Servindi, 13 de mayo, 2015.- La base de la política comercial internacional de Estados Unidos descansa en el privilegio de emitir dinero de la nada y que le permite sacar de los mercados abiertos a sus competidores pues sus empresas siempre tendrán más dinero.
Así lo sostiene Umberto Mazzei, doctor en Ciencias Políticas de la Universidad de Florencia en un reciente artículo en el que repasa la agenda de la Diplomacia Económica de Estados Unidos.
La política neoliberal del país norteamericano se basa en insistir en "abrir mercados", lo que causa perplejidad pues EE.UU. es un país poco competitivo que se ve obligado a subsidiar para exportar y tiene un crónico déficit en su balanza comercial.
El privilegio se apoya en que la emisión de dinero en los Estados Unidos no genera inflación debido a que el dólar es una moneda internacionalmente aceptada para transacciones comerciales y financieras. Cualquier “exceso” de dólares “sale” del país y es aceptado por ciudadanos y habitantes de otros países.
De otro lado, cabe destacar que los acuerdos comerciales que propone EE.UU. implican la adopción de políticas neo-liberales y desbordan el contenido comercial con obligaciones en otras áreas, como finanzas, inversiones, propiedad intelectual, asuntos laborales, ambiente, cooperación internacional y hasta políticas industriales.
El autor observa que su política incluye la "utilización de cadenas globales de valor" en la negociación de nuevos acuerdos en la Organización Mundial de Comercio (OMC), concepto clave que "da mucho mayor valor a la propiedad intelectual y a la inversión de capital en el valor final de un producto".
Ese concepto de valor se muestra claramente en el hecho de que a pesar que desde 2007 China es la principal productora de software y hardware, el 84 por ciento de las ganancias en este rubro siguen estando en manos de capitalistas estadounidenses.
A continuación el artículo de Umberto Mazzei publicado por la Agencia Latinoamericana de Información (ALAI):
La agenda de la Diplomacia Económica de Estados Unidos
Por Umberto Mazzei
Después de la Gran Depresión, desde 1934, el Congreso de Estados Unidos delegó parte de sus atribuciones en política comercial en el Presidente del Ejecutivo. Desde 1974 la delegación se hizo completa con lo que se conoce en la jerga política como Fast Track y cuyo nombre oficial es Trade Promotion Authority (TPA). El procedimiento consiste en que el Congreso fija los objetivos de política comercial y promete rechazar o aprobar el acuerdo que se negocie, sin modificarlo.
Desde NAFTA, los acuerdos comerciales que propone Estados Unidos implican implícitamente la adopción de políticas neo-liberales y desbordan el contenido comercial con obligaciones en otras áreas, como finanzas, inversiones, propiedad intelectual, asuntos laborales, ambiente, cooperación internacional y hasta de políticas industriales (reglas de origen preferenciales). Como los acuerdos cubren una gama tan amplia, por los objetivos que señala el congreso cuando aprueba el Fast Track se puede conocer la agenda de la diplomacia económica de los Estados Unidos, aunque sea secreta.
Objetivos del Fast Track de 2015
En abril 2015 el Congreso de Estados Unidos aprobó el TPA o Fast Track, con 113 páginas de condiciones y reservas, que defienden el proteccionismo de Estados Unidos y combaten el de los extranjeros. En textiles, anti-dumping y agricultura, la ley limita explícitamente cualquier apertura del mercado norteamericano. Por si hay algún descuido, la Sección 8, sobre Soberanía, especifica que todo acuerdo comercial de Estados Unidos no es vinculante si contradice sus normas presentes o futuras. Esto quiere decir que los acuerdos obligan a los otros socios, pero no a Estados Unidos, país excepcional e indispensable, como proclaman sus dirigentes.
La sección 12 en el texto del TPA, que señala los objetivos, omite la Ronda Doha de la OMC, por lo que se deduce que a Estados Unidos ya no le interesa, porque no ha logrado cambiar su objetivo. La Ronda sigue estancada porque Estados Unidos rehúsa cumplir su mandato original: desmantelar los subsidios agrícolas que favorecen sus exportaciones y destruyen la agricultura de otros países.
Las prioridades expresadas en el TPA 2015 son las siguientes:
a) Extender la cobertura de la OMC y sus acuerdos plurilaterales a productos, sectores y modos de comercio que no estén cubiertos. Esto es, disminuir las áreas para políticas independientes.
b) Expandir la participación de países en el Acuerdo sobre tecnología de la información, el Acuerdo sobre Compras Gubernamentales y otros plurilaterales de la OMC. Esos acuerdos incluyen sólo a los países que han querido o sido obligados a suscribirlos y no tienen rango multilateral.
c) Expandir la oportunidad de competir en los mercados para Estados Unidos y obtener condiciones más justas y abiertas para el comercio, incluyendo la utilización de cadenas globales de valor, en la negociación de nuevos acuerdos multilaterales y plurilaterales en la OMC.
El término clave aquí es cadenas de valor, un concepto que da mucho mayor valor a la propiedad intelectual y a la inversión de capital en el valor final de un producto, que al trabajo, los materiales y cualquier otro insumo local de la producción. Ese concepto del valor se muestra claramente en el caso mencionado por Katu Arkonada, en su excelente análisis EEUU: la hegemonía no termina de morir, la fase de dominación ya ha comenzado (http://www.alainet.org/es/articulo/169418) « A pesar de que desde 2007 China es la principal productora de software y hardware, el 84% de las ganancias en este rubro siguen estando en manos de capitalistas estadounidenses ».
d) Conseguir que los acuerdos comerciales de los que Estados Unidos no sea parte, alcancen los altos patrones y cumplan con las disciplinas de la OMC, incluyendo el Artículo XXIV del Gatt 1994, el Artículo V y Vbis del Acuerdo General sobre Servicios, la Cláusula de Habilitación y la revisión significativa de los acuerdos regionales.
Esto proclama una desfachatada intromisión en los asuntos que acuerden terceros países y busca sabotear aquellas relaciones económicas internacionales en que los Estados Unidos no logra inmiscuirse; léase Mercosur y más recientemente el Mercado Común Euro-Asiático con Rusia como centro y la Regional Comprehensive Economic Partnership (RCEP) en Asia, que excluye a Estados Unidos, pero reúne a las seis economías más grandes de Asia: China, India, Japón Corea del Sur, Australia y Nueva Zelandia, además de Brunei, Camboya, Indonesia, Laos, Malaysia, Myanmar, Filipinas, Singapur, Tailandia y Vietnam. Un gran contrapeso a su TPP.
e) Resaltar el cumplimiento de los miembros de la OMC con sus obligaciones como miembros de la OMC a través de la participación activa en los órganos de la OMC por los Estados Unidos y los otros miembros, incluyendo el mecanismo de revisión de políticas comerciales y el sistema de comités de la OMC, que incluye el comité sobre acuerdos de comercio regionales.
Es de notar aquí que casi todos los comités están presididos por representantes de países que ya cedieron su espacio político a los Estados Unidos mediante los llamados acuerdos de libre comercio. Ningún comité está presidido por un país que antagonice sus iniciativas. Esto es algo que debiera incitar a una política mejor coordinada entre BRICS, ALBA, Mercosur y países africanos.
f) Estimular una mayor cooperación entre la OMC y las otras organizaciones internacionales. La alusión aquí es principalmente al FMI, Banco Mundial y sus bancos regionales, cuyas recetas son bien conocidas e incluyen apertura comercial.
La parte multilateral de la agenda es la de circunvalar resistencias en OMC mediante una « exitosa negociación de nuevas reglas de comercio en acuerdos en el TPP…. que luego sirvan de modelo para futuras negociaciones en la OMC » y eso está muy claro en el texto como estrategia general. En cuanto a temas técnicos específicos, resaltaremos los puntos más importantes.
En medidas sanitarias y fitosanitarias habla de estimular la adopción de patrones internacionales y exigir justificación científica cuando la medida es más estricta que los patrones internacionales. Además del reconocimiento de la equivalencia de los sistemas de protección de salud de los países exportadores.
El asunto aludido aquí es la exportación de productos agrícolas, de los que Estados Unidos es el mayor exportador, gracias a los subsidios. Sucede que las normas de OMC ya son el patrón en materia sanitaria y fitosanitaria. Lo que se busca aquí es imponer las normas de Estados Unidos como patrón y en particular la aceptación de productos producidos con organismos genéticamente modificados (OGM) como se produce en Estados Unidos, a pesar de que ya hay pruebas científicas de que perjudican a la salud, pero que Estados Unidos o Monsanto se niegan a admitir.
En subsidios el objetivo es reducir o eliminar subsidios, de otros, que disminuyan las oportunidades de mercado para las exportaciones de los Estados Unidos o distorsionen los mercados agrícolas en detrimento de los Estados Unidos.
Este objetivo está impregnado de cinismo. Estados Unidos distorsiona los precios internacionales e invade mercados gracias a los US$ 139,5 millardos (2012) con que de algún modo subsidia su agricultura y sus exportaciones agrícolas, pero en la OMC osa reclamar cuando otros subsidien a sus agricultores. En la OMC, los Estados Unidos reclaman a la India, cuya población de agricultores pobres es la mayor del mundo, que gaste US$58 millardos (2010) en ayuda a sus campesinos. Un reclamo temerario, porque cada agricultor norteamericano recibe US$ 57.901, con lo que bien pudiera vivir, mientras que cada agricultor de la India recibe sólo US$ 99.
En indicaciones geográficas, un tema en que no puede competir con Europa, el texto habla de eliminar y prevenir lo que disminuya el acceso a mercado a los productos de los Estados Unidos. En esencia pide proteger los términos genéricos contra las indicaciones geográficas específicas que son escasas o de poca tradición, en Estados Unidos.
En compras gubernamentales incita a pedir mejores prácticas y apertura, porque en todo país el gobierno es el mejor cliente y suele preferir productores nacionales; Estados Unidos hace lo mismo cuando dice Buy American. Es un viejo objetivo, de los propuestos y rechazados en la ministerial de Singapur, en 1996.
En comercio de servicios el texto dice … A) ….expandir ...y obtener mayor apertura a través de la uso de cadenas globales de valor B) reconocer que la expansión del comercio de servicios genera beneficios para todos los sectores de la economía y ese objetivo mencionado en el párrafo A) debe ser perseguido con todos los medios, incluyendo a través de acuerdos plurilaterales ….
Ante la resistencia a expandir con nuevos compromisos las áreas concedidas en el acuerdo general sobre comercio de servicios, la política de Estados Unidos es ahora la de ampliar los compromisos en servicios en acuerdos de comercio bilaterales o regionales, para instalarlos como acuerdos plurilaterales en la OMC, que luego pretende que son fuente de patrones internacionales.
En Inversiones dice eliminar y prevenir medidas que exijan a los productores de Estados Unidos la ubicación de instalaciones, propiedad intelectual, u otros activos en el país como condiciones de acceso a mercado o permitir inversión, incluyendo medidas de innovación indígenas. En breve, se trata de excluir todas las razones que pueden hacer ventajosa una inversión extranjera para un país.
En Derechos de Propiedad Intelectual hay marcha atrás. Antes se quería prolongar el monopolio de las patentes. Ahora se quiere que la protección no sea tan alta que impida el comercio digital legítimo. Insiste en proveer protección a nuevas tecnologías y métodos de transmitir y distribuir productos por vía digital. Este asunto, prioritario para Estados Unidos, es vulnerable, porque hay en OMC un waiver para no legislar sobre el tema, que se renueva cada año. El TPA no menciona el párrafo 6 de la Declaración de Doha, que prioriza la salud pública sobre la Propiedad Intelectual.
En comercio digital de bienes y servicios, su objetivo es impedir que los gobiernos restrinjan el flujo transfronterizo de datos o exijan el procesamiento local y bancos de datos locales.
Las empresas propiedad de los estados serán un objetivo de negociación para limitar privilegios, discriminación y subsidios que las favorezcan.
En patrones laborales y de ambiente, el texto dicta cuales normas los socios comerciales deben adoptar.
Conclusión
A lo largo del documento se insiste en abrir mercados. Eso causa perplejidad porque Estados Unidos es poco competitivo, tiene un crónico déficit en su balanza comercial y subsidia para exportar. El enigma se aclara si recordamos que Sismondi dijo hace 200 años (1), que en mercados abiertos, quienes tienen más dinero sacan de él a sus competidores. Siempre tendrán más dinero las empresas de un país que emite dinero de la nada. Ese privilegio es la base de la política comercial internacional de Estados Unidos.
Ginebra 09/05/2015
Nota:
(1) Jean Charles Sismondi, Nuevos Principios de Economía Política, Paris, 1827
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Fuente: Agencia Latinoamericana de Información ALAI: http://www.alainet.org/es/articulo/169526
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