
Planes de producción de combustibles fósiles de los gobiernos están peligrosamente fuera de sincronía con los objetivos del Acuerdo de París. La COP26 inicia el 31 de octubre en Glasgow.
Servindi, 20 de octubre, 2021.- La producción de combustibles fósiles proyectada al 2030 es dos veces mayor de lo que sería consistente con el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5°C.
Así lo reveló el Informe sobre la Brecha de Producción 2021, elaborado por reconocidos institutos de investigación y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
A pesar del aumento en las ambiciones climáticas y los compromisos de neutralidad de emisiones, los gobiernos aún planean producir en 2030 una cantidad de combustibles fósiles muy superior a lo conveniente.
El informe, cuya primera edición se publicó en 2019, mide la brecha entre la producción de carbón, petróleo y gas prevista por los gobiernos y los niveles de producción compatibles con el cumplimiento de los límites de temperatura del Acuerdo de París.
Dos años más tarde, el informe de 2021 revela que la brecha de producción no ha cambiado en gran medida.
Durante las próximas dos décadas, los gobiernos proyectan colectivamente un aumento de la producción mundial de petróleo y gas, y sólo una modesta disminución de la producción de carbón.
En conjunto, sus planes y proyecciones prevén un aumento de la producción de combustibles fósiles hasta al menos 2040, creando una brecha de producción cada vez mayor.
"Los efectos devastadores del cambio climático están a la vista de todos. Todavía hay tiempo para limitar el calentamiento a largo plazo a 1,5ºC, pero esta ventana de oportunidad se está cerrando rápidamente", dijo la directora ejecutiva del PNUMA, Inger Andersen.
"En la COP26 sobre cambio climático y después, los gobiernos del mundo deben dar un paso al frente, adoptando medidas rápidas e inmediatas para cerrar la brecha de producción de combustibles fósiles y garantizar una transición justa y equitativa. Así es como luce la ambición climática”, añadió Andersen.
El Informe sobre la Brecha de Producción de 2021 ofrece los perfiles de 15 de los principales países productores: Alemania, Arabia Saudí, Australia, Brasil, Canadá, China, Emiratos Árabes Unidos, Estados Unidos, India, Indonesia, México, Noruega, Reino Unido y Rusia.
Los perfiles muestran que la mayoría de estos gobiernos siguen prestando un importante apoyo político a la producción de combustibles fósiles.
"La investigación es clara: la producción mundial de carbón, petróleo y gas debe empezar a disminuir de inmediato y de forma pronunciada para ser coherente con la limitación del calentamiento a largo plazo en 1,5ºC", afirma Ploy Achakulwisut, autor principal del informe y científico del Instituto del Ambiente de Estocolmo (SEI, por sus siglas en inglés).
"Sin embargo, los gobiernos siguen planificando y apoyando niveles de producción de combustibles fósiles que superan ampliamente lo que podemos utilizar de forma segura", indicó Achakulwisut.
Principales conclusiones del informe:
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"Los primeros esfuerzos de las instituciones de financiación del desarrollo para recortar el apoyo internacional a la producción de combustibles fósiles son alentadores, pero estos cambios deben ir seguidos de políticas concretas y ambiciosas de exclusión de estos combustibles con el fin de limitar el calentamiento global a 1,5°C", dijo Lucile Dufour, asesora principal de políticas del Instituto Internacional para el Desarrollo Sostenible (IISD).
Descargue el resumen ejecutivo con un clic en el siguiente enlace:
"Las naciones productoras de combustibles fósiles deben reconocer su papel y su responsabilidad a la hora de cerrar la brecha de producción y dirigirnos hacia un futuro climático seguro", afirmó Måns Nilsson, director ejecutivo del SEI.
"A medida que los países se comprometen cada vez más con la neutralidad de emisiones para mediados de siglo, también deben reconocer que sus objetivos climáticos requieren una rápida reducción de la producción de combustibles fósiles", dijo Nilsson.
El informe fue elaborado por el SEI, el IISD, el Instituto de Desarrollo de Ultramar (ODI), el grupo de expertos de cambio climático E3G y el PNUMA.
Más de 40 investigadores de numerosas universidades, grupos de expertos y organizaciones de investigación contribuyeron al análisis y la revisión.
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