Esta semana se denunció la incursión de un misionero norteamericano a la etnia en aislamiento Hi-Merima. Si se confirma el ingreso del pastor de nombre Steve Campbell esto representaría el posible delito de genocidio. Mientras tanto la administración de Jair Bolsonaro anuncia su interés de intervenir y modificar los estilos de vida de los pueblos indígenas en aislamiento a través de su Ministerio de la Mujer, Familia y Derechos Humanos.
Por José Díaz
Servindi, 7 de enero, 2019.- Un potencial genocidio indígena pudo haber ocurrido en Brasil hace tan solo unos días. Esto debido a la cuestionable visita que realizó el misionero norteamericano Steve Campbell hace unos días al territorio de la etnia en aislamiento Hi-Merima, al sur del estado de Amazonas. Esta acción puso en riesgo la integridad de al menos 100 indígenas aislados y recientemente localizados por las autoridades brasileñas.
La Fundación Nacional del Indio (FUNAI) realizó hace unos días un interrogatorio al misionero que actuó financiado por la iglesia Greene Baptist y quien utilizó a indígenas locales de la etnia Jamamadi para acceder a territorio Hi-Merima. Las visitas inopinadas ponen en riesgo los sistemas inmunológicos de los pueblos en aislamiento.
“Si se configura, en la investigación, que existió interés de hacer contacto, de utilizar su relación con otros indios para acercarse a los aislados, él puede ser imputado por crimen de genocidio al exponer deliberadamente la seguridad y la vida de los hi-merima”, afirmó Bruno Pereira, coordinador de FUNAI.
La FUNAI ha reclamado a la Fiscalía y a la Policía Federal de Brasil que inicien las investigaciones por la visita de Steve Campbell a una población en aislamiento. Esto poner en riesgo la memoria biológica de toda la población, arriesgando su extinción, y no respetar la autodeterminación de las formas de vida de los Hi-merima quienes se mantienen incomunicados de las poblaciones occidentalizadas brasileñas.
Contexto complicado
Esta denuncia contra el misionero cristiano conservador ocurre en un periodo complicado para las poblaciones indígenas de Brasil. Esto debido a que el ingreso de Jair Bolsonaro a la presidencia provocará cambios en las políticas indígenas. Uno de los enfoques que se modificarán serán precisamente el relacionado a los pueblos en situación de aislamiento.
Como lo anticipó la actual ministra de la Mujer, Familia y Derechos Humanos, Damares Alves, una polémica pastora evangélica, la política federal de Brasil será integrar a la sociedad brasileña a los pueblos no contactados. Algo que en las últimas décadas ha sido desaconsejado y evitado por instituciones como FUNAI y otras entidades indígenas quienes señalan que estas decisiones pueden provocar muertes en los indígenas no contactados debido a enfermedades o pueden generar la desaparición de sus estilos de vida.
Por el momento, la administración de Jair Bolsonaro ha iniciado una etapa de debilitamiento contra el FUNAI, entidad histórica que se encargaba de proteger a los diversos pueblos indígenas de Brasil. Desde los primeros días de enero esta institución no tendrá más injerencia en temas de delimitación y registro de tierras indígenas pues estas funciones han sido delegadas al Ministerio de Agricultura.
En pocos días de administración, Jair Bolsonaro ha demostrado su desinterés por proteger los derechos de los pueblos indígenas. Sus políticas colonizadores e intervencionistas, con criterios de mercado, empiezan a aplicarse en la Amazonía, lo cual ha generado ya algunas protestas. ¿Resistirán los pueblos indígenas a cuatro años de gobierno de Jair Bolsonaro?
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— Servindi (@Servindi) 4 de enero de 2019
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