Los mensajes simbólicos y culturales en las protestas sociales

A pesar del desprecio, el racismo, el terruqueo, la estigmatización y el menoscabo, los pueblos se han levantado para decir que aún existimos, que no somos ciudadanos de segunda categoría, que somos millones que estamos volviendo para reconstruir nuestra patria.
 

Los mensajes simbólicos y culturales en las protestas sociales

Por Wilman Caichihua Robles*

1 de febrero, 2023.- Las protestas sociales no solas hay que verlas desde la visión política y coyuntural, sino también debemos analizarlas desde los mensajes simbólicos y culturales que están presentes en las manifestaciones masivas.

En la campaña electoral y luego ya en el gobierno, las grandes mayorías se identificaron con Castillo, porque era alguien como ellos, con todos sus defectos e incapacidades, con todos sus errores y limitaciones, se sintieron visibilizados e importantes.

Gracias a la democracia, el pueblo había elegido a alguien que les representaba casi genuinamente, por primera vez la democracia había funcionado para algo importante y no había otorgado simplemente un cheque en blanco como siempre había ocurrido históricamente.

Los grupos de poder y sus aliados políticos esto lo sabían, por esto desde el primer día desde que fue elegido, emprendieron una campaña feroz de desprestigio y desinformación, propusieron mociones de vacancia y amenazas solapadas de golpe de estado.

Las protestas crecieron exponencialmente desde que lo sacaron del poder, porque para la gente no es un vacado, podemos estar de acuerdo o no con este planteamiento, pero el mensaje simbólico y cultural de los pueblos es que Castillo fue traicionado y la traición no tiene perdón.

Y, de hecho, la gran traidora, usurpadora y asesina es Dina Boluarte y los insensibles golpistas son los congresistas de la ultraderecha, que les ha arrebatado lo poco que tenían, y al habérselos quitado, han cometido un gran ultraje contra los pueblos y, esto, tampoco se perdona.

En sus medios de comunicación lo repiten y lo expresan hasta la saciedad, que cuando el pueblo vota no saben elegir, cuando gobiernan no saben gestionar y cuando protestan se convierten en vándalos, por esto, el terruqueo y la justificación para matar a los hijos del pueblo.

Decir todo esto, tiene en el fondo un mensaje simbólico y cultural para las grandes mayorías, porque los califica como ciudadanos sin capacidades para votar, para gestionar, sin posibilidades de protestar, esto es un gravísimo problema, que aún queda por resolver en nuestro país.

Sin embargo, a pesar del desprecio, el racismo, el terruqueo, la estigmatización y el menoscabo, los pueblos se han levantado para decir que aún existimos, que no somos ciudadanos de segunda categoría, que somos millones que estamos volviendo para reconstruir nuestra patria.
 

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*Wilman Caichihua Robles es periodista asociado (PA), docente, especialista en educación intercultural bilingüe y promotor cultural regional.

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