huanta. Aquí no se da el fundamentalismo, el fanatismo ortodoxo, de una sola y única religión, sino más bien se da la convivencia, armoniosa, sincrética y de afirmación de todos los elementos culturales existentes en el territorio.
Las expresiones culturales sincréticas se caracterizan por la convivencia armoniosa de íconos occidentales y andinos. En la imagen se aprecia amarus (representan al Sol y la Luna), con San José y María, creado por los habitantes del pueblo. Capilla del distrito de Carmen Alto- Huamanga, Ayacucho.
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La comunicación con Dios se da a través de lenguajes sagrados y mediante la estética, como las danzas de tijeras, el baile de la diablada, las capillas de algunas iglesias con la presencia del Amaru (serpiente sagrada), entre otras evidencias de culto.
El proceso de evangelización y extirpación de idolatrías, iniciado por los colonialistas españoles, no cumplió con su propósito de muerte a los dioses andinos; para nosotros, los que vivimos en el ande, nuestros dioses están vivos y están en todas partes, en los suyus (espacio geográfico) y en las iglesias oficiales, compartiendo el mismo espacio entre los dioses occidentales. Lo comprobamos en las fiestas urbanas y rurales durante el ciclo ritual anual, el tiempo festivo como integración del hombre al universo de lo sagrado. Nosotros no esperamos el cambio en un Mesías, en un caudillo, mucho menos en un político.
El cambio que asumimos es un Mesianismo Andino, que debe partir de nuestra expresión cultural y estética, capaces de liberarnos de la opresión globalizante. No queremos revivir imágenes y símbolos de una edad de oro, no queremos volver al Inka, sino, como dijo nuestro hermano mayor José Uriel García, a la conciencia de la tierra, la sierra mueve a la obra creadora, que es esfuerzo enérgico capaz de revelar grandes individualidades. Y como toda creación, en buena cuenta, es arte, desde el invento más humilde hasta la libertad misma, la sierra es una sugestión estética una permanente creación de belleza, desde la belleza rústica de tejedor de ponchos hasta el arte estético del poeta, del novelista, del pintor o del arquitecto.
Desde Chavín hasta la actualidad, a pesar de la imposición cultural, hay una continuidad estructural en la comunicación visual. Cuadros de la serie Estructura visual, estética y mesianismo andino, del pintor ayacuchano Wari Zárate
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No queremos la salvación, pensando en nuestro grandioso pasado. Ya somos una cultura viva, creamos y recreamos nuevas formas de vida y de expresión. Siguiendo a Karen Lizárraga: En suma, en los Andes, a pesar de la imposición de un proceso histórico europeo, se ve claramente, a base de la imagen visual, una coherencia, una continuidad estructural desde los tiempos arqueológicos hasta hoy en día.
Nuestro Mesianismo Andino, es un retorno superior, nuevo, cíclico en su forma, pero que está en la estructura de nuestra Cultura Andina Americana, llamada también Abya Yala o del mismo modo, el espacio de los cuatro soles Tawa Inti Suyu.
Ayacucho, solsticio de verano del 2007.
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Bibliografía:
- Upjohn, Everard: Historia del Arte Ediciones DAIMON, Barcelona España 1972.
- Salazar, Sebastián: Del hueso tallado al arte abstracto Ediciones Peruanas Simiente, Lima Perú 1960.
- Lizarraga, Karen: Identidad Nacional y Estética Andina, CONCYTEC, Lima Perú, 1988.
- Uriel, José: El Nuevo Indio, Editorial Universo S.A. Lima Perú, 1973.
Webgrafías:
- F:\mesianismo e identidades.htm Aproximaciones hacia la identificación de la Identidad Nacional Peruana: Un proyecto de Investigación. Juan M. Ossio A. Pontificia Universidad Católica del Perú.
- F:\mesianismo arte y cultura.htm Juan Zevallos Aguilar. Crítico literario y docente de la Universidad Estatal de Ohio, Estados Unidos.
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* Wari Zárate es Comunicador visual y educador quechua, correo electrónico: wari_amaru@yahoo.com
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