Lima: Ciudad de malas costumbres y excentricidades

Por Payo Pauch

31 de enero, 2014.- Lima, capital del Perú, llamada “Ciudad de los Reyes” o también “Lima la Horrible”, es la principal ciudad desértica del Pacífico. Con aproximadamente 10 millones de habitantes, de los cuales el 70 por ciento son migrantes de la sierra, costa y selva del país que desde la década del 40 lograron asentarse y ocuparla, conformando una sociedad de todas las sangres. Posee una larga historia de grandeza y pujanza como de pobreza y centralismo compulsivo.

En el ideal de una ciudad imaginada, la soñamos como una urbe ordenada, moderna, limpia, con cultura ecológica y conciencia ambiental, con tránsito moderado y ciclo vías por toda la ciudad, con ciudadanos de diversas visiones e identidades culturales conviviendo en armonía bajo el influjo de la interculturalidad y una eficiente seguridad ciudadana.

Pero el despertar se convierte en pesadilla, cuando la realidad supera la fantasía y encontramos una Lima acosada por los excesos del “desarrollo”: seriamente contaminada, caótica, violenta, informal e insegura. Transformada en un gran mercado de bienes y servicios, donde el consumismo desenfrenado va penetrando en una espiral irracional e insaciable. Con profundas brechas de desigualdad social, coexistiendo más de cinco categorías socioeconómicas (A, B, C, D, E,…). Una Lima de los migrantes y de los “no contactados” (balneario de Asia o Eisha), de los excluidos y los ricos. Con una cultura del poder profundamente enraizada por la corrupción, la impunidad y la iniquidad.

Es en esa Lima frenética y frívola donde proliferan las malas costumbres y excentricidades, citaré alguna de ellas.

Gastos domésticos del Palacio de Gobierno

Las frivolidades de la Casa de Gobierno son conocidas desde hace décadas y el gobierno actual no es la excepción, pues, sus gastos no han variado de los anteriores inquilinos.

El semanario “Hildebrandt en sus trece”, dio a conocer documentos de las compras domésticas palaciegas para alimentación, resultando excesivo en un país donde la desnutrición infantil afecta a miles de niños.

Es así que en el mes de octubre del 2013 se gastaron 42 mil soles en la compra de verduras, 68 mil soles en la adquisición de productos cárnicos, 4 mil soles en la compra de panes. En junio del mismo año se gastó 28 mil soles en productos secos y envasados, 11 mil en pescados y mariscos, 10 mil en carne de aves, entre otras compras.

Este semanario dio cuenta también que en la cocina palaciega existen más de 14 cocineros y ayudantes de cocina contratados, así como 14 mayordomos.

Sería conveniente que este gobierno siga el ejemplo de la política de austeridad personal y de gobierno del Presidente José Mujica del Uruguay.

Subvenciones clericales

A pesar de ser un Estado laico, el gobierno peruano viene subvencionando desde hace décadas a la iglesia católica, una de las empresas confesionarias con mayores recursos a nivel mundial.

Es así que en el Presupuesto Público del presente año se ha destinado 2 millones 600 mil soles para el clero peruano, a través del Ministerio de Justicia.

El Concordato o Acuerdo entre el Vaticano y el Perú, firmado por Francisco Morales Bermúdez en 1980, le concede a la iglesia católica grandes beneficios a través de subvenciones para personas y obras.

Posteriormente por D.S 145-91-DF del 03 de julio de 1991, el gobierno del expresidente reo Alberto Fujimori, establece las asignaciones de dinero al clero en forma escalonada: al Cardenal se le asigna el equivalente al 100% del sueldo de un Ministro de Estado; al Arzobispo el 80% del sueldo de un Vice-Ministro; al Obispo el 60%, entre otras subvenciones personales. Dichas asignaciones no son consideradas como sueldos ni honorarios por lo tanto no están sujetas a ningún descuento por tributación.

Con dinero de todos los peruanos subvencionamos la clerecía, posponiendo necesidades más urgentes que cumplir, a pesar que los cobros a sus feligreses por matrimonios, bautizos, misas etc. son onerosos, terrenalmente comerciales.

Una Lima exclusiva y de lujo

Algunos medios informan que los ricos en el Perú ya suman 23 mil mortales, con más de 1 millón de dólares en sus cuentas bancarias.

La GCU (Gente como uno), con cultura VIP conforman los “no contactados” de Lima, con barrios y balnearios enrejados, con agentes de seguridad, lo más alejados del mundanal ruido popular. Con discotecas y clubes exclusivos, centros comerciales con lujosas tiendas donde la opulencia y derroche es expuesto con desaprensión.

Sumidos en un consumismo galopante no conocen de marcas nacionales ni de rebajas, solamente de productos “de marca” internacional. Donde un reloj Cartier cuesta 38 mil dólares, una botella de Champaña 1,800 dólares, una cartera de Carolina Herrera 3,700 soles, unas sandalias Versace 1,700 soles, una casaca de cuero de Salvatore Ferragamo 10 mil soles, joyas, autos de lujo, entre otros productos suntuarios, que es una provocación e insulto a los pobres del Perú.

Es el feudo de la clase dominante peruana, cuya brecha abismal con el resto del país es simplemente obscena y delirante.

El derroche de agua potable

Se estima que Lima tiene una demanda por agua de aproximadamente 2 millones de metros cúbicos por día, y existe más de 1 millón y medio de personas sin agua potable en sus casas.

El derroche doméstico de agua es bastante reprochable e insensible por los que no tienen. Más aún llama la atención el riego de parques y jardines públicos y privados con agua potable; un desperdicio intolerable e inadecuado que priva de ese derecho vital y humano a miles de familias.

Para evitar dicho desperdicio, los municipios deberían utilizar agua tratada para riego, o también implementar un sistema de riego tecnificado que logra un ahorro de agua hasta en 80%.Felizmente algunos municipios vienen adoptando dicho sistema.

Se debe sensibilizar y educar a la población limeña, sobre la economía del agua y la cultura del agua a través de una adecuada y eficiente política del agua.

Importación de papa pre frita

Siendo el Perú país originario de la papa, con más de 100 especies y 2,800 variedades, cuya producción en el 2013 alcanzó aproximadamente 4.5 millones de toneladas, en más de 300 mil has. de cultivo en 19 Regiones, capaz de abastecer la demanda interna del país. Es paradójico que grandes empresas comercializadoras importen miles de toneladas de papa pre frita congelada de Bélgica, Holanda, Estados Unidos, Canadá etc., lista para consumirla en las cadenas de restaurantes y pollerías, cuyos volúmenes de consumo son considerables.

Si UD. es un asiduo consumidor de un pollito con papas, está informado que esa papa no es peruana ni tampoco natural, ya que la importada es tratada con preservantes o conservantes.

Monumentos bizarros

En los diferentes distritos de Lima abundan monumentos excéntricos, bizarros, en homenaje a personajes, objetos o hechos que muchas veces nada tiene que ver con nuestra idiosincrasia cultural.

Pareciera que el buen gusto es ajeno a las autoridades ediles, y que la extravagancia y el esnobismo se han convertido en sinónimo de modernidad, elegancia y arte. No es más que la falta de creatividad y sentido común de sus alcaldes y la falta de consulta a sus ciudadanos.

Por ejemplo en el distrito de San Isidro existe un monumento a un clip gigante; en El Agustino el monumento a un tirano saurio de 5 mts. de altura, la escultura de un puño amenazante; en Villa Maria del Triunfo un monumento al pescado frente al Terminal pesquero. Lo más alucinante se encuentra en el distrito de Comas, donde el Alcalde levantó un monumento al árbol (bronce) en cuyo tronco se encuentra esculpido el rostro de su madre y otro busto en honor a su padre.

Referencias:

- 2013 “Estado asigna más de 2 millones a Iglesia Católica y ni la cuarta parte a ciencias y deportes” Diario 16, Lima, 5 de diciembre, p.7.

- Suyón, Sonia, 2013 “Gastos Palaciegos”. Semanario Hildebrandt en sus trece, Lima, 8 de noviembre, p. 6.

- Blanco, Claudia, 2011 “Navidades Obscenas”. Semanario Hildebrandt en sus trece, Lima, 23 de diciembre, p. 10.

- Mayta, Ricardo, 2011 “¿Perú un Estado laico?”. Diario La República.pe. Lima, 28 de noviembre.

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