Ecoticias, 10 de enero, 2018.- “La agroforestería, también llamada agrosilvicultura es la gestión y la integración de cultivos, árboles y ganado, en una misma parcela. Ello puede incluir bosques nativos existentes y/o los que establezcan sus propietarios. Es un concepto muy flexible de la agricultura, que puede aplicarse a cualquier extensión de terrenos.”
Definición
Científicamente la agrosilvicultura deriva de la ecología y es una de las tres ciencias principales que tratan del uso de la tierra, junto a la agricultura y la silvicultura. La diferencia principal es que la agrosilvicultura pone especial énfasis en la integración y el las interacciones entre los elementos en logar de ocuparse de ellos de forma individual.
La agroforestería tiene muchas similitudes, con el empleo de una parcela para plantar varios cultivos, intercalándolos de forma de no agotar los suelos. Ambas opciones, está demostrado que tienen mejores resultados globales, no son perjudiciales para el Medio Ambiente y sus costos resultan significativamente menores.
Beneficios
De acuerdo con las investigaciones llevadas a cabo por el Fideicomiso de Investigación Agroforestal Global, este tipo de práctica que promueve la integración de los cultivos, el ganado y los árboles, tienen innumerables beneficios, entre los que destacan:
Suelos ricos y controlados
Los árboles sirven para fijar los suelos, y sus desechos (hojas muertas, ramas, cortezas) para abonarlos naturalmente. La agroforestería es una forma muy eficaz de controlar la escorrentía, evitar la erosión y mantener el nivel de nutrientes en las tierras, lo que implica un alto grado de fertilidad.
Con un 20% mínimo de cobertura de árboles, se asegura que, la materia orgánica permanezca en los suelos y se potencia el empleo del agua. Paralelamente se experimenta una reducción acentuada de la toxicidad que puede afectar a las tierras y es un excelente método para la recuperación de zonas degradadas.
Gracias a que, las raíces de muchas especies arborícolas son capaces de fijar el nitrógeno, los cultivos se benefician de ello. En el caso de que se tenga ganado o aves de corral, sus excrementos resultan una forma adicional de abono natural, para los árboles y los cultivos.
Una selección adecuada de cultivos, sumada a la protección que obtienen de los árboles, puede ser un impedimento eficaz para la aparición de plagas y ayuda a eliminar parásitos, hongos e insectos, que puedan resultar dañinos para el entorno agroforestal.
Una cobertura de árboles densa y confiable puede proporcionar un excelente refugio al ganado durante las temporadas cálidas, permitiéndoles conservar su energía y ahorrar agua. al mismo tiempo, los árboles actúan generando microclimas, que optimizan las condiciones de los cultivos.
Esta práctica preserva los árboles, previniendo la deforestación y al promover el empleo de las sobras de los cultivos para alimentar a los animales y usar las podas y excrementos como abono natural, se reduce la cantidad de desperdicios, todo lo cual, contribuye a reparar los daños ocasionados al Medio Ambiente.
Mejoras en la economía
La agrosilvicultura estimula la diversidad y logra que, tanto granjas como comunidades agrícolas tengan una estabilidad duradera, lo que lleva a un crecimiento económico importante y a una predictibilidad de los resultados, más confiable.
El desarrollo de este tipo de prácticas preserva, protege y conserva los suelos, su salinidad y las capas freáticas y la multiplicidad de productos permite a los agricultores, acceder a diferentes mercados, asegurándoles una productividad sostenida y sustentable, durante todo el año.
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