Hasta la primera semana de julio, la vacunación ha alcanzado a comunidades indígenas de Loreto, Ucayali, Amazonas, Madre de Dios, San Martín, Pasco, Junín y Huánuco.
Servindi, 7 de julio, 2021.- La vacunación contra la COVID-19 en población indígena de Perú, iniciada a mediados de junio, continúa avanzando y despejando temores en las regiones amazónicas del país.
Indígenas de Loreto, Ucayali, Amazonas, Madre de Dios, San Martín, Pasco, Junín y Huánuco, han sido inmunizados con parte de las 500 mil dosis de la vacuna Sinopharm destinadas a 11 regiones con población indígena amazónica.
No obstante, organizaciones indígenas y Defensoría del Pueblo piden al Ministerio de Salud mejorar coordinación y reforzar campaña de información para evitar respuestas negativas a la vacunación, como ocurrió en algunas comunidades.
Vacunación indígena en curso
Una de las primeras regiones amazónicas en iniciar la inmunización de población indígena fue Madre de Dios, donde residen indígenas harakbut, yine, matsiguenka, shipibo y ese eja.
Allí, el 21 de junio, 302 nativos que viven en la capital de la región, Puerto Maldonado, recibieron su primera dosis de Sinopharm contra la COVID-19.
Los indígenas vacunados resaltaron su experiencia señalando que era un paso “muy importante para resguardar su propia salud y la de su familia ante la pandemia”, reportaron desde el ECA Amarakaeri.
Al día siguiente, les tocó el turno a 350 pobladores de comunidades awajún y wampís de la región Amazonas, quienes también recibieron la primera dosis de la vacuna.
Vacunación en comunidades indígenas de Amazonas. Foto: Gobierno del Perú
El lanzamiento de la campaña se realizó en la comunidad nativa Nazareth, del distrito de Imaza, provincia de Bagua. Para el 28 de junio, ya había más de 500 indígenas vacunados en esta región.
En Huánuco, la campaña de inmunización para la población indígena fue lanzada el 1 de julio en la comunidad nativa Guacamayo, distrito de Yuyapichis, provincia de Puerto Inca.
Un día después, el 2 de julio, el Ministerio de Salud informó que, para ese momento, ya habían aplicado 12 969 dosis a personas mayores de 18 años en pueblos indígenas de la Amazonía.
“Loreto es la región que más dosis de vacunas ha recibido, seguido por Amazonas, Ucayali, Junín, San Martín y Pasco”, señaló en una nota de prensa el Gobierno peruano.
Además, anunciaron que el 4 de julio —día en que comenzó la vacunación de pobladores shipibo-konibo en Ucayali— iniciaría la vacunación de más de 100 mil miembros de comunidades nativas de Loreto.
Líderes dan el ejemplo
Un hecho que vale resaltar en lo que va de la vacunación contra la COVID-19 es la iniciativa de los líderes indígenas para vacunarse y enviar un mensaje de seguridad a sus comunidades.
Uno de los primeros en ser inmunizado por su edad fue el líder del pueblo Harakbut, Antonio Sueyo, de 82 años, quien recibió su primera dosis el 27 de abril en Madre de Dios.
“Vengan todos a vacunarse porque nos podemos morir si no nos inmunizamos”, dijo emocionado el líder tras recibir la vacuna.
Honrado esta invitación, le han seguido el paso otros líderes de regiones como Ucayali.
Los líderes indígenas Julio Cusurichi (izq. arriba), Berlín Diques (izq. abajo) y Herlin Odicio (derecha) reciben su vacuna.
Allí, aceptaron recibir la vacuna en principio el presidente de la Organización Regional Aidesep Ucayali (ORAU), Berlín Diques, y el apu de la comunidad Nuevo San Juan, Rolando Escobar.
Lo propio hizo el presidente de la Federación Nativa de Comunidades Cacataibo (Fenacoca), Herlín Odicio, quien recibió la vacuna contra la COVID-19 en el distrito de Aguaytía.
En Huánuco, tomaron la iniciativa el presidente de la Federación de Comunidades Nativas Yaneshas (Feconaya), Jaime Chihuanco; y el jefe de la comunidad Guacamayo, Mashen Fabricio López.
Así como el presidente de la Federación de Comunidades Nativas de la Provincia de Puerto Inca (Feconapia), Josué Fumanga, entre otros representantes indígenas.
Mientras que, en Madre de Dios, lo hizo el presidente de Federación Nativa del Río Madre de Dios y Afluentes (Fenamad), Julio Cusurichi, y Luis Tayori, dirigente del ECA Amarakaeri.
En Amazonas, siguieron el jefe de la comunidad nazareth, Jorge Tiwi Jempeg, y el presidente de la Organización Regional de Pueblos Indígenas de la Amazonía Norte del Perú (Orpian-P), Salomón Awananch.
Reforzar comunicación
La campaña de vacunación en poblaciones indígenas viene demandando muchos esfuerzos y el desplazamiento de decenas de brigadas a comunidades con difícil acceso, en algunos casos.
No obstante, situaciones como las registradas en comunidades shawi, de San Martín, revelan que aún hace falta reforzar las capacidades de coordinación de funcionarios con las organizaciones indígenas.
Allí, a mediados de junio, la Dirección Regional de Salud (Diresa) programó el ingreso de brigadas a comunidades indígenas, desconociendo un pacto previo con autoridades locales que exigían la presencia de traductores.
El resultado fue que, en la comunidad Santa Rosa de Matador, de 165 individuos solo se vacunaron 20; mientras que en San Manuel de Nashatauri, donde viven 120 shawis, nadie aceptó vacunarse.
La Federación Regional Indígena Shawi en San Martín (Ferisham), que sospechaba que esto podría ocurrir, pide que se realicen visitas de concientización a las comunidades con agentes interculturales.
Otro insumo que abona a la necesidad de reforzar la coordinación con organizaciones es el comunicado emitido por el “Comando COVID-19 Indígena de Loreto” el último 5 de julio.
Allí, el grupo expresa su “malestar” con la Diresa de Loreto por haber lanzado oficialmente la campaña de vacunación en comunidades nativas “sin que haya mediado ninguna clase de coordinación ni comunicación” con ellos.
Pese al esfuerzo desplegado ya por autoridades, es necesario reforzar coordinación y campaña de información. Foto: Gobierno del Perú
El escrito es firmado por la Organización Regional de los Pueblos Indígenas del Oriente (Orpio) y la Confederación de Nacionalidades Amazónicas del Perú (CONAP), miembros del mencionado comando.
Las organizaciones cierran su comunicado anunciando que, en caso de que la Diresa no entregue el plan, cronograma y estrategia oficial de campaña de vacunación en comunidades indígenas, los denunciarán.
“[Si no lo entregan] en los tiempos contemplados en ley, nos veremos obligados a interponer una denuncia por vía administrativa por ocultamiento de información pública”, indican.
Además de otra denuncia ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT) “por vulneración del derecho básico de las comunidades nativas del Perú”, añaden las organizaciones.
La Defensoría del Pueblo es otra de las instituciones que se ha pronunciado ante las frecuentes dificultades conocidas durante la vacunación en diversas comunidades.
El 1 de julio, el organismo autónomo señaló que “se debe intensificar campañas de sensibilización y reforzar la difusión de información sobre el proceso de vacunación en lenguas indígenas”.
Asimismo, le reiteró al Minsa que debe elaborar un protocolo de vacunación contra el COVID-19 exclusivo para pueblos indígenas amazónicos y andinos, que hasta el momento no ha sido publicado.
Y finalmente, le solicitó que la estrategia de vacunación incluya a comunidades campesinas y otras localidades indígenas andinas, “garantizando una planificación e información en su lengua materna”.
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