Servindi, 9 de noviembre, 2019.- Plantados frente a los edificios administrativos de la Unión Europea (UE) en Bruselas, los líderes indígenas de la Coordinación de las Organizaciones Indígenas del Amazonas Brasileño alertaron sobre la urgente necesidad de abordar seriamente el problema de la deforestación mundial.
«Queríamos decirles que la madera que la UE importa tiene nuestra sangre porque los madereros queman nuestra selva y nos matan”, le dijo Nara Baré, líder de la organización indígena a la Deutsche Welle (DW).
Al igual que la madera, la soja —una legumbre que sirve de alimento a gallinas y cerdos— es otro de los productos que compra la UE y que agrava la situación.
«Efectivamente, la UE importa 36 millones de soja anualmente; esta producción destinada en un 97% al engorde de animales requiere de 15 millones de hectáreas de tierra; buena parte de esta está en América Latina; un considerable porcentaje de tierras nuevas para el cultivo se obtiene deforestando», señala la DW.
Según informa el medio alemán, la expansión agrícola es responsable del 80% de la deforestación del planeta. Entonces, considerando que, con sus importaciones de soja, aceite de palma, carne, cacao, maíz, caucho y madera, los consumidores europeos son responsables de un 10% de esta deforestación, las palabras de Baré cobran sentido.
«Queríamos alertar a los ciudadanos europeos de que aún estamos a tiempo de parar el calentamiento global», había dicho la líder indígena. En ese sentido, llevar al campo las propuestas elaboradas en un informe de julio pasado por la UE parece ser una solución razonable.
El documento planteaba, entre otras propuestas, la reducción del consumo, la firma de acuerdos con los países productores para garantizar la trazabilidad de las importaciones y la inclusión de estándares altos en los acuerdos comerciales.
Sin embargo, hay personas como Simon Constatine, representante de la empresa de cosméticos Lush que aseguran que el problema debe partir de una regulación clara sobre el tema. «Personalmente, creo que lo primero es tener una legislación fuerte que proteja la selva y las comunidades locales», mencionó.
La empresa de Constatine manejaba una concesión de 6000 hectáreas de la selva del Perú; sin embargo, aunque el objetivo era plantar rosa mosqueta para extraer aceite esencial, el proceso se vio perjudicado por la aparición de empresas que ingresaban a la zona a sacar el aceite ilegalmente.
En el mismo sentido, Baré considera que hasta que no se garantice el cumplimiento de las disposiciones medioambientales y de respeto a los derechos humanos, la UE no debe ratificar su acuerdo con Mercosur.
«Necesitamos que se especifiquen sanciones en caso de incumplimiento y que se garantice la trazabilidad de todos los productos que vienen para acá, así como ya lo hacen con la madera», argumentó.
Por último, Baré precisó que al hablar de deforestación es indispensable pensar en la gente que vive en la selva. «Es el momento de escribir el futuro, pues sin la selva y sin los pueblos indígenas no habrá mañana», finalizó la líder indígena.
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Comentarios (3)
Cierto. Gracias por el aviso. La foto corresponde no a Brasilia sino a Bruselas. Estamos agradecidos.