La “ideología de género” es una invención de la derecha. Es una mezcolanza de ideas dispares desarrolladas por un grupo diverso de pensadores en los últimos 50 años, vinculados principalmente en la mente de sus opositores. Realmente no existe más allá de los manifiestos y las pancartas de protesta de sus creadores, pero ya les ha ayudado a conseguir algunas victorias muy reales afirma Ana Campoy en el siguiente artículo.
La extrema derecha quiere venderte una teoría sobre el sexo y el género que no existe
Por Ana Campoy
Gz, 27 de noviembre, 2018.- Un nuevo término se está colando en el discurso de los conservadores alrededor del mundo.
En México, miles de manifestantes denunciaron la propagación de la “ideología de género” en marchas contra el matrimonio entre personas del mismo sexo en septiembre del 2016. Semanas antes, algunos grupos religiosos en Colombia acusaron al gobierno de querer adoctrinar a los niños a través de la “ideología de género” en las escuelas; semanas después, acusarían a funcionarios de gobierno de inyectar formas similares de traición en un acuerdo de paz para poner fin al medio siglo de guerra civil del país.
Activistas en España y Polonia han utilizado la misma frase en su lucha en contra del reconocimiento de que la identidad de género y la orientación sexual van más allá de la heterosexualidad. Incluso el Papa Francisco ha planteado la idea, pidiendo compasión sacerdotal para las personas que sufren por su identidad de género u orientación sexual, pero rechazando “el adoctrinamiento de la teoría de género” y su “colonización ideológica”.
¿Qué es esta ideología aparentemente omnipresente que ha puesto a los católicos y conservadores tan nerviosos? Según ellos, es una cosmovisión, elaborada por académicas lesbianas y feministas radicales, que sostiene que el género no tiene nada que ver con las diferencias biológicas entre hombres y mujeres, y que puede ser elegido a voluntad. La caracterizan como una peligrosa línea de pensamiento que amenaza con infectar a los niños y destruir la democracia.
De hecho, la “ideología de género” es una invención de la derecha. Es una mezcolanza de ideas dispares desarrolladas por un grupo diverso de pensadores en los últimos 50 años, vinculados principalmente en la mente de sus opositores. Realmente no existe más allá de los manifiestos y las pancartas de protesta de sus creadores, pero ya les ha ayudado a conseguir algunas victorias muy reales.
Fobia de género
La iglesia católica y otros grupos conservadores han estado en contra de la noción de que el género es una serie de comportamientos y rasgos que las sociedades construyen encima del sexo biológico por mucho tiempo. Esta perspectiva va en contra de sus ideas de cómo debe estar organizada la humanidad, basada en los “valores familiares.” Si los papeles tradicionales de marido y mujer, padre y madre, hombre y mujer son simples construcciones sociales, entonces las identidades que van más allá de esos conceptos binarios son igual de válidas. Esto, bajo su óptica, inyecta caos en la sociedad.
La “ideología de género” es el hombre de paja que inventaron para luchar contra esta amenaza. Sus orígenes se remontan a dos cumbres de las Naciones Unidas donde se discutió la desigualdad de género y los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres: la conferencia de 1994 sobre la población y el desarrollo en El Cairo y la conferencia sobre la mujer en Pekín el año siguiente.
El género fue un tema debatido en la cuarta conferencia mundial sobre la mujer de la ONU en 1995 en Pekín, a la cual asistieron políticas como Gertrude Mongella, de Tanzanía, a la derecha, y la actriz y activista de los derechos de la mujer Jane Fonda, a la izquierda. / Foto: REUTERS/Jason Reed
Incluso antes de las conferencias, el Vaticano ya había denunciado de manera preventiva lo que afirmaba eran esfuerzos para unir al mundo en favor del aborto y del sexo con fines no reproductivos, incluyendo las relaciones entre personas del mismo sexo. Algunos católicos se enfocaron en el término “género”, llamándolo un caballo de Troya cuyo propósito era introducir políticas en contra de la familia a la sociedad, según David Paternotte, un profesor de la Universidad Libre de Bruselas que ha estudiado el fenómeno de la “ideología de género”.
Esta idea de género también les ofrecía un marco muy poderoso para oponerse a esas y otras políticas, incluyendo el matrimonio y la adopción homosexual, la educación sexual en las escuelas, el derecho al aborto, los métodos alternativos de reproducción y los derechos de las personas transgénero. Todas ellas se pueden integrar dentro del concepto de “ideología de género” y combatir con el mismo argumento: los hombres y las mujeres no son iguales, sino complementarios por diseño natural. El concepto es “un recipiente que se puede usar para diferentes propósitos”, dice Paternotte.
Los activistas conservadores expusieron sus ideas en libros y manifiestos (español) y en Lexicón: Términos ambiguos y discutidos sobre la familia, vida y cuestiones éticas, un diccionario publicado en el 2003 por el Pontificio Consejo para la Familia del Vaticano. El propósito del Lexicón era exponer el “lenguaje orwelliano” que se estaba utilizado para difundir la “ideología de género” en todo el mundo. Por ejemplo, en el prefacio del libro, el cardenal Alfonso López Trujillo escribe que la frase “discriminación contra las mujeres” puede al principio “provocar una reacción de simpatía”. En realidad, explica, es un ataque a la familia, la cual se presenta como “un lugar de esclavitud moderna”.
“La familia y la vida están siendo literalmente bombardeadas por un lenguaje engañoso”, argumenta López Trujillo. “Sin la búsqueda de la verdad, el universo de la libertad se contamina y se pone en grave peligro”.
Entre los términos incluidos en el Lexicón están: “patriarcado”, “matriarcado”, “matrimonio homosexual” y, por supuesto, “ideología de género”.
Las supuestas fuentes
Los opositores/creadores de la “ideología de género” atribuyen el concepto a una variedad de escritores, desde Simone de Beauvoir, la intelectual francesa que formó parte del movimiento existencialista de los años cincuenta, pasando por las feministas radicales de los años setenta como Shulamith Firestone, hasta Judith Butler, una filósofa y teórica de género que enseña en la Universidad de California en Berkeley.
Todos estos autores han escrito sobre el género y usan algunas de las palabras incluidas en el Lexicón. Pero su trabajo no se puede interpretar como una visión cohesiva del género como sostienen sus opositores. La noción de que es parte de una teoría única es una “fantasía”, dice Camille Robcis, una profesora de historia en la Universidad de Cornell que ha estudiado el despliegue de la “ideología de género” en Francia.
Para empezar, señala Robcis, los escritos de los supuestos arquitectos de la “ideología de género” brotaron de diferentes contextos históricos—cuando Beauvoir escribió su famosa frase “no se nace mujer, se llega a serlo”, la etiqueta LGBT aún no existía.
Las ideas de estos pensadores, lejos de ser uniformes, son a menudo mucho más complejas que las explicaciones simplistas que ofrecen sus opositores. Veamos el ejemplo de Butler, una de las autoras más criticadas por los que luchan en contra de la supuesta “ideología de género. Leerla es un desafío—o de acuerdo con una usuaria de Quora, equivale a “estrellarse contra una pared de hule y roerla para atravesarla”. No es el tipo de lectura que se pueda reducir a lemas simples (enlace en francés), como “Queremos sexo, no género” que lucían algunas de las pancartas que se usaron en las manifestaciones francesas.
El discurso de la “ideología de género” emplea mensajes simples que evitan el lenguaje homofóbico y simplifican ideas complejas de pensadores como Judith Butler. Foto:Michel Euler.
La “ideología de género” también está basada en la falsa premisa de que sus presuntos promotores son parte de un movimiento organizado con una agenda común.
De hecho, los gobiernos y los activistas LGBT a los que se acusa de imponer la “ideología de género” ni siquiera relacionan temas como el matrimonio gay con el aborto o la educación sexual como hacen sus opositores, dice Mary Anne Case, profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chicago.
“Ojalá estuviéramos tan unidos como el Vaticano cree que estamos y fuéramos tan poderosos”, dice Case, quien ha escrito sobre los orígenes de la "ideología de género”.
En realidad, dice Case, tanto la “ideología de género”, como la conspiración bajo la cual sus supuestos defensores están trabajando juntos son inventos.
Estrategia brillante
La “ideología de género” ha sido una herramienta de comunicación y persuasión muy eficaz. Ayuda a los que “luchan” en su contra a evitar el lenguaje abiertamente homofóbico—el cual está prohibido por ley en algunos países—y a presentar sus argumentos en términos seculares. Por ejemplo, en lugar de decir que el matrimonio entre personas del mismo sexo va en contra de las enseñanzas religiosas, los opositores de la “ideología de género” dicen que amenaza el orden natural de las cosas.
En una analogía utilizada por sus críticos, incluyendo al Papa Benedicto XVI en sus saludos navideños del 2008, se compara la condición de ser hombre o mujer a una selva tropical en peligro de extinción. En algunos de los materiales distribuidos por los manifestantes franceses, la ex ministra de justicia francesa, Christiane Taubira, la cual propusó una ley de matrimonio entre personas del mismo sexo, aparece con una motosierra en medio de un bosque talado.
Al simplificar excesivamente los temas, el concepto de “ideología de género” hace que se puedan empaquetar en formas fáciles de entender y de defender. “Un niño y una niña, no son lo mismo”, explica el video de la coalición conservadora francesa La Manif Pour Tous, o La Manifestación Para Todos en español. El video afirma que en nombre de la igualdad de género, se están mezclando rasgos femeninos y masculinos de una manera que confunde a los niños. “Sí, papá puede usar un vestido y lápiz de labios. Sí, una chica puede conducir un autobús. Sí, un bebé puede tener dos madres o dos padres".
“Hay que dejar que las niñas sean niñas. Que los niños sean niños”, concluye.
Con esta interpretación distorsionada sobre el género es muy fácil enganchar a las personas que no conocen las ideas más complejas de los intelectuales a los cuales critican los conservadores. Así, los grupos conservadores han podido convencer a sus seguidores de que políticas que fueron diseñadas para defender derechos humanos básicos—una clara jurisdicción estatal–son en realidad una ideología impuesta por grupos marginales que no incumbe al estado. Dicho de otra forma, los grupos cuyas políticas están basadas en creencias religiosas están presentando cuestiones de género seculares como si fueran una religión. Es una clase magistral sobre el tipo de discurso orwelliano al que pretenden combatir.
Una ideología global
Aunque la noción de la “ideología de género” existe desde hace décadas, su uso ha ido en aumento a medida en que más países abordan el tema de los derechos LGBT. Como ha observado Paternotte, el profesor de la Universidad Libre de Bruselas, las movilizaciones conservadoras en Europa, incluyendo en Eslovaquia, Eslovenia, Bélgica, Lituania y Polonia, estuvieron respaldadas por el concepto, aunque lo que las haya provocado fuera diferente en cada país.
En Francia, por ejemplo, el movimiento inspiró a cientos de miles de manifestantes a salir a las calles, y ha puesto presión sobre el gobierno. No logró descarrilar un proyecto de ley para legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo en 2013, pero frenó otras propuestas, como otorgar el derecho a usar tecnologías alternativas de reproducción a las personas no heterosexuales, dice Bruno Perreau, un profesor del MIT que analizó el caso francés en Teoría Queer, La respuesta francesa. “El gobierno tenía tanto miedo de desencadenar otra controversia que decidieron retroceder”, dice.
En Polonia, el partido derechista Ley y Justicia creó un grupo parlamentario para combatir la supuesta agenda del movimiento de la “ideología de género”, dice Lukasz Szulc, un estudiante postdoctoral de la Universidad de Amberes que ha examinado el ejemplo polaco. La estrategia consolidó el apoyo al partido de la influyente iglesia católica, y éste ganó la mayoría en las elecciones parlamentarias del 2015.
Los líderes de Ley y Justicia después lanzaron una iniciativa para reforzar aún más las estrictas leyes de aborto de Polonia. La propuesta fue escrita por Ordo Iuris, un grupo antiaborto que ha utilizado el discurso de la “ideología de género”. El proyecto de ley fue rechazado después de que miles de mujeres polacas marcharan contra él. Pero todavía existe la posibilidad de que los legisladores de Ley y Justicia aprueben una ley de aborto más dura que la que existe, dice Szulc.
En España, los activistas conservadores han tenido menos influencia. Esto de debe en parte a que después de casi cuatro décadas de dictadura franquista, cualquier conexión entre iglesia y estado levanta sospechas entre los españoles, según José Ignacio Pichardo Galán y Mónica Cornejo Valle, de la Universidad Computense de Madrid.
Los grupos conservadores organizaron misas masivas al aire libre a finales de los años 2000 para defender los “valores familiares” y advirtieron que las medidas inspiradas por la “ideología de género” resultarían en “un descenso hacia un régimen totalitario”. Pero las leyes a las que se oponían pasaron y todavía están en vigor.
Eso no les ha impedido participar en el debate en otros lugares. HazteOir.org, un grupo que fue parte de las protestas españolas, recientemente recopiló firmas para apoyar a los activistas que luchan en contra de una iniciativa presidencial en México para hacer del matrimonio entre personas del mismo sexo un derecho constitucional.
De hecho, la “ideología de género” se está diseminando por todo el mundo. El video de La Manif Pour Tous sobre las diferencias entre chicos y chicas ha sido traducido al español y está circulando en México. Una líder del movimiento colombiano viajó a México para participar en las protestas de septiembre. Las coaliciones conservadoras en ambos países están utilizando los mismos argumentos, con las mismas palabras.
Este video utilizado en México por el grupo contra el aborto ViVoz dice que la ideología de género conduce al “embarazo adolescente, enfermedades de transmisión sexual, aborto, depresión, suicidio”.
Este video de YouTube usado en México advierte a los padres sobre los peligros de la ideología de género. / Foto: Vivoz
A continuación, un video colombiano utiliza muchas de las mismas palabras.
Este video, subido por Red Familia Colombia, usa la misma terminología. / Foto: Un paso al frente RED familia Colombia.
Esta es una guerra, dicen los creadores de los videos, y el campo de batalla es la mente y los valores de “nuestros hijos”.
“Es prácticamente copiar y pegar”, dice Genaro Lozano, profesor de ciencias políticas de la Universidad Iberoamericana de México y defensor de los derechos LGBT.
Quartz pidió entrevistas a los grupos que organizaron las manifestaciones en México, Colombia y Francia, pero no recibió ninguna respuesta.
Colombia
Algunos de los efectos más tangibles del uso de la “ideología de género” se pueden ver en Colombia. El enfrentamiento comenzó con una polémica sobre un manual producido por el Ministerio de Educación con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia. El manual se diseñó para ayudar a los administradores escolares a cumplir con una orden judicial del 2015 que pedía a las escuelas que revisaran sus reglas para prevenir la discriminación basada en la orientación sexual. Después de que el documento se compartió de manera viral en las redes sociales, grupos de activistas evangélicos y católicos organizaron protestas en todo el país. Decenas de miles de personas marcharon contra la ministra de educación Gina Parody, que es lesbiana, afirmando que quería imponer la “ideología de género” a sus hijos.
La presión obligó al presidente colombiano Juan Manuel Santos a cancelar el manual y asegurar a los colombianos en transmisión nacional que “ni el ministerio de educación, ni el gobierno nacional han implementado, ni han promovido, ni van a promover la llamada ideología de género”. Parody, evidentemente frustrada, insistió ante el senado que la “ideología de género” no era más que una manipulación para desviar las discusiones sobre el valor constitucional de la dignidad humana.
“¿Por qué hablan de una ideología de género? ¿De dónde sacan eso?” dijo. “Eso introduce una distorsión muy complicada, muy complicada al debate político colombiano”.
Su apasionado discurso tuvo poco efecto. Unas semanas más tarde, la “ideología de género” surgió de nuevo, esta vez en el contexto del acuerdo de paz negociado entre el gobierno de Santos y el grupo guerrillero de las FARC. Los mismos activistas que se habían indignado por el manual contra la discriminación criticaron ahora la inclusión del término “género” en el acuerdo de paz de 297 páginas, el cual debía ser aprobado por los colombianos mediante un plebiscito.
Los escritores del acuerdo incorporaron el lenguaje sobre género en el documento después de que algunos grupos de mujeres víctimas exigieran ser parte de las conversaciones de paz. Su objetivo era reparar los abusos cometidos contra las mujeres durante el conflicto. Tenía poco que ver con la orientación sexual o la identidad de género, pero los líderes de las marchas lo vieron como una imposición de lo que ellos llaman el “lobby gay”.
“Si me preguntan a mí ‘¿Quieres la paz con las FARC?’ Yo digo ‘¡Sí!'”, dijo Oswaldo Ortiz, uno de los líderes del movimiento, en un video de YouTube. “Si me dicen a mí ‘¿Quiere usted que con ese acuerdo se promueva la ideología de género como política pública, ¿usted que opina?’ ¡Yo digo no!”’.
La campaña, la cual incluyó una sesión nacional de oración, continuó en los días antes de la votación. Al final, los colombianos rechazaron el tratado de paz por un margen minúsculo: poco más de 50,000 votos de cerca de 13 millones. Después de los resultados, Parody, la cual había dejado temporalmente su puesto en el ministerio de educación para dirigir la campaña en favor del acuerdo de paz, renunció.
Todo esto dejó a los partidarios del acuerdo de paz, y de los derechos LGBT, muy conscientes de las consecuencias reales que puede tener la falsa “ideología de género”. “No existe en la ciencia o en la academia, pero sí existe en el lenguaje y en la política”, dice Claudia López, una senadora en Colombia que es lesbiana. “Vamos a tener que afrontarla con el lenguaje adecuado, con educación y compitiendo en las urnas”.
La teoría de género como arma
Sin embargo, no es una pelea fácil. Negar cualquier asociación con la “ideología de género” no ayudó mucho a Santos. Y sin más contexto, posiblemente validó la idea de que existe. Pero identificar la “ideología de género” como lo que es, una herramienta de manipulación inventada, tampoco ayudó a Parody.
Entonces, ¿cuál es la mejor forma de enfrentar la campaña de desinformación?
Perreau, el profesor del MIT, sugiere que la mejor defensa está dentro de los textos que los conservadores están distorsionando. La “ideología de género” puede no existir como la enmarcan sus creadores, pero sí hay mucho trabajo teórico serio sobre género. Una mejor comprensión de esas ideas sería como una vacuna en contra su tergiversación. Entenderlas ayudaría a la gente a darse cuenta de que las verdaderas expertas en la construcción de género son las instituciones religiosas.
¿Qué otra cosa, aparte de construcciones sociales, son las ideas de que la mujer viene de la costilla de un hombre, o de que sólo los hombres pueden servir como sacerdotes? ¿Qué hay de la noción de que la Virgen María procreó sin tener relaciones sexuales?
“En realidad es la iglesia la que cree en el creacionismo”, dice Perreau, “son ellos los que creen que es posible definirte a ti mismo de la nada”.
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Traducción de un artículo publicado en inglés en noviembre de 2016.
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