El Tribunal Supremo Electoral ordenó al presidente brasileño a crear puestos de control en el territorio indígena para evitar la expansión del coronavirus. Mientras tanto, exministros y el expresidente Fernando Henrique Cardoso demandando que la reactivación económica de Brasil siga principios de preservación ambiental.
Por José Díaz
Servindi, 15 de julio, 2020.- Pese a que la semana pasada el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro dio positivo a la COVID-19, conocido como coronavirus, su actitud y, sobre todo, la de su administración no ha cambiado frente a la pandemia. Entre ello se encuentra su falta de atención a las poblaciones indígenas, que afrontan una situación de vulnerabilidad por estos meses.
Ante ello, el juez principal del Tribunal Supremo Electoral (TSE) brasileño, Luis Roberto Barroso emitió una orden para que el gobierno federal de este país establezca puestos de control, con apoyo militar, en el territorio indígena para evitar el ingreso de personas ajenas, así como brindar atención médica a los residentes de estos territorios que estén afectados por el virus.
La orden del juez responde a un pedido realizado el pasado 29 de junio por seis partidos políticos de oposición y decenas de organizaciones indígenas quienes demandaban que el Gobierno de Brasil tomé medidas que eviten un potencial genocidio en el territorio indígena brasileño.
Desde que inició su administración, las políticas y la retórica de Jair Bolsonaro han sido claramente hostiles contra los pueblos indígenas brasileños. Por esta razón, a fines del 2019 dos organizaciones civiles lo denunciaron ante la Corte Penal Internacional de las Naciones Unidas por el delito de “incitación al genocidio”, algo que aún no se resuelva.
¿Economía verde?
Mientras tanto, con Brasil como el segundo país más afectado por la pandemia del coronavirus, un grupo de exministros brasileños, acompañados por el expresidente Fernando Henrique Cardoso, han firmado una carta abierta dirigida a Jair Bolsonaro exigiéndole que la recuperación económica de Brasil se realice siguiendo principios de preservación ambiental.
“La recuperación de la economía poscovid-19 ofrece oportunidades importantes para promover una economía de bajo carbono y sostenible, en un momento en que el mundo atraviesa importantes y rápidas transformaciones en los mercados de capitales y de trabajo. (…) Defendemos que los criterios de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en la atmósfera y de resistencia a los impactos del cambio climático sean integrados a la gestión de la política económica”, señala la carta.
Esto se da en un contexto en el que diversos ambientalistas locales advierten que el 2020 podría ser el año en que mayores hectáreas de bosque tropical sean deforestadas en la Amazonía. Esto promovido por el discurso pro-extractivista de Jair Bolsonaro quien ha fomentado la invasión y las licitaciones para la tala y minería en la selva brasileña. ¿Hará caso a esta carta abierta?
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— Servindi (@Servindi) July 15, 2020
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