Servindi comparte su resumen anual centrado en la agenda indígena que este año 2022 estuvo marcada por la resistencia de sus pueblos en defensa de sus derechos.
Servindi, 30 de diciembre, 2022.- El año 2022 ha sido un año de resistencia para los pueblos indígenas de Perú en todos los sentidos: resistir para defender sus derechos y hacer sentir sus demandas.
En este resumen anual, recogemos sus principales luchas a lo largo del año frente a los embates contra los indígenas aislados (PIACI), la educación intercultural bilingüe (EIB) y defensores, entre otros.
Además de sus constantes denuncias contra los impactos de los derrames petroleros y los hechos más destacados en relación al empoderamiento y la visibilidad de las mujeres indígenas.
Indígenas en aislamiento amenazados
Foto: Fenamad
Aunque el año inició destacándose la importancia de los Corredores Territoriales para logar la verdadera protección de los pueblos indígenas en aislamiento y contacto inicial (PIACI), pronto surgieron las amenazas.
En abril, organizaciones de la sociedad civil ya advertían que grupos antiderechos venían negando la existencia de los PIACI y pedían acceder a sus territorios para promover actividades extractivas.
Con los días, se fue aclarando la identidad de quienes estaban detrás: colectivos privados que contaban con el respaldo de algunos funcionarios regionales y se vinculaban con el fujimorismo.
Servindi expuso a uno de estos grupos: la Coordinadora por el Desarrollo de Loreto (CDL), cuyo cabecilla, Christian Pinasco, condenado por corrupción, firmaba pronunciamientos anti-derechos junto al gobernador de Loreto, Elisbán Ochoa.
Pese a la campaña de estos grupos contra los PIACI, la realidad se impuso y en setiembre, el Estado reconoció a los PIACI para la propuesta de Reserva Indígena Napo, Tigre y Afluentes, en Loreto.
Sin embargo, en noviembre, se registró una nueva embestida contra los PIACI: un proyecto de ley presentado por el congresista fujimorista Jorge Morante que amenaza la existencia de estos pueblos.
La iniciativa, que pretende ceder el poder de reconocer a los PIACI y sus reservas indígenas a los gobiernos regionales, ha sido rotundamente rechazada; pero aún sigue en pie en el Congreso. Las alertas, por tanto, siguen vigentes.
Defendiendo la EIB y otros derechos indígenas
Foto: Andina
El año no fue mejor para la educación intercultural bilingüe (EIB) que sufrió dos intentos de atentados (uno en enero y otro en setiembre) que no prosperaron gracias a la resistencia indígena.
El primero fue un intento del Ministerio de Educación (Minedu) por revertir el carácter EIB de las escuelas en territorios indígenas. Al final, el oficio que ordenaba dicha afectación se dejó sin efecto.
Lo segundo se expresó mediante la publicación de tres resoluciones viceministeriales que permitían que docentes sin dominio de lengua originaria obtengan una plaza en escuelas EIB. Tras la presión indígena, las normas también fueron derogadas.
Pero, así como el derecho al EIB, hubo otros que fueron o corren el riesgo de ser vulnerados, como es el caso del derecho a la consulta previa que fue desconocido por el Tribunal Constitucional en marzo.
Además, está la ley de Comités de Autodefensa (Ley CAD) que arma los territorios rurales vulnerando la autonomía comunal; y el proyecto para modificar la Ley Forestal que abriría la puerta a la deforestación de la Amazonía.
Este último proyecto, al igual que el que atenta contra los PIACI, sigue vigente en el Congreso y se espera que el Pleno lo someta a votación en los próximos días. La alerta continúa.
Defensores siguen desprotegidos
Foto: Minam
El 2022 también fue otro año difícil para los defensores ambientales que iniciaron el año viendo como el Congreso se negó a abrir el debate sobre la ratificación del Acuerdo de Escazú.
Aunque este tratado regional busca proteger a los defensores ambientales, el Congreso, en cuyas manos se encuentra la facultad para ratificar el acuerdo, no decide hacerlo apelando a mentiras y medias verdades.
Así se confirmó en julio, cuando la Comisión de Relaciones Exteriores archivó por segunda vez el proyecto que propone la ratificación del acuerdo, evitando así su debate en el Pleno.
Esto, pese a que en el año volvieron a asesinar a defensores, como Ulises Rumiche, en abril; y Vilca Ampichi, en diciembre, sumando ya más de 30 defensores asesinados en los últimos tres años.
Aunque el expresidente Pedro Castillo había prometido impulsar la ratificación de Escazú, poco a nada se hizo al respecto en su Gobierno. La nueva gestión de Dina Boluarte parece que no será la excepción.
Derrames, una realidad diaria en territorios indígenas
Otro asunto de gran importancia que sacudió el 2022 fue el tema de los derrames, el cual alcanzó mayor notoriedad en enero, a partir de un derrame de 6 mil barriles de Repsol sobre las costas de Lima.
Aunque toda la atención se centró entonces en la capital, los indígenas de la Amazonía reclamaron la misma atención pues afirmaron que estos derrames eran una realidad diaria en sus territorios.
Servindi se plegó a este reclamo, dando visibilidad a líderes indígenas y estudios que confirmaban lo dicho, como el informe ‘La sombra del petróleo’ que devela 474 derrames entre 2009 y 2019 en la Amazonía Norte.
La necesidad de que esta problemática sea atendida con urgencia se confirmó a mediados de setiembre, cuando otra ola de derrames volvió a afectar la Amazonía y los pueblos indígenas que la habitan.
El caso ascendió al escenario internacional y Perú recibió la visita de expertos de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que pidieron priorizar la atención de los afectados. La demanda sigue latente.
Hacia el empoderamiento de la mujer indígena
Foto: Aidesep
Pero como no todo es negativo, el 2022 también deja grandes avances en cuanto al empoderamiento de la mujer indígena y su fortalecimiento para participar, cada vez más, en espacios de toma de decisión.
Un claro ejemplo de ello fueron las asunciones al máximo cargo dirigencial en comunidades o federaciones de mujeres indígenas que destacan por su capacidad de liderazgo y organización.
En enero, la lideresa awajún Tali Sabio Piuk fue elegida Apu de la comunidad nativa de Wawas, en el distrito de Imaza, provincia de Bagua, Amazonas, marcando un hito histórico al ser la primera Apu mujer.
También ese mes, asumió como presidenta de la Federación de Comunidades Nativas del Ucayali y Afluentes (Feconau), la lideresa del pueblo Shipibo, Graciela Karina Reátegui Mori.
Y hacia finales del año, la lideresa kichwa Marisol García Apagüeño fue elegida presidenta de la Federación de Pueblos Indígenas Kechua Chazuta Amazonas (Fepikecha), en la región San Martín.
Desde la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep), la más grande organización indígena de Perú, ya se preparan para continuar el camino de fortalecimiento de la mujer indígena en 2023.
“Vamos camino a crear una escuela de lideresas y a consolidar un plan estratégico del Programa Mujer de Aidesep por los próximos 10 años”, nos dijo Teresita Antazú en una de las últimas entrevistas que hicimos este año desde Servindi. Que así sea por el bien del movimiento indígena.
No queremos cerrar este resumen anual sin dejar un mensaje especial en homenaje a quien en vida fuera Rosa Palomino Chahuares o Mamá Rosa, comunicadora aimara que nos dejó en marzo de este año.
Que sus enseñanzas sigan iluminando el camino de más comunicadores y comunicadoras indígenas para que continúen visibilizando las historias y demandas de esta población. ¡Hasta siempre, Mamá Rosa!
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