Reportes del INEI muestran un crecimiento acumulado de la economía peruana de apenas 2.28% en lo que va del año, muy por debajo de las proyecciones anunciadas. Que quede claro, no son las políticas ambientales y sociales que espantan en estos contextos a los inversionistas. Cuidado con los discursos que nos pretenden hacer creer eso.
La minería y el comportamiento de la economía peruana en lo que va del año
Por César Flores U. y José De Echave C.
CooperAcción, 11 de junio, 2019.- Los últimos reportes del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEi), muestran un crecimiento acumulado de la economía peruana de apenas 2.28% en lo que va del año, muy por debajo de las proyecciones anunciadas. La cosa no pinta bien y los tambores de guerra comercial que se siguen multiplicando en el escenario global entre China y los Estados Unidos, ya están teniendo un impacto en la economía peruana y esto se ve con claridad en la minería: en marzo, el sub sector minero creció apenas 0.25%, luego de decrecer en los meses previos.
De acuerdo a las proyecciones del último Informe de Actualización de Proyecciones Macroeconómicas del Ministerio de Economía y Finanzas, la minería metálica crecería 3.0% el 2019, 2.2% el 2020 y 4.1% el 2021. Sin embargo, estas cifras también tendrán que ajustarse a la baja, sobre todo si el escenario internacional continúa deteriorándose.
Si bien, desde el año 2017, las cotizaciones de los minerales de base comenzaron a mejorar, lo que proyectaba una recuperación del sector minero, a partir de julio del año pasado se comenzó a notar una tendencia a un menor dinamismo y luego a un claro retroceso, que se hizo más notorio en los últimos meses de 2018: por ejemplo, en los últimos doce meses el precio del cobre ha decrecido en -10.4%, el zinc en -22.5% y el plomo en -8.9%. Este cambio de tendencia, que es más evidente en el caso de los metales base, coincidió con las mayores tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, las cuales se han agravado y podrían prolongarse por un período largo.
En este contexto, desde los últimos meses del año pasado se observó una desaceleración de las exportaciones y de la tributación minera, aunque por el momento las inversiones mantienen una tendencia creciente. A marzo, la inversión en minería creció en un 37% (US$ 1,193 millones en lo que va del 2019), confirmando el crecimiento de los dos años previos.
Este crecimiento agregado de la inversión minera a marzo se explicaba por los rubros Planta de Beneficio (47%), Equipamiento Minero (101%), Preparación y Desarrollo (80%) y Otros (106%). Por su parte, también se observó una disminución en los rubros Exploración (-30%) e Infraestructura (-21%).
En relación a la exploración se ha producido un cambio de tendencia desde finales del año pasado debido al contexto internacional menos favorable: la inversión en exploración es uno de los indicadores más sensibles a los cambios en el escenario internacional.
Por su parte, las exportaciones mineras a marzo registraron una caída de -14.5% (US$ 6,300 millones). Cabe resaltar que, pese al menor dinamismo de los últimos meses, en el 2018 las exportaciones mineras alcanzaron un record histórico, superando el valor exportado del 2017, 2012 y 2011. El crecimiento de las exportaciones durante el 2018 estuvo influido por el contexto favorable de precios de los minerales (sobre todo cobre, zinc y plomo) y el salto productivo que se dio a partir del año 2016.
Sin embargo, como ha sido mencionado, a partir de setiembre del año pasado se registró una desaceleración en el valor de las exportaciones mineras debido a las menores cotizaciones. Este es un dato clave para la balanza comercial, ya que el sub-sector minero continuaba siendo el principal componente de las exportaciones peruanas: representó el 79% de las exportaciones tradicionales y 56% de las exportaciones totales.
Por otro lado, por el momento la recaudación general ha continuado la tendencia positiva observada el año pasado y ha acumulado a abril de 2019 un crecimiento 4.2%. Del mismo modo, los Ingresos Tributarios (que constituyen el 88% del total recaudado) aumentaron en 4.9% en lo que va del año. Con respecto a los Ingresos No Tributarios, que incluyen las Regalías Mineras y el Gravamen Especial a la Minería, han disminuido en -26.3%, aunque estos representan sólo el 0.8% del total recaudado.
Sin embargo, cabe destacar que el pago del Impuesto General a la Renta (IGR) de tercera categoría del sector minero -considerando regularización- se ha reducido en -55.7%. Al analizar la estructura porcentual del IGR de tercera categoría a abril se observa que el subsector minero aportó el 10.1% de lo recaudado por este concepto, muy por debajo del 20.2% de aporte del año pasado.
En el siguiente gráfico se observa que el subsector minero luego de representar en el 2007 algo más del 50% del total recaudado por IGR, luego del boom y el súper ciclo de precios apenas llegó al 4.5% (2016), el nivel más bajo de las dos últimas décadas, lo que denota la alta volatilidad contributiva de este sector.
Por su parte, el aporte del sector minero al total de tributos recaudados por el Estado peruano registra un nivel de participación de 8.3% a abril del 2019, debajo del 10.8% alcanzado durante el 2018. Luego de una contribución pico de 24.7% en el 2007, el aporte minero al total de tributos cayó hasta 5.4% en el 2016, y posteriormente mostró una recuperación. El deterioro de las cotizaciones mineras desde el segundo semestre del año pasado ha empezado a reducir el aporte de la minería a la recaudación.
La evolución mostrada en los dos últimos gráficos muestra que uno de los grandes retos de la tributación minera y su aporte es cómo puede atenuarse su extrema volatilidad. Sigue pendiente en el país un debate serio sobre cuál debe ser la política tributaria en relación a la minería y la necesidad pendiente de implementar una verdadera reforma tributaria, que siga las orientaciones de la OCDE y de varios organismos internacionales.
Lo que se viene
Todo indica que hemos entrado a un nuevo momento y el optimismo que generó la recuperación de la cotización de los minerales desde el año 2017, comienza a cambiar. Las cifras parciales muestran un cambio de tendencia: el valor de las exportaciones mineras ha comenzado a caer, lo mismo que el aporte tributario. Las inversiones en minería por el momento han seguido aumentando, aunque seguramente mostrarán un menor dinamismo más adelante.
Como ocurrió a partir del año 2013, son las tendencias que vienen de fuera las que explican en gran medida esta situación. Si bien ayuda que el Perú sea el país con los más bajos costos de producción de cobre a nivel mundial (ver gráfico), lo cierto es que en contextos de turbulencia como el actual, los inversionistas y los mercados financieros globales, se vuelven más conservadores y cortan los flujos de financiamiento para proyectos de inversión, sobre todo los de mediana y larga maduración. Un ejemplo: la empresa china Jinzhao Mining acaba de señalar que, como consecuencia de la guerra comercial entre China y los Estados Unidos, están teniendo dificultades para conseguir financiamiento para su proyecto de hierro, Pampa del Pongo, en el norte de Arequipa. El inicio del proyecto se encuentra en suspenso.
Que quede claro, no son las políticas ambientales y sociales que espantan en estos contextos a los inversionistas. Cuidado con los discursos que nos pretenden hacer creer eso.
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