COVID-19: Autoridades ocultaron entierros en cementerio clandestino

Foto: Cementerio clandestino - Rodrigo Abd / AP Foto: Cementerio clandestino - Rodrigo Abd / AP

Alrededor de 500 habitantes de Iquitos exigen recuperar los restos de sus familiares fallecidos por COVID-19.

Servindi, 10 de abril de 2021.- Las autoridades de Iquitos aprobaron decenas de entierros clandestinos sin informar a las familias, quienes creyeron por meses que sus seres queridos estaban en un cementerio local.

Así lo reveló la agencia de noticias Associated Press (AP). Es el primer caso conocido en Perú y América Latina de autoridades que ocultan el destino de al menos 403 personas fallecidas por COVID-19.

Los familiares demandan a los gobiernos locales y autoridades centrales recuperar los cuerpos y apelaron a una sentencia luego de que un juez falle a favor de las autoridades en 2020, informó AP.

El cementerio abarca lo equivalente a cuatro campos de fútbol y hoy está cubierto por cruces que fueron colocadas por la gente semanas después de su descubrimiento, pues inicialmente era un terreno aplanado.

En bolsas negras

Cuando el esposo de Glendy Hernandez falleció, le dijeron que lo enterraron en el cementerio de San Juan, al igual que a decenas de familiares de las víctimas, relata AP.

Foto: Familiares de personas fallecidas - Rodrigo Abd / AP

Sin embargo, el 1 de junio, una noticia del periódico local La Región reveló que al menos 330 víctimas de COVID-19 estaban enterradas en una fosa común junto al mencionado cementerio.

Ello generó que al menos 500 personas acudan al lugar señalado buscando a sus parientes. AP habló con el vigilante del lugar, quien comentó que “los muertos estaban en bolsas negras” cuando llegaron.

Hugo Torres describió que en un día enterraban de 30 a 50 cadáveres y que podían colocar hasta tres cuerpos en un agujero. Otras personas entrevistadas por AP se negaron a ser citadas.

Foto: Miembros de equipo humanitario de recogida de cadáveres - Rodrigo Abd / AP

“Cementerio COVID”

Ante las protestas, el gobernador de Loreto, Elisban Ochoa, firmó un documento en el que se comprometía a exhumar los cuerpos. La investigación señala que hasta hoy no han ocurrido cambios.

Ochoa expresó que no era una fosa común, sino un nuevo “cementerio COVID”, debido al rápido aumento de muertes y que las autoridades informarían la ubicación de cada cuerpo a las familias.

No obstante, no explicó por qué eso no ha ocurrido hasta el momento y se negó a responder los mensajes que la agencia de noticias dejó en su oficina.

Encuentra el reportaje completo de la Associated Press aquí.

 

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