Acerca de la independencia

La república peruana nació frustrada y seguimos siendo una semicolonia de grupos de mafias de narcotraficantes y mineros ilegales representados en el Congreso entreguista de la República y protegidos por sus gendarmes armados que ven terroristas en todo aquel que dice la verdad y se manifiesta en las calles.

Por Mario Tabra

28 de julio, 2023.- Julio es denominado el mes patrio. Las agencias de turismo hacen su agosto, los gobiernos decretan feriados largos para “activar” la economía, las instituciones educativas suspenden clases para “ensayar” la marcialidad con la que tienen que marchar la niñez, la adolescencia y la juventud. Todo se vuelve castrense, al sonsonete de un dos, un dos, un dos… Pero ¿que pasó el 28 de julio de 1821?

Desde la llegada de los invasores españoles nuestro pueblo resistió durante tres siglos y libró sendas batallas para no dejarse imponer la cultura occidental. Desde la isla de Puná frente a Tumbes hasta la captura de Atawalpa hubieron serios enfrentamientos que los cronistas españoles han registrado, pero que lastimosamente no aparecen en los textos escolares ni en la formación universitaria de docentes.

Solo por comentar un ejemplo: cuando Francisco Pizarro estaba fundando San Miguel de Tangarará –la primera ciudad española en el Perú, lo que después de varias mudanzas terminó siendo la actual ciudad de Piura, en el territorio de Caxas que con los Ayawakas y Calvas conformaban la confederación de los Wayakuntu– se preparaba la gran resistencia contra las huestes españolas.

La resistencia era tan fuerte que Francisco Pizarro tuvo que enviar a su capitán Hernando de Soto para ver que sucedía en Ayavaca. El hecho es que Maicawilca que se encontraba en el centro administrativo ceremonial de Caxas le mostró una piedra labrada y un pato desollado, haciendo referencia que si los invasores no se retiraban de su territorio nuestro pueblo los iban a dejar como aquel pato desollado. A De Soto no le quedó otra alternativa que voltear su caballo y regresarse por donde había venido y los invasores tuvieron que seguir por zonas desérticas de la costa más hacia el sur para luego subir hacia Cajamarca.

Todo el siglo XVI hubo enfrentamientos contra los invasores, en el siglo XVII hubo algunos acomodos de los kuracas –mal llamados caciques por la historia oficial– como intermediarios entre las autoridades virreinales y los ayllus andinos.

En el siglo XVIII se retoma la lucha y de la resistencia se pasó a organizar la independencia bajo los principios del milenarismo andino amazónico que habían consolidado los Inkas. Es así que entre cientos de luchas resalta la de Juan Santos Atawalpa, al cual nunca llegaron a vencer y la rebelión de Túpac Amaru II que trascendió su ideal en todo Sudamérica.

Luego de detenerlo, torturarlo y hacerlo presenciar el asesinato de su esposa Micaela Bastidas, de sus hijos, sus familiares y detenidos, intentaron descuartizarlo con cuatro caballos, propósito que no lograron por su fuerte contextura. Entonces pasaron a degollarlo y descuartizarlo para repartir sus extremidades en las diferentes direcciones del Cusco. Prohibiéndose hablar nuestro idioma el runasimi, usar vestimenta andina y realizar ofrendas a nuestros apus y wakas bajo pena de ser ejecutados.

Pese a las amenazas nada de eso amedrentó a nuestro pueblo que siguió levantándose durante los siguientes 40 años hasta llegar a cercar Lima y estando a punto de tomar la capital, llega la expedición del sur comandada por José de San Martín quien intenta en dos conversaciones con el Virrey La Serna negociar la salida “digna” del Virrey, incluso ofreciéndole la “Regencia del Perú” hasta que llegara un príncipe español para nombrarlo rey del Perú.

El virrey se negó y se trasladó a la sierra, lanzando un manifiesto amenazante a nuestro pueblo indígena e invitando a San Martín a que ingresara a Lima para detener a las montoneras indígenas que habían cercado Lima.

Los criollos y fieles a la corona española se reunieron en el cabildo de Lima con San Martín el 15 de julio para aprobar la organización de la ceremonia de la lectura de la proclamación de la independencia del Perú, la que fue una fiesta colonialista con procesión incluida y todo el protocolo como cuando llegaba un nuevo virrey.

Entonces, qué celebran los más de 33 millones de peruanos sino es la salvación de las autoridades coloniales y de los criollos ricos, que con la independencia no hicieron más que despojar a nuestras comunidades indígenas de sus territorios para formar sus haciendas, minas y comercio en general.

La república peruana nació frustrada y seguimos siendo una semicolonia de grupos de mafias de narcotraficantes y mineros ilegales representados en el Congreso entreguista de la República y protegidos por sus gendarmes armados que ven terroristas en todo aquel que dice la verdad y se manifiesta en las calles.

 

SOBRE EL COLUMNISTA
Mario Tabra

Docente, cantautor, comunicador, escritor y activista ambiental originario del pueblo de Ayavaca, región Piura.



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