Haití permanece en crisis debido a violencia de pandillas que buscan la renuncia del primer ministro y el aumento de una situación de hambruna.
Por Luciana Zunino
Servindi, 16 de abril, 2024.- Casi la mitad de la población de Haití experimenta inseguridad alimentaria aguda en medio de un contexto de violencia y desorden político y social.
Diego Da Rin, experto en Haití del International Crisis Group, señaló a BBC Mundo que la crisis se ha profundizado porque pandillas que antes eran enemigas han decidido colaborar entre sí.
Esto ha llevado a enfrentamientos armados, tomas de prisiones que facilitaron el escape de alrededor de 4 700 reclusos y el cierre de escuelas y de numerosos negocios en la capital.
Además, se han registrado intensos saqueos en algunos barrios durante el último mes. A continuación, un breve contexto sobre la situación de violencia que atraviesa Haití para luego repasar los daños colaterales más graves como la hambruna.
Primero, cabe recordar que Haití es el país que registra los más elevados índices de pobreza en las Américas. ¿Pero cómo se llegó a esta situación?
Haití ha sido afectado por conflictos políticos, desastres naturales como huracanes y terremotos y una falta de inversión en infraestructura y desarrollo humano, todo lo cual obstaculiza su progreso económico y social.
La economía haitiana se ha visto limitada por la dependencia en la agricultura y el comercio, la corrupción, la falta de inversiones en educación y salud, y la degradación ambiental, factores que han contribuido a mantener al país en una situación de pobreza persistente.
Creciente violencia en pugnas por poder
La muerte del presidente Jovenel Moïse en julio de 2021 a manos de pandillas exacerbó la situación, permitiendo que estas alcancen cada vez más territorio e influencia.
Se estima que las pandillas en Haití controlan aproximadamente el 80 por ciento de Puerto Príncipe, capital de Haití, en los últimos años.
Además, el país no ha celebrado elecciones parlamentarias ni generales desde 2019, lo que ha dejado un vacío de poder al haber expirado los mandatos de los funcionarios electos.
Desde el asesinato de Moïse, el primer ministro Ariel Henry ha estado al mando, pero su popularidad está en fuerte declive.
Barbecue, líder de la "G9 y Familia" , grita arengas con sus subalternos en protesta contra el secuestro y la pobreza. Fotografía de AP/Matias Delacroix.
La unificación de fuerzas entre las pandillas haitianas es liderada por figuras como Jimmy Chérizier, conocido como “Barbecue”, quien encabeza la poderosa pandilla G-9 y Familia (G-9 an fanmi).
Ellos buscan la salida de Ariel Henry y han sido los principales responsables de gran parte de la violencia en el país.
En realidad, los ataques coordinados de las pandillas comenzaron el mismo día en que el primer ministro llegó a Nairobi, Kenia.
Henry había viajado a ese país africano la semana pasada para, según se dice, firmar un acuerdo con el presidente William Ruto sobre el despliegue de una fuerza policial multinacional para combatir la violencia de las pandillas.
Sin embargo, estas afirmaciones han sido desmentidas por el abogado constitucionalista Ekuru Aukot.
Desde entonces el paradero de Ariel Henry se volvió un misterio, hasta que recientemente se informó que había llegado a Puerto Rico.
La oficina del gobernador de Puerto Rico confirmó que Henry aterrizó en la capital, San Juan, procedente de Estados Unidos, ya que el aeropuerto de Puerto Príncipe está cerrado.
Hambruna aguda
La situación de falta de alimentos en Haití ha alcanzado niveles no registrados desde el terremoto de 2010.
Según el informe de Clasificación Integrada en Fases de la Seguridad Alimentaria de marzo de 2024, alrededor de 5 millones de habitantes, es decir, aproximadamente la mitad de la población, experimenta una grave escasez de alimentos.
Ante la crisis alimentaria sin precedentes y el aumento de la violencia, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) intensifica sus esfuerzos para brindar ayuda vital a las poblaciones afectadas.
Desde el inicio de la crisis en marzo, el PMA ha llegado a más de medio millón de personas con distribuciones de alimentos, incluyendo comidas calientes para quienes se encuentran en refugios temporales y pagos en efectivo para apoyar a las comunidades vulnerables.
A pesar de los desafíos considerables, como el cierre de los principales puertos y aeropuertos de Haití que ha obstaculizado el flujo de suministros, el PMA ha perseverado en su misión humanitaria.
Sin embargo, la organización expresa preocupación por la posibilidad de agotar sus reservas de alimentos para finales de abril, lo que destaca la urgente necesidad de reabrir las rutas de suministro y garantizar un acceso sin obstáculos para la distribución de alimentos.
A pesar de ello, PMA ha trazado una estrategia a cinco años para combatir la hambruna en Haití que implica trabajar en conjunto con el gobierno para involucrar a los agricultores locales.
Asimismo, ofrecer transferencias de efectivo que fomenten la actividad económica a nivel local y crear redes de seguridad social que aumenten la capacidad de recuperación de las familias frente a eventos adversos.
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