En el Día Mundial del Clima, presentamos una reflexión sobre el escenario que afronta el Perú y los desafíos que tiene por delante en su lucha contra el cambio climático.
Servindi, 26 de marzo, 2021.- Hoy 26 de marzo se celebra el Día Mundial del Clima y de la Adaptación al Cambio Climático; sin embargo, más que una celebración, el panorama en Perú amerita una reflexión profunda.
Siendo el Perú un país tan vulnerable al cambio climático, resulta importante reconocer el rol que tienen los pueblos indígenas en la lucha contra la catástrofe climática.
Asimismo, el escenario es pertinente para conocer en qué consiste el Pacto Ecosocial que vienen impulsando las nuevas generaciones y entender porqué proponen que el Perú se declare en Emergencia Climática.
Perú, país vulnerable al cambio climático
Un reciente informe de El Comercio relata, tras consultar con diversos especialistas, la vulnerabilidad en la que el Perú se encuentra frente al cambio climático.
Los expertos detallan que uno de los principales efectos que podría sufrir el país debido al cambio climático es el aumento de la frecuencia de incendios forestales.
De hecho, estos incendios ya han venido ocurriendo en otros lugares, como en Amazonas, Australia y, más recientemente, en Estados Unidos, dejando una pérdida enorme de cobertura vegetal.
La zona de São Félix do Xingu es del tamaño de Carolina del Sur (o de Austria) y este año ha tenido 9786 incendios hasta el momento. La región cuenta con solo ocho bomberos exclusivos. Foto cortesía: IBAMA
Otro aspecto resaltado por los especialistas es el registro, cada vez más frecuente e intenso, de las sequías; y el incremento en la pérdida de biodiversidad.
Sobre este último punto advierten que no solo se trata de que los animales mueran, sino que, a raíz del incremento de las temperaturas, decidan migrar a zonas más frías.
Esto, sumado a los incendios forestales o cambios de uso de tierra, provocaría la pérdida de hábitats, alterando la biodiversidad del país.
Los especialistas también llaman la atención sobre la pérdida de glaciares, un hecho que ya es fatídico para el Perú que alberga el 70% de los glaciares tropicales del mundo.
Explican que una gran parte de estos se ha derretido a causa del aumento de las temperaturas, como es el caso de la Cordillera Blanca, que registra reducción de glaciares en los últimos 70 años.
En relación con este problema, también plantean que otro de los efectos que surtirán producto del cambio climático será la escasez de agua.
Tal y como ha ocurrido en Ciudad del Cabo, en África, una de las primeras ciudades que se ha quedado sin agua potable.
Pueblos indígenas y su lucha contra la catástrofe climática
Frente a esta situación, resulta importante reconocer el rol que juegan los pueblos indígenas en la conversación de los bosques y la lucha contra la catástrofe climática.
Recientemente, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) pidió a través de un informe valorar el rol de los pueblos indígenas en la lucha climática.
Señalaron que las comunidades indígenas son las que mejor salvaguardan los bosques y que su labor es clave para reducir las emisiones de carbono.
El informe identificó que las tasas de deforestación en América Latina y el Caribe son significativamente más bajas en los territorios indígenas donde los gobiernos reconocen formalmente los derechos colectivos territoriales.
Sin embargo, pese a este grandioso aporte, advierten que las comunidades indígenas carecen de ingresos dignos, acceso a servicios básicos, y enfrentan la destrucción de sus territorios.
Reserva comunal Amarakaeri, área natural de 402.335 hectáreas protegida por las comunidades harakbuts, yines y machiguengas en Madre de Dios, en la Amazonía de Perú. Foto: PNUD Perú
Ante este escenario, la ONU recomienda reforzar los derechos territoriales comunales para garantizarle a los pueblos indígenas la tenencia de estos territorios.
Ello, debido a que esto constituye una manera eficiente y rentable de mitigar el cambio climático.
No obstante, en el Perú, el escenario ideal parece estar todavía muy lejos.
Según el documento, el Perú se ubica entre los países con mayores áreas ocupadas por pueblos indígenas con 37,2 millones de hectáreas.
Pero es también el que menos incentivos económicos brinda a las comunidades para el cuidado de sus bosques: apenas US$ 3 por hectárea conservada.
Esto dista mucho de lo que ocurre en otros países, donde los incentivos económicos por cada hectárea conversada pueden llegar a superar los US$ 100, según el informe.
En esa línea, el informe apunta que la tendencia regional sugiere que ahora ya no solo se pague por un servicio ambiental específico.
Sino que también se otorguen a las comunidades una compensación por el buen manejo que le dan a los bosques.
Nuevas generaciones y Pacto Ecosocial
La valoración que los pueblos indígenas y tribales le dan a los bosques parece resurgir hoy en día con la visión que proponen las nuevas generaciones.
Por estos días, en medio de un agitado contexto electoral, desde la sociedad civil peruana surgió una red ambiental impulsada principalmente por jóvenes.
Se trata de un canal de diálogo promovido por miembros del movimiento ecológico Fridays For Future Perú (Viernes Por el Futuro) y que integra a más de 20 organizaciones.
Producto de esta nueva ventana de participación surgió el Pacto Ecosocial, un documento que resume compromisos esenciales para enfrentar la crisis ecológica y climática.
“La crisis climática está alcanzando un punto de inflexión y lo que hagamos hoy determinará nuestro futuro de manera inevitable”, decía el texto que llamaba a la adhesión de la ciudadanía al pacto.
Concentración para incidir en la necesidad de suscribir el Pacto Ecosocial. Lima, 19 de marzo. Foto: DAR
Conscientes del contexto que se vive actualmente, el Pacto Ecosocial propone como un primer compromiso que se declare al Perú en Emergencia Climática.
Esto, como una forma de reconocer la urgencia en el país de incrementar radicalmente sus Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC) al 2030.
Asimismo, plantea que se reoriente la reactivación económica con un enfoque de economía ecológica, social, solidaria y popular hacia una transformación socioecológica.
Y que se garantice la soberanía alimentaria basada en la propiedad social, colectiva y comunitaria de la tierra protegiendo de la especulación a quienes la cuidan.
Entre otros compromisos, también propone reconocer los derechos de la Naturaleza en la Constitución Política del Perú y garantizar el derecho al agua segura con una gestión sustentable.
El Pacto Ecosocial no duda en afirmar que “el Perú es uno de los diez países más afectados por los efectos del cambio climático”.
“Si el calentamiento global se agrava y la deforestación de nuestra Amazonía y zonas altoandinas continúa, en 25 años tendremos solo 40% del agua disponible”, advierten.
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