Servindi, 22 de febrero, 2024.- En momentos en que arrecia la expansión de la minería ilegal resulta muy oportuno ver un brillante documental que expone el entramado delictivo detrás de la extracción y comercialización del oro en Estados Unidos.
El capítulo “Oro sucio” de la serie Dirty Money es un documental que expone el oscuro negocio del oro ilegal extraído de la Amazonía peruana y que se vende en Estados Unidos.
El documental muestra cómo este oro manchado de sangre y contaminación financia el narcotráfico, la explotación laboral y sexual, y la destrucción del ambiente.
El episodio dedicado al oro sucio sitúa al Perú como el país principal exportador de oro a EE. UU, metal que es utilizado por narcotraficantes para blanquear dinero.
Fuente: Netflix
También revela la complicidad de las refinerías de Miami, en Estados Unidos, que compran el oro sin verificar su origen y lo introducen en el mercado legal.
“Un gran entramado de lavado de dinero, minería ilegal y destrucción del medioambiente se ocultan tras las grandes cantidades de oro que llegan anualmente a EE. UU.” - Netflix.
El episodio pertenece a la segunda temporada de la serie Dirty Money, del cineasta ganador del Óscar Alex Gibney, que investiga los escándalos de corrupción empresarial en el mundo.
El equipo de Gibney trabajó el documental bajo la hipótesis de que el oro extraído de forma ilegal de las selvas de Perú y otros países de Latinoamérica se ha convertido en el principal instrumento de lavado de dinero para el narcotráfico en Estados Unidos.
El documental concluye con un llamado a la acción para frenar el comercio del oro ilegal y sus consecuencias nefastas. Propone medidas como mejorar la fiscalización y la trazabilidad del oro.
Además, sancionar a las refinerías que incumplan con los estándares internacionales, apoyar a los mineros que quieran formalizarse y proteger a los que denuncien las irregularidades, y restaurar las zonas afectadas.
El documental también invita a los consumidores a ser más conscientes y responsables a la hora de comprar oro, y a exigir que sea de origen ético y ecológico.
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