Servindi, 18 de octubre, 2018.- Conrad Feather, coordinador de proyectos de Forest People Programme (FPP), denunció que de no ser por los “compromisos asumidos por el Estado frente a al cambio climático” y la incidencia indígena, el Perú no hubiera iniciado los procesos de titulación de territorios indígenas.
La crítica fue realizada durante la presentación pública del informe "Carrera de resistencia, no de velocidad: El papel del financiamiento climático internacional para asegurar los derechos territoriales indígenas en Perú", a fines de setiembre.
Asimismo, durante su intervención vía Skype, Conrad Feather, sostuvo que luego de muchos debates, el gobierno peruano reconoció que no se podía prevenir ni reducir la deforestación ni la inseguridad territorial de los pueblos indígenas.
“Esta inseguridad expone sus territorios a invasiones, la tala y la minería ilegal o la categorización por el mismo gobierno para otros fines como palma aceitera o concesiones madereras”, explicó el especialista.
En este sentido, según detalló Feather, el Estado asumió que no podía controlar las emisiones de carbono en los bosques si no se contaba con una estrategia de reconocimiento y titulación de los territorios indígenas.
Incidencia indígena
El factor más importante para iniciar con la titulación territorial, de acuerdo con el especialista, fue la intervención del movimiento indígena, sobre todo de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep) que se encargó de “mantener las demandas territoriales de los pueblos indígenas en la agenda climática del país”.
“Para lograr que estos compromisos de titulación anunciados en muchos eventos internacionales climáticos se aterricen en acciones concretas de titulación, Aidesep tuvo que hacer un seguimiento tenaz”, refirió Conrad.
Además, declaró que estos compromisos en cada avance “desaparecían o se debilitaban en las siguientes versiones de los documentos” y aun cuando se concretaban en los planes de gobierno.
“En los diversos borradores y versiones de los proyectos, se priorizaba la creación de más áreas naturales protegidas incluso en territorios indígenas, promovían la palma aceitera y la titulación de predios individuales”, denunció el especialista.
Durante su intervención, el representante de FPP agregó que los fondos que estaban destinados para el beneficio de los pueblos indígenas, hubieran sido invertidos en consultorías, estudios y programas de participación que, en contextos donde los territorios indígenas enfrentan diversas amenazas, resultan elementos no tan importantes.
“Como resultado de esta incidencia, Perú es hoy uno de los pocos países a nivel mundial donde fondos climáticos han sido invertidos en el reconocimiento oficial de tierras indígenas.”, señaló Feather.
Fondos climáticos
De acuerdo con Feather, el fondo de 14.5 millones de dólares del Programa de Inversión Forestal (FIP) del Banco Mundial fue bloqueado por más de tres años y tuvo que ser Aidesep la institución encargada de asegurar que los proyectos no se cancelaran para lo cual usó todas las herramientas de incidencia.
Así mismo, denunció que la gran mayoría de los fondos públicos fueron canalizados para reforzar áreas de conservación y sistemas de monitoreo y control estatal, en lugar de invertirse “potenciar y reforzar las acciones que ya desde años los pueblos indígenas están tomando para cuidar sus territorios”.
“Lamentablemente, desde el 2011 hasta el 2018, a pesar de los millones de dólares ingresando al país no hay ningún avance sustancial, peor aún con los diversos paquetes normativos para facilitar la inversión extranjera, la seguridad jurídica de los territorios indígenas se ha debilitado aún más”, denunció el investigador.
El informe se presentó el 28 de setiembre en el el Auditorio de AIDESEP y contó con la participación de Hugo Che Piu, miembro del consejo directivo en Derecho, Ambiente y Recursos Naturales (DAR), y Berioska Quispe Estrada, especialista de la Dirección General de Cambio Climatico y Desertificacion del Ministerio de Ambiente (Minam).
Asimismo, la presentación contó con el auspicio institucional de Forest People Programme y AIDESEP y fue financiado por Friedrich Ebert Stiftung, OXFAM y DAR.
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