Por Nicolás Russo
22 de octubre, 2009.- Según el Presupuesto anual de gastos de la República del Paraguay el Instituto Nacional del Indígena (INDI) tiene un monto asignado de 10 millones de dólares para su ejecución presupuestaria a favor de los indígenas.
Si uno realiza un guarismo matemático aproximado, teniendo en cuenta la población indígena estimada para la Región Oriental de nuestro país donde están las etnias Aché Guayakí, Chiripá, Mbya Guaraní, Pai Tavyterá y los Guaná, orillan una población de 45 mil personas, según el último censo a nivel nacional realizado. Se tiene entonces que a cada indígena les debe favorecer la suma de 222 dólares americanos.
Conste que ese monto de dinero nunca jamás llegó a las tribus ni por asomo.
Es más, existen etnias que tienen asentamientos productivos donde sobreviven con la práctica de la agricultura, la artesanía, la pesca e inclusive realizando trabajos o changas en estancias o granjas de las zonas aledañas a su reserva.
Asimismo, la Gobernación del Alto Paraná tiene presupuestado anualmente la suma de 900 millones de guaraníes para la secretaría de asuntos indígenas, dinero que hasta ahora nadie sabe donde esta, ni tampoco ni dónde fue ejecutado.
Si uno hace el cálculo matemático del presupuesto para los indígenas de la gobernación del Alto Paraná que es de 900 millones de guaraníes, se tiene entonces que los 200 indígenas acampados como ratas y en miseria absoluta al costado de la muralla de la Gobernación y la toldería urbana situada en la adyacencia de la Terminal de Ómnibus de Ciudad del Este, deben recibir cada uno la suma de 4.500.000 guaraníes.
Es decir, el dinero público presupuestado tanto en el INDI como en la Gobernación del Alto Paraná, y ni que decir en la Secretaria de Acción Social (SAS) que es un dineral gigantesco, no aparecen por ningún lado para restaurar y dignificar a estos indígenas que se han asentado en la zona urbana de Ciudad del Este.
Es que imperiosamente se necesita imponer la disciplina, la ubicación de ese grupo humano en un asentamiento, donde sea posible que los mismos desarrollen sus posibilidades de ejecutar tareas de sobrevivencia sin entrar en la delincuencia, el narcotráfico, la prostitución, y la drogadicción de las criaturas, y tengan sus viviendas con los servicios necesarios para evitar que vuelvan a las calles e inclusive demostrar que son mejores que los blancos en muchas disciplinas practicadas por el concierto de la sociedad misma.
Es decir, ajustar los parámetros de su sistema de vida con la actual civilización imperante que tiene sus reglas y a las cuales ellos mismos a través de sus caciques o jefes de tribus quieren insertarse tal como lo expresaran en declaraciones a Democráticamente semanas pasadas.
La calidad de vida debe ser promovida por el Estado mediante planes y políticas que reconozcan factores condicionales, tales como la extrema pobreza y los impedimentos de la discapacidad o de la edad.
Se garantiza a los pueblos indígenas el derecho a participar en la vida económica, social, política y cultural del país, de acuerdo con sus usos y costumbres consuetudinarias, la Constitución y las leyes nacionales.
El Estado respetará las peculiaridades culturales de los pueblos indígenas, especialmente en lo relativo a la educación formal.
Se atenderá, además, a su defensa contra la regresión demográfica, la depredación de su hábitat, la contaminación ambiental, la explotación económica y la alienación cultural.
Estos tres últimos párrafos reflejan el criterio de nuestra Constitución Nacional que rige sobre las etnias indígenas del Paraguay.
Por lo tanto, los millones de dólares y los millones de guaraníes que surcan las arcas del INDI y la Gobernación del Alto Paraná deberían haber sido destinados a estos objetivos.
Sin embargo, esos recursos se dilapidaron y tanto el INDI como el corrupto Gobernador Aguinagalde y su pandilla prefieren regalar 50 millones de guaraníes a unos gringos extranjeros ricos para la práctica de un deporte caro como la arrancada de tractores en vez de utilizar los 900 millones de guaraníes del presupuesto de la gobernación para invertir en los indígenas dueños originarios de estas tierras.
Alguien tiene que poner punto final a esta terrible situación de los indígenas en estado de inanición que pululan por Ciudad del Este.
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Fuente: Sitio web: "Democráticamente", desde las tres fronteras para el Mundo. Editado por Paraná Comunicaciones S.A. - El presente artículo se publica con autorización del editor.
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