Servindi, 10 de setiembre, 2021.- La Organización Internacional del Trabajo (OIT) alertó que la recuperación económica de la región en los últimos meses no se refleja en la creación de empleos.
Siete de cada diez nuevos trabajos son informales y no reponen los puestos perdidos durante la pandemia, dice el organismo de las Naciones Unidas especializado en temas laborales.
En una nota técnica la OIT llama a la acción para enfrentar el impacto de la crisis con más y mejores empleos.
“No se están generando ni la cantidad ni la calidad de los empleos que requiere esta región para hacer frente a las secuelas de una crisis sin precedentes" dijo Vinícius Pinheiro, director de la OIT para América Latina y el Caribe
"El panorama laboral es complejo y plantea desafíos de grandes magnitudes”, destacó Pinheiro.
El mercado laboral regional se caracteriza por una elevada tasa de desocupación y por un fuerte predominio de las ocupaciones informales, que copan alrededor del 70 % de los empleos creados desde mediados de 2020 hasta el primer trimestre de 2021.
Los trabajos informales lideran la recuperación parcial del empleo y recordó que estas ocupaciones normalmente son “inestables, con bajos salarios y sin protección social ni derechos”..
El estrecho vínculo entre tres factores: la informalidad laboral, los bajos ingresos y la desigualdad, “se ha hecho aún más evidente en este contexto” explicó el responsable de la OIT.
¿Se acelera la conversión de empleo formal en informal?
Durante los tres primeros meses del 2021 “alrededor del 76% de los trabajadores independientes, y algo más de un tercio de los asalariados” se encontraban en una situación laboral informal.
Si bien aún es prematuro afirmarlo en la región se observa “un proceso de informalización de los trabajos previamente formales”, lo cual “es un importante riesgo latente”.
La población venezolana en Brasil tiene 64% menos probabilidades de obtener un empleo en relación con su contraparte brasileña. Foto: UNFPA Brasil
La COVID-19 no aumentó el número de empleos informales
El estudio destaca que durante la crisis de la COVID-19, las medidas que se tomaron para enfrentarla provocaron “un fuerte impacto en la destrucción de ocupaciones informales y la pérdida de ingresos de las personas que trabajaban en estas condiciones”.
Sin embargo, y con la fuerte reaparición de las posiciones informales, la OIT indica la posibilidad de que la tasa de este tipo de empleo “sea similar, o incluso superior” a la observada antes de la pandemia y que afectaba a cerca del 51% de los ocupados.
Aparte de la informalidad, la región experimenta una recuperación insuficiente de los puestos de trabajo. La reducción de la ocupación durante los peores momentos de la pandemia, entre el primer y segundo trimestre de 2020, llegó a ser superior a los 43 millones de empleos.
“La posterior recuperación desde ese momento hasta el primer trimestre de 2021 fue de alrededor de 29 millones. Por lo tanto, el aumento de la ocupación no logró compensar completamente la pérdida anterior”, apunta el documento, que señala que todavía no se ha recuperado ni el 30% de los empleos perdidos.
Otros indicadores laborales que el análisis consideró como “críticos” cuando comparó los registros del primer trimestre del año pasado con el actual, fueron una reducción media de 3,5% en la tasa de ocupación regional, “y una contracción en la tasa de participación económica de 2,6%”.
Muchas mujeres migrantes han perdido sus empleos como trabajadoras domésticas. Foto: Muse Mohammed / OIM
La tasa de participación económica de las mujeres es la más baja en 15 años
La nota técnica también resalta el alto impacto que ha provocado la contracción del empleo en las mujeres, los jóvenes y las personas con menores calificaciones.
Roxana Maurizio, autora del estudio, destacó que “en el caso de las mujeres, se produjo un retroceso en la participación laboral después de décadas en las cuales se había registrado un aumento en su incorporación a la fuerza de trabajo.
La especialista en economía laboral de la OIT, afirmo que "hace más de 15 años que no se registraba una tasa tan baja de participación económica de las mujeres”.
“La región requiere adoptar una agenda de políticas integrales, consensuadas y de gran alcance, centrada en las personas, que apuntale la creación de más puestos de trabajo formales” sostuvo Maurizio.
Ante un panorama donde la reactivación económica no provoca un suficiente impacto en el mercado laboral se debe proteger a las micro y pequeñas empresas.
Asimismo, otorgar garantías de ingresos y protección social a los trabajadores y familias en condiciones de vulnerabilidad.
De no ser así, la OIT advierte que “los impactos de la crisis se prolongarán y dejarán profundas cicatrices sociales y laborales a largo plazo en la región”.
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