CIDH condena asesinato de periodista y líder indígena Pablo Hernández

Pablo Hernández Rivera era conocido por su cobertura crítica de asuntos de interés local en Honduras, pero falleció tras ser abaleado por desconocidos el 9 de enero.

Servindi, 18 de enero, 2022.- La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y su Relatoría Especial para la Libertad de Expresión condenaron el asesinato del líder indígena lenca y periodista comunitario Pablo Isabel Hernández Rivera, en Honduras.

Asimismo, instaron a dicho país a investigar los hechos de manera pronta y diligente, además de enjuiciar y sancionar tanto a los responsables materiales como intelectuales.

Hernández, de 34 años, era conocido por su cobertura crítica de asuntos de interés local y falleció el 9 de enero tras ser abaleado por desconocidos mientras se dirigía una iglesia.

Vida silenciada

El hecho que acabó con la vida del director de la radio comunitaria Tenán 94.1 F.M, “La voz Indígena Lenca”, ocurrió en el municipio de San Marcos de Caiquín, departamento de Lempira.

Hernández habría reportado amenazas contra su vida en los últimos años y en diciembre de 2020 habría sido objeto de declaraciones estigmatizantes, según la CIDH.

También se habría proferido amenazas de cierre a Radio Tenán que, en febrero de 2021, habría sido objeto de sabotaje por parte de personas desconocidas que dañaron su infraestructura.

Antes de llegar a dicha radio, Hernández integró la Red de Defensores de Derechos Humanos de Lempira que organiza y forma del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH).

Además, fue Alcalde Mayor de la Auxiliaría de la Vara Alta que es el Gobierno Tradicional del Pueblo Lenca, presidente de la Asociación Cultural Indígena y de los Pueblos.

Así como secretario del Consejo Indígena Local de Tierra Colorada y presidente de la red de Agro ecólogos de la Biosfera Cacique Lempira Señor de Las Montañas.

Hernández Rivera ya había recibido amenazas de muerte. Foto: El País de Honduras

Impacto en los derechos

La CIDH y su relatoría destacaron el impacto del asesinato de Hernández en el ejercicio del periodismo comunitario y la defensa de los derechos humanos de los pueblos indígenas en Honduras.

Asimismo, reiteraron que el asesinato de periodistas es “una violación del derecho a la vida” y “constituye la forma más extrema de censura”.

“Para los pueblos indígenas, la pérdida de una persona líder o defensora podría afectar su participación efectiva en asuntos que inciden en sus derechos”, señalaron en un comunicado.

Por ello, además de una exhaustiva investigación, llamaron al Estado a reforzar los mecanismos de protección de periodistas comunitarios y liderazgos sociales y de pueblos indígenas.

Así como a adoptar “todas las medidas necesarias para garantizar el derecho a la vida, la integridad y la seguridad de quienes ejercen la defensa de los derechos humanos y el periodismo en Honduras”.

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