Entre la remediación ambiental y el cambio de marca del OEFA

Por el Instituto de Defensa Legal del Ambiente y el Desarrollo Sostenible (IDLADS)

3 de junio, 2017.- Desde que nació el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) hemos sido uno de los principales defensores del ente fiscalizador ambiental, de sus facultades y el aporte por regulación, siendo en muchos procesos litisconsorte y habiendo presentado innumerables Amicus Curie para que se respete su autoridad frente a los administrados infractores de normas ambientales.

En tiempos de reconstrucción nacional y de uno de los bajones de la economía nacional más saltante en el último quinquenio, se estima crezca el PBI entre el 1 y el 3 por ciento. Nos preocupa que se esté destinando un importante presupuesto del fiscalizador ambiental a labores secundarias. Por ejemplo, el 28 de diciembre del 2016 mediante Resolución de Secretaría General Nº 103 -2016-0EFA/SG  se modifica el "Plan Anual de Contrataciones de OEFA” 2016 para incluir el Concurso Público del "Servicio para el estudio de percepción de la imagen institucional a nivel nacional" y destinar S/ 990.850.00 nuevos soles a este fin.

Habiendo necesidad de tantas supervisiones y fiscalizaciones ambientales en que invertir y realizar o incluso tanto por aportar al Fondo de Contingencia para Remediación Ambiental a fin de financiar diversas acciones que garanticen la vida, la salud y el desarrollo sostenible a las zonas afectadas como consecuencia de las actividades de hidrocarburos en Loreto, no resulta coherente invertir tanto dinero en la imagen institucional del OEFA, ciertamente, una institución con un reconocido prestigio. más allá de las críticas que toda institución naturalmente pueda recibir en el desarrollo de su labor.

En momento de vacas flacas por los que atraviesa la Nación peruana, llama la atención que el ente fiscalizador invierta 250 mil soles en el cambio de marca y manual de identidad visual, y considerando además que aún falta la campaña de posicionamiento de la misma.  En este sentido, consideramos importante reflexionar sobre la necesidad y la justificación  del cambio del logo del OEFA y las implicancias de ello en la imagen institucional del ente fiscalizador y en el cumplimiento de sus funciones esenciales.

Consideramos que el anterior logo cumplía su fin, ya tenía muchos años de vigencia y había sido interiorizado por los administrados y trabajadores, es decir, ya se había ganado el "insight" de la marca. Ahora, además, habrá que hacer otra vez el trabajo de cambiar decenas de logos de uniformes, chalecos, camionetas y oficinas. La verdad, no encontramos una razón para justificarlo.

¿vale la pena hacer un trabajo que ya estaba hecho?

Más allá de que el nuevo logo ante la falta de posicionamiento se asocie más a una marca de una empresa de teléfonos celulares o corporación que a una entidad pública, y que habrá mucho trabajo por hacer para que esta nueva marca sea una "love mark" de la fiscalización ambiental, la pregunta final que les dejamos es: ¿vale la pena hacer un trabajo que ya estaba hecho?

Ciertamente, consideramos que más importante que gastar en “la marca OEFA” es sin duda invertir los recursos del fiscalizador ambiental en los fines y funciones del mismo a efectos de que sea garantía del desarrollo sostenible. Y si no le hacen falta dichos recursos, en buena hora, los mismos podrían destinarse a mejorar la situación del Fondo Nacional del Ambiente (FONAM) siempre necesitado de recursos para hacer remediación ambiental en los lugares más vulnerables del país.

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