La ministra de Economía, Silvina Batakis, es una de las impulsoras de "ampliar la frontera productiva" sobre los Bajos Submeridionales, un gran humedal que abarca regiones de Santa Fe, Chaco y Santiago del Estero. Junto con los gobernadores, proponen ganadería y agronegocio en un ecosistema frágil. Argentina sigue sin una ley que proteja los humedales.
Por Juan Chiummiento, para Diálogo Chino*
20 de julio, 2022.- Los Bajos Submeridionales constituyen uno de los humedales más grandes de Argentina. Ubicado en la región del Chaco, es objeto de una iniciativa para "recuperar tierras productivas", que genera entusiasmo entre las autoridades al tiempo que despierta críticas por sus potenciales riesgos ambientales.
Con una superficie de 5,5 millones de hectáreas, la región constituye un sistema hidrológico que involucra a las provincias de Santa Fe, Chaco y Santiago del Estero.
Su principal característica es la alternancia de inundaciones y sequías en breves lapsos de tiempo, lo que generó siempre un foco de atención de los gobiernos provinciales, que intentaron realizar acciones para controlar dichos eventos.
En el lugar conviven pueblos rurales con una actividad agroganadera dispersa, cuya producción central es la cría bovina extensiva. La inmensa planicie es hábitat también de más de 200 especies de aves, varias de ellas en peligro de extinción, como el cardenal amarillo.
El humedal fue identificado por The Nature Conservancy como una de las regiones "más importantes y sensibles" del continente, al tiempo que es considerado "área Importante para la conservación de aves" por BirdLife International.
En un hecho histórico, el Estado nacional y las tres provincias delinearon recientemente un ambicioso proyecto en común, cuyo objetivo es "reconvertir y recuperar" entre 800 mil y 1,2 millones de hectáreas para la producción.
Según una presentación realizada ante el director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), Qu Dongyu, la región tiene potencial en algodón, girasol, maíz, soja, sorgo y trigo, así como también en lechería, producción de ganado ovino, caprino y de granja, extracción de leña y producción de miel.
Ariel Martínez, subsecretario de Coordinación Política del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de Argentina, sostuvo que el proyecto busca dar “cierta previsibilidad” ante las frecuentes inundaciones y sequías. Además, agregó que el incremento de la producción será "bajo determinadas características, amigables, que no cambien el uso del suelo del lugar".
A la fecha no hay certezas sobre qué tipo de trabajos se realizarán, pero la difusión de noticias relacionadas con la iniciativa generó la reacción de sectores ambientalistas.
“Si la mirada es expandir la frontera agrícola, ese gran espacio de pastizales va a ser potencialmente sustituido por cultivos agrícolas, con lo cual hay una pérdida directa de biodiversidad”, analizó Andrés Pautasso, investigador del Museo Provincial de Ciencias Naturales "Florentino Ameghino".
Para Pautasso, quien sostiene que el humedal presenta un panorama similar “a la región pampeana antes de que la agricultura se comiera todo”, la discusión central es “qué tipo de producción queremos”.
Según entiende, el debate es entre quienes piensan que la producción debe ser planteada adaptándose a los pulsos naturales o bien adaptar los ecosistemas a los ritmos productivos.
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