SPDA, 24 de febrero, 2017.- Según un estudio realizado por Wildlife Conservation Society (WCS), cada año se comercializan más de 40 mil primates a nivel mundial y, en el caso de Perú, esta especie es una de las más capturadas en regiones como Madre de Dios, San Martín, Tumbes y Loreto.
De las 47 especies de primates que existe en el país, 19 son las más comercializadas. Se estima además que 80% de ellas tienen como destino final la ciudad de Lima, en especial la zona del Cercado, donde los compradores y espectadores forman parte del último eslabón.
En la capital, un “mono araña”, el primate más grande de la Amazonía, puede costar hasta 50 soles y uno pequeño, como el “mono ardilla” -uno de los primates más traficados como mascota- menos de 15.
Para ser comercializados, los primates pasan por una serie de maltratos físicos que van desde descargas eléctricas hasta el ahogamiento. Antes, son arrebatados del seno de la madre, a la cual los traficantes matan para poder apoderarse de las crías.
El estudio de WCS afirma que 9 de cada 10 monos mueren antes de llegar a ser mascotas. Y solo un cuarto de los que sobreviven al tráfico ilegal llegan a ser adultos.
Una de las provincias donde más se comercializa con primates es Iquitos, solo en el 2005 se estimaron 28 mil primates cazados en la región. Por otro lado, una de las que más recibe y exporta animales silvestres es Lima.
Otro de los problemas que origina el tráfico y domesticación de primates es el nivel de enfermedades transmisibles que poseen. Solo en el Perú se han detectado hasta 17 tipos de virus, bacterias y parásitos causantes de enfermedades en humanos.
Según explica la Organización Mundial de la Salud (OMS), los monos y otros primates transmiten infecciones como el ébola, rabia, viruela, fiebre amarilla, entre otros, las cuales pueden ser contagiadas por un rasguño, mordida o picaduras de mosquitos en el ambiente. Además, debido a sus repentinos cambios de humor, estos animales silvestres tratados como mascotas, pueden llegar hasta asesinar a sus amos.
La investigación recomienda no comprar fauna silvestre, denunciar la tenencia y comercio ilegal de la misma, así como promover el ecoturismo y avistamiento de fauna silvestre en su hábitat natural.
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