Nuestro consumo de ganado ha incrementando las emisiones de metano un 11% respecto a 2006
Play Ground, 18 de diciembre, 2017.- El consumo masivo de carne de vaca está aumentando -mucho más de lo que se creía- la fiebre del planeta. Según una investigación publicada en Carbon Balance and Management, hemos infravalorado qué suponen sus eructos y flatulencias en el calentamiento global. Sus emisiones de metano son un 11% más altas que en 2006.
El metano es uno de los principales gases de efecto invernadero. No porque sea el más mayoritario en la atmósfera sino porque posee la capacidad de destruir más. Mientras que se han hecho grandes esfuerzos para contener los niveles de CO2, en los Acuerdos por el Clima el gas que expulsan las reses ha pasado desapercibido.
Cada vaca -y hay 1.500 millones en el mundo- libera entre 113 y 189 litros de metano al día sobre todo a través de sus eructos. La nueva investigación, en la que participó la NASA y el Joint Global Change Research Institute, actualizó los anteriores datos recabados por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC). Habían quedado desfasados.
En diez años demuestran que las tasas de metano se dispararon comparado con el periodo comprendido entre 2000-2006. Han aumentado en un 8,4% las emisiones de metano por digestión y un 36,7% en las relacionadas con sus excrementos. Engloban a vacas, ovejas y otro ganado. En total, el metano supuso un 16% de los gases de efecto invernadero expulsados en 2016.
"En varias regiones del mundo, la cantidad de ganado está cambiando y la cría se ha traducido en animales más grandes con mayor ingesta de alimentos", apuntó Julie Wolf, autora principal.
El mundo entero come más ternera. EEUU, Canadá y Europa mantienen sus niveles -ya de por sí los más altos- y a ellos se suma que el resto del planeta está llegando al consumo del primer mundo.
"Encontramos que las emisiones de metano total de ganado han aumentado más en las regiones en rápido desarrollo de Asia, América Latina y África", manifiesta Wolf. Pensar en el menú de hoy sería clave para no lamentar las consecuencias de un clima alterado en el futuro.
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