Servindi, 9 de noviembre, 2018.- Mediante una declaración pública, diversas organizaciones y personas instaron a los gobiernos a reconocer y admitir que “la seguridad humana depende de la seguridad medioambiental” y que para alcanzar ello es necesario “prestar atención al medio ambiente en todo el ciclo de conflictos”.
La declaración conjunta, difundida por Amnistía Internacional, se da en el marco del Día Internacional para la Prevención de la Explotación de Medio Ambiente en la Guerra y los Conflictos Armados, que se celebra cada 6 de noviembre.
De acuerdo con el documento, los estados, organizaciones internacionales, la sociedad civil, el mundo académico y las comunidades afectadas desempeñan el rol de identificación y aplicación de soluciones innovadoras y prácticas para mejorar la seguridad medioambiental.
De esta manera, lograrán proteger a la población civil, así como sus medios de vida y su futuro. “Esta tarea nunca ha sido más urgente que ahora”, sostienen los firmantes.
En este sentido, pidieron a los gobiernos y partes interesadas a reconocer la importancia de integrar “un fuerte elemento medioambiental en la prevención y el análisis de conflictos, la respuesta humanitaria y la reconstrucción posconflicto y la consolidación de la paz”.
Asimismo, entre otros temas, piden elaborara políticas medioambientales integrales y accesibles que puedan proteger “tanto a la población civil como al medio ambiente en todo el ciclo de los conflictos”.
Medio ambiente y conflicto
“Los problemas medioambientales están de forma creciente en la primera línea de los conflictos armados del mundo, y afectan directamente a la vida de las personas, alteran ecosistemas, dañan la resiliencia de las comunidades y dificultan la recuperación posconflicto y la consolidación de la paz”, advierte la declaración.
El pronunciamiento también documentó algunos casos en los que la degradación del medio ambiente amenaza la seguridad de las personas y los estados. Por ejemplo, en Irak, los años de conflicto, la débil gobernanza y el cambio climático provocaron la contaminación del agua, por el cual 100 mil personas fueron hospitalizadas.
Por su parte, en Somalia y en la región del lago Chad de áfrica, la degradación medioambiental de los recursos naturales está alimentando el conflicto y la inseguridad, mientras que en Israel y los Territorios Palestinos Ocupados, el medio ambiente y sus recursos son dañados por la ocupación y el conflicto.
“En el este de Ucrania y en Crimea, donde la amenaza en curso de un desastre ecológico debido al conflicto, la débil gobernanza y una infraestructura que se desmorona deberían ser motivar la cooperación, la politización y la propaganda siguen interponiéndose en el camino del progreso”, afirma la declaración pública.
Yemén también se vio afectado por los daños y trastornos de la infraestructura del agua y las zonas agrícolas con lo que se ha producido el brote del cólera y la inseguridad alimentaria.
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