De las 92 víctimas enterradas, solo 28 pudieron ser identificadas con pruebas de AND. A las demás se les otorgó códigos de identificación que impiden saber de quiénes se trata hasta hoy.
Servindi, 6 de junio, 2023.- La Defensoría del Pueblo reiteró la necesidad de identificar a las víctimas de la masacre militar de Putis que fueron enterradas en el 2009 en el cementerio de Rodeo, en Ayacucho.
De las 92 víctimas enterradas, solo 28 pudieron ser identificadas con pruebas de AND. A las demás se les otorgó códigos de identificación que impiden saber de quiénes se trata hasta hoy.
“En el camposanto de Putis no existe una relación de las personas enterradas. En cada tumba solo hay códigos y no se sabe a quiénes corresponden. Es necesario identificar con nombres los féretros”.
Así lo sostuvo Richard Olivera, coordinador del Módulo Defensorial en Huanta, quien visitó el cementerio y aseguró que la identificación de víctimas ayudará a continuar el cierre del círculo de dolor de los familiares.
Asimismo, señaló que también son justas las demandas de justicia de los deudos de las víctimas de Putis, quienes piden que se agilice el proceso penal en curso contra los presuntos autores de esta masacre.
Además, recordó que según la Ley N° 28592, Ley que crea el Plan Integral de Reparaciones (PIR) para las víctimas del periodo de violencia 1980-2000, los familiares de las víctimas tienen derecho a la reparación.
“La Defensoría del Pueblo continuará con la labor de seguimiento de reparación, justicia, memoria y verdad para las víctimas de esta grave vulneración de derechos humanos ocurrida hace 38 años en Putis”, indicaron.
La masacre de Putis es uno de los hechos trágicos de la época de la violencia armada que rescata el Lugar de la Memoria (LUM). Foto: LUM
La masacre de Putis
El 13 de diciembre de 1984, más de 123 personas, incluyendo al menos 19 niños de las comunidades aledañas a Putis, provincia de Huanta, Ayacucho, fueron asesinadas por miembros de las fuerzas del orden.
Según testigos, efectivos militares animaron a la población de distintas comunidades a reubicarse en Putis, con el argumento de darles protección.
Quienes acudieron, fueron obligados a cavar una poza que supuestamente sería una piscigranja; sin embargo, concluida la tarea, dichos efectivos fusilaron a todos los campesinos presentes, incluyendo a los niños, y los enterraron ahí mismo.
El hecho no fue conocido hasta 2001, luego de restablecida la democracia, cuando una investigación periodística sacó a la luz lo ocurrido y precipitó el hallazgo de las fosas con 92 restos humanos.
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