
Por Donofré Chuco
Servindi, 17 de junio, 2020.- A más de tres meses de haberse decretado el estado de emergencia sanitaria y cuando la cifra de contagiados y muertes es sorprendente, pobladores de la ciudad de Huancayo viven ya como en días normales.
A estas alturas, la necesidad económica y el hambre obligan a mucha gente a realizar actividades económicas para llevar el pan del día a casa. Incluso se ve a personas de la tercera edad empujando triciclo para realizar servicio de transporte de equipajes de mercado.
Por otro lado, los restaurantes reabrieron en la modalidad delivery. Asimismo, las pollerías distribuyen sus pedidos a través de personal a bicicleta o motocicleta.
A los alrededores del mercado mayorista hay bastante presencia de negocio ambulatorio, principalmente de campesinos/as quechuas provenientes de las comunidades cercanas a Huancayo, quienes ofrecen los productos de sus huertos y sus chacras.
Las yerbas medicinales son un rubro atractivo para los pobladores. La mayoría –a la par de realizar compras de productos comestibles– también llevan a casa manojos de yerbas medicinales para prevenir el covid-19.
Por otro lado, hay familias que exponen al peligro de contagio a sus menores hijos, así como personas de la tercera edad vendiendo productos o realizando compras, al parecer las autoridades no están controlando por ese lado.
El mercado mayorista, de acuerdo a una ordenanza municipal de la provincia de Huancayo, cierra a las 12:00 del día; sin embargo, a los alrededores hay ventas todo el día.
En los barrios y urbanizaciones, los negocios de productos de primera necesidad se realizan todo el día. Además hay negocios que antes eran de otros rubros, ahora venden comestibles y abundan los negocios móviles. Las losas deportivas fueron acondicionadas como mercadillos.
Hay muchos cambios en la actitud de los pobladores, a pesar de la presencia de vehículos motorizados como los automóviles, hay gente que se traslada a pie, a bicicletas y motocicletas, es así que improvisaron establecimientos móviles para reparar estas unidades.
Los barrios populares vienen sufriendo hambre, la necesidad económica es muy fuerte. Hay quienes salen a los mercados a pedir colaboración. Asimismo, las autoridades regionales distribuyen alimentos para la olla común que realizan en estos barrios.
Algunos pobladores con suerte que fueron beneficiados con el bono universal, realizan colas en centro bancarios para realizan el cobro.
En el fotoreportaje también mostramos a un niño de edad escolar de la zona rural de esta parte de la sierra central, realizando su tarea que su profesora le dejó a través del celular de su padre.
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Familias fletan camiones para enviar sus cosechas de papas, arvejas, habas, ollucos, quesos, charqui. Otras, coordinan con sus autoridades locales para que asuman el traslado. pic.twitter.com/04qawD4MvM— Servindi (@Servindi) May 17, 2020
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